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Gatusso, por lo civil o por lo criminal

Gennaro Gattuso da órdernes a sus jugadores desde el área técnica (Foto: Getty)
Gennaro Gattuso da órdernes a sus jugadores desde el área técnica (Foto: Getty)

Un concepto que se maneja en Italia como en ningún otro fútbol del mundo es el agonismo. Uno que hizo un arte del sobrevivir, e incluso disfrutar, en mitad de la pelea y principalmente con más nervio que talento fue Genaro Gattuso y solo tirando de agonismo ha podido ganar su primer partido como entrenador del Milan en casa frente a un gran Bologna. Le ayudó, eso sí, un doblete de Giacomo Bonaventura, fantasista cuestionado, uno que de agonista tiene bien poco.

En la previa, Gattuso se disfrazó de Luis Aragonés y vino a decir que el partido contra el Bologna había que ganarlo como fuera y como fuera lo ganó. Entre tinieblas. Por lo civil o por lo criminal, como solía decir en las malas el fallecido entrenador madrileño. El paisaje no invitaba a la broma: el Milan no ganaba y marcaba en San Siro desde hacía dos meses y medio. En mitad de ese trayecto penoso cayó Montella, una vez que el Torino y la propia impotencia del equipo desempolvara los pitos en el coliseo milanista.

A inicio de temporada, en pleno aluvión de fichajes, nos preguntábamos que le faltaba a este Milan para ser campeón. Qué pieza podría completar un puzzle que ilusionaba como en los años buenos del berlusconismo. Ahora, transcurridas dieciséis jornadas nos preguntamos qué le falta en general. Que le falta para cuajar de una vez por todas un fútbol decente y a la altura del dineral que ha invertido.

Los de Gattuso viven a 8 puntos de la zona Champions, que ahora mismo marca la Lazio, aunque los romanos han disputados dos partidos menos y caminan en una dinámica sólida, completamente opuesta a la del desconcertante conjunto lombardo. Por goles anotados y encajados el Milan es hoy en día un conjunto de mitad de tabla en Italia. Falta gol, tan solo Suso ha respondido a la altura de lo esperado en lo que toca a las obligaciones ofensivas, y atrás siguen concediendo demasiado pese a contar con un campeón de la talla de Bonucci.

Gattuso se presenta ahora como agua milagrosa. De momento ha tomados dos decisiones acertadas: autocrítica y regreso a la defensa de cuatro. Decisiones cabales porque reconocer los problemas es el primer paso para empezar a construir (el entrenador habla de carencias físicas y una alarmante falta de aportación de los nuevos fichajes) y porque el cambio de módulo protegerá a un equipo timorato y cogido con pinzas. La primera victoria llegó con agonismo, será buena señal que comience a aparecer el talento.

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