Gareth Bale puede ser un gran suplente

Gareth Bale no está listo para liderar al Real Madrid. Desde su llegada al club en 2013, por 101 millones de euros, Florentino Pérez albergaba la esperanza de que el galés agarrara el testigo de Cristiano Ronaldo como gran reclamo deportivo y publicitario del club. Gareth, sin embargo, ha mostrado en las ya seis temporadas que lleva en el club que no es un tipo que se implique a fondo en nada.

El Expresso de Gales es un especialista. Un definidor. Un hombre mortífero con espacios. Si esto fuera béisbol, Bale sería el bateador asignado: un hombre que sólo sube al plato, batea, y se vuelve a su lugar en el banquillo.

Ya ni siquiera hace gracia el hecho de que no haya aprendido español. En el club no están consternados, si a caso están resignados, porque su gran apuesta no rindió. Este año él mismo ha otorgado la prueba definitiva. Volvió al ruedo ante el Espanyol tras más de un mes lesionado. Marcó un golazo, pero desde entonces ha hecho poco y nada cuando ha sido titular en el equipo blanco.

Ante el Ajax tenía una gran oportunidad, acompañando en la delantera a Vinicius y a Benzema. Nada. Su falta de esfuerzo en la derecha acabó por desquiciar a un Dani Carvajal que disfruta con la protección que le proveé Lucas Vázquez en esa posición, y cerró el grifo de la combinaciones por dentro con Modric porque Bale, simplemente, no combina. Si esto fuera música, él seria un solista, nunca parte de una banda.

Eso sí, como suplente Bale tiene muchas posibilidades de hacer un gran final de temporada. Ya le ocurrió el año pasado, cuando saltó en el minuto 60 de partido en la final de la Champions League en Kiev y dinamitó el partido con dos auténticos golazos.

Con espacios y ante defensas cansadas tras una hora de juego, el equipo blanco puede lanzar el juego hacia su costado para que el galés percuta por banda y acabe rematando. Dependerá por supuesto de la situación de los partidos, pues en las noches en las que toque arremangarse ante el vendaval de los contrarios Gareth no será nunca el indicado para ayudar en lo táctico.

Luego habrá que ver si él mismo está por la labor de llevar a cabo ese rol en el equipo de Solari, pues el galés (y su representante) siempre han sido de la idea de que Bale debía tener total libertad de movimientos en el plano ofensivo para así desplegar su mejor juego. Rafa Benítez intentó hacerle un acomodo de esa manera en el once y el equipo acabó por desvencijarse, sufriendo el daño colateral el propio entrenador a modo de despido.

Ahora, las cosas han cambiado. Parece que hasta Florentino Pérez, que en su día recriminó a Carlo Ancelotti que no sacara lo mejor del galés en el campo, se ha dado cuenta que hay otros jugadores mucho más valiosos en el equipo. La sonrisa de Vinicius Jr., a sus 18 años, ha eclipsado a Bale, y ya nadie pretende que el galés sea líder, ni que aprenda español, ni que se anime a combinar con sus compañeros.

Si esto fuera boxeo, hablaríamos de un peleador contra las cuerdas y al borde del KO.

Como es fútbol, diremos que Gareth Bale es ahora un grandísimo suplente para el Real Madrid y que en verano podría ser un grandísimo traspaso para ayudar a fichar Eden Hazard, a Kyllian Mbappé o quien plazca a la directiva merengue.

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