¿Fue bueno el 2016 para el FC Barcelona?

Un equipo de fútbol son sus títulos. A punto de terminar 2016, muchos son los hinchas del FC Barcelona que querrían que finalizase ya mismo. Comerse las doce uvas al ritmo de las campanadas y pedir doce deseos de cara al 2017. Brindar con cava. Y olvidar.
Y es que en términos generales, el año que está por concluir ha sido irregular para el equipo dirigido por Luis Enrique Martínez. Del aprobado con el que se cerró el primer semestre, gracias a los títulos de Liga y Copa del Rey, se pasó al suspenso previo a Nochevieja. Parte de esta valoración tiene que ver con el resultado de no lograr el objetivo principal de 2016: la Champions League.


En la tercera temporada, con el técnico asturiano a la cabeza, el equipo azulgrana marcha segundo en la tabla de clasificación de la Liga, a seis puntos de su rival de siempre, el Real Madrid CF. “Todavía queda mucho”, dicen algunos. Pero las cosas no parecen mejorar. A pesar de haber logrado otro título menor, la Supercopa de España, en agosto, la calificación, como si de un curso escolar se tratara, no alcanza el notable o el sobresaliente que el mismo míster consiguió la primera temporada con el equipo. ¡En su debut alcanzó el triplete: Copa, Liga y Champions!

Futbolísticamente, el Barça no es un equipo con muchas variantes. El juego de posesión, de grupo, de asociación permanente en todo el campo, de rotación de pelota, que se tenía como religión en época de Pep Guardiola, ha pasado (degenerado, dirían los fieles guardiolistas) a una disposición más vertical, cuya dependencia en la genialidad de Lionel Messi y en los goles del Luis Suárez se hace más marcada. ¿Y Neymar? No ha sido el año de la “transición tranquila” que muchos esperaban en ese ir haciendo menos protagonista al argentino y más al brasileño. En ese caso, Neymar se asemeja más a las cifras del paro en España: un mes regular, un mes mal, un mes regular, un mes mal. Un juego sí, otro no. Un partido sí, otro no.

Además de las lesiones arrastradas en el año (Andrés Iniesta, Gerard Piqué, Sergi Roberto, Jordi Alba, el mismo Messi y un largo etcétera), de los fichajes que no cuajan (André Gomes, Lucas Digne, Denis Suárez, Paco Alcácer), y el agujero negro en la pareja de centrales, quizá la explicación de este Barcelona a la baja, se localice lejos del Camp Nou y de la Ciudad deportiva en Sant Joan Despí.
Sí, tal vez, la razón de este año “montaña rusa” para los azulgrana se encuentre en los sonados casos de fraude fiscal y evasión de impuestos con la Hacienda española.

Problemas nada futbolísticos que comieron la cabeza y el tiempo de actores principales como Lionel Messi, Neymar Junior y Javier Mascherano. Los tres, requeridos por la Agencia Tributaria, pasaron por los tribunales. Messi y su padre fueron juzgados por no haber tributado en España 10 millones de euros de los derechos de imagen del futbolista. Mascherano fue juzgado por defraudar 1,5 millones y acordó sustituir la pena de un año de prisión por 21.600 euros. Y, en lo que respeta a Neymar, Hacienda impuso una multa de 5,5 millones de euros por considerar que en su fichaje hubo fraude al declarar la cantidad de 9,3 millones de euros como salario del brasileño y no como prestación de servicios.

He ahí la razón para el saldo negativo que deja 2016 en el FC Barcelona. Lo más complicado, que seguro le ha restado campo al fútbol, ha sido el desfile de sus principales estrellas por la Audiencia de Barcelona para tratar de explicar o solventar sus deudas con Hacienda. De cara a mejorar en 2017, quizás en Sant Joan Despí o en el Camp Nou debiesen pensar que las charlas de Luis Enrique no se limitasen al fútbol sino también tocar otros temas. Claro, cómo declarar bien la renta sería uno de ellos. Por eso, muchos azulgranas ya quieren que sean las 12 de la noche del 31 de diciembre, para comerse las uvas y olvidar que en 2016 su principal rival fue Hacienda y no el Real Madrid. ¡Salud!

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