Un Francia-Alemania donde se echará de menos a Ribery

Un aficionado luce una camiseta del futbolista francés Franck Ribery el 8 de junio de 2014 en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro (AFP | Gabriel Bouys)

El Francia-Alemania de cuartos de final del Mundial hará que muchos echen especialmente de menos a uno de los grandes ausentes del torneo, el francés Franck Ribery, el más alemán de los jugadores de su país y estrella del Bayern de Múnich. Ribery, tercer mejor jugador del pasado año 2013, según la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), sólo superado por el portugués Cristiano Ronaldo y el argentino Lionel Messi, fue una de las bajas anunciadas a última hora, en los días previos al inicio de la Copa del Mundo. Fue por una lumbalgia de la que trató de recuperarse, pero que finalmente le obligó a renunciar al que hubiera sido su tercer Mundial. Su ausencia estuvo, además, acompañada de una polémica por el tratamiento que debió haber seguido y por la diferencia de criterio entre el médico del equipo nacional francés y el del Bayern alemán. Ribery dijo en el inicio del Mundial en una entrevista con la agencia deportiva alemana SID, filial de la AFP, que no estaba de acuerdo con el tratamiento que proponía el doctor francés. "No tengo miedo a las inyecciones. Pero no quería que el médico francés me inyectara cortisona. Sé que no es bueno", afirmó la estrella gala. "Es injusto. No puedo aceptar que hagan reproches al doctor Müller-Wohlfahrt. Llevo siete años en el Bayern y tengo una confianza total en 'Mull' [el apodo de Müller-Wohlfahrt en Alemania], siempre me ha ayudado. Hace las cosas correctamente. Sin él, no sé si jugaría al fútbol como lo hago", añadió. Alemania es un país que ha estado ligado a la carrera de Ribery desde hace tiempo. Allí brilló en el Mundial de 2006, donde Francia fue subcampeona, y desde 2007 juega en el Bayern de Múnich, con el que ha ganado cuatro Bundesligas, cuatro Copas de Alemania, una Liga de Campeones y un Mundial de Clubes, entre otros trofeos. - Reencuentro frustrado - Es un ídolo en Alemania y ha proclamado en varias ocasiones lo bien que se siente en ese país, que lo ha adoptado casi como a uno de los suyos. "Quiero quedarme en Múnich todo el tiempo posible. En Europa no existe otro club para mí", afirmó a finales del pasado año, en el que acaparó galardones y reconocimientos por su gran juego en 2013. Entre ellos, el de 'Hombre del Año' por la publicación deportiva Kicker, una de las de referencia en Alemania. En caso de haber podido estar en este Mundial y, por ello, en el cuartos de final el viernes entre su país natal y su país de adopción, Ribery habría coincidido sobre el césped de Maracaná con varios amigos del equipo muniqués. Tendría que haber intentado batir a su compañero Manuel Neuer, buscar huecos entre Jerome Boateng o Philipp Lahm, o mantener duelos a distancia con Bastian Schweinsteiger, Toni Kroos, Mario Götze o Thomas Müller, que lleva cuatro goles en el torneo. En la selección de Joachim Löw hay siete jugadores del Bayern y los siete jugaron como titulares en los octavos de final ganados en la prolongación a Argelia (2-1). Ribery podrá, eso sí, facilitar información a sus compatriotas para tratar de alcanzar las semifinales y que Francia pueda seguir soñando en grande en este Mundial, pese a no contar con su gran figura. Sin embargo, será a distancia, ya que no viajará para apoyar a sus compañeros, anunció el martes el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noël Le Graët. "Ribéry está de vacaciones con su familia y descansando", dijo Le Graët, que había invitado a la estrella del Bayern de Múnich al Maracaná, junto con los otros dos futbolistas galos indisponibles para el Mundial, Steve Mandanda y Clément Grenier. El presidente de la Federación dijo estar esperando todavía las respuestas de Mandanda, que juega en el Marsella, y de Grenier, que milita en el Lyon, puesto que los clubes franceses han iniciado ya los entrenamientos de pretemporada. Grenier sufría una lesión en el muslo y Mandanda se fisuró una cervical en el último partido de la Liga francesa, el 17 de mayo.