La Fórmula 1 no puede permitirse un colofón tan bochornoso como el de Japón

Max Verstappen se proclamó bicampeón al imponerse del Campeonato Mundial de Fórmula 1 en el caos de Suzuka (Photo by Peter Fox/Getty Images).
Max Verstappen se proclamó bicampeón al imponerse del Campeonato Mundial de Fórmula 1 en el caos de Suzuka (Photo by Peter Fox/Getty Images).

La Fórmula 1 ha tenido muchos finales diversos a lo largo de la historia para poder conocer quién es el mejor de cada año. Finales apretados como el del año pasado o 2008 u otros más aburridos como la gran mayoría vividos con Hamilton y Mercedes. Sin embargo, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que nunca hemos visto un desenlace donde nadie, ni siquiera el propio piloto, sabía que era campeón. Max Verstappen ha tenido el honor de estrenar ese final.

Cerca del 90% de personas que siguen la Fórmula 1 daban por hecho que al no poder disputarse ni la mitad de carrera no se repartirían todos los puntos. Pero la FIA, tenía un as en la manga. Como la carrera se ha podido completar, sí que se otorgan los puntos pertinentes. Si solo se hubiese hecho la misma distancia, pero con la sesión suspendida, la cosa hubiese sido distinta. Correcto, es absurdo.

El nivel de sinsentido hace que tanto equipos como pilotos también se pierdan. Es cierto que no lo celebraban en un principio en Red Bull porque no le cayó sanción a Charles Leclerc hasta pasados unos minutos, pero cuando se lo comunicarion a Verstappen tampoco las tenía todas porque no se esperaban que le sumasen los 25 puntos.

Estaba claro que Verstappen iba a ser bicampeón tarde o temprano y tiene suerte la Fórmula 1 que la cosa no estaba apretada. No tiene ningún sentido que se repartan todos los puntos por el simple hecho de haber visto la bandera de cuadros. ¿Si se hubiesen hecho 10 minutos también lo hubiesen dado por válido? Sería indignante. Al nivel del esperpento vivido en Spa la temporada pasada.

Otra cosa que no se puede permitir en la carrera que un título se pueda decidir es el innecesario miedo hacia la lluvia. Tiraron adelante para no volver a vivir el trauma de Bélgica y a la primera vuelta Sebastian Vettel ya colocaba los intermedios y era el más rápido. Es decir, la lluvia no había cesado (más bien lo contrario) pero los pilotos podrían rodar con comodidad. Por lo tanto, si hubiesen dejado correr desde un inicio, todo se hubiese desarrollado sin problemas. Pero nos perdimos una carrera con mucha incertidumbre por pecar de precavido. Y lo peor es que no es la primera. Como dijo Pedro Martínez de la Rosa en DAZN, “hemos pasado de querer carreras en lluvia, a que no caiga ni una gota”.

Y, por supuesto, otro esperpento que se vivió en Japón es el hecho de volver a ver una grúa y comisarios en medio de la pista cuando todos los pilotos no estaban reagrupados. Podemos discutir si Pierre Gasly iba más rápido de lo debido pero los antecedentes hacen de esto algo inadmisible. Ya perdimos la vida de Jules Bianchi precisamente en Suzuka y sirvió de precedente. La F1 se puso entre ceja y ceja no volver a ver algo similar. Seguimos sin saber en qué estaban pensando.

En resumen, hemos vivido un día histórico porque no siempre se consigue ver como un piloto, especialmente tan joven como lo es Verstappen, convertirse en bicampeón. Pero se recordará más por como se enteró, no por como ganó por lograrlo. Y un deporte del nivel de la Fórmula 1 no se lo puede permitir.

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