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De Flor Isava a Caridad Colón: la breve lista de latinoamericanas en el COI

Madrid, 17 jul (EFE).- Una amazona venezolana fue la primera y una atleta cubana es, desde ahora, la cuarta y última. Entre ellas, una voleibolista, cubana también, y una expresidenta de gobierno costarricense completan la pequeña lista de mujeres latinoamericanas que en los 126 años de historia del Comité Olímpico Internacional (COI) han sido admitidas en su asamblea.

La 136 Sesión del COI, reunida por primera vez telemáticamente debido al coronavirus, aprobó este viernes con 88 votos a favor y solo uno en contra la entrada de María Caridad Colón en el organismo, cuarenta años después de que la atleta de Baracoa se convirtiese en la primera campeona olímpica latinoamericana con su oro en lanzamiento de jabalina en los Juegos de Moscú 1980.

Cuando Colón logró aquella proeza, en la asamblea del COI no se sentaba ni una sola mujer. Pese a sus logros deportivos y a que, una vez retirada de la alta competición, ha servido de forma incansable a los ideales olímpicos, entregada a la formación de niños y jóvenes y sobre todo de las mujeres, la cubana ha tenido que esperar hasta los 62 años para ingresar en el primer organismo deportivo mundial. Solo permanecerá allí ocho años, puesto que la edad de jubilación está establecida ahora en los 70.

Colón se incorpora así al pequeño grupo de mujeres latinoamericanas que han pertenecido al COI y que inauguró la venezolana Flor Isava Fonseca.

Un año después de acceder a la presidencia del Comité en 1980, el español Juan Antonio Samaranch puso fin a la anomalía de contar con una asamblea exclusivamente masculina y dio entrada a dos mujeres: Isava y la finlandesa Pirjo Haggman.

Son los propios miembros del COI (105 con las incorporaciones de hoy) los que deciden quién entra en su club, entre una lista de candidatos que proponen ellos mismos u otros organismos deportivos.

Flor Isava, que el pasado mayo cumplió 99 años, había tenido una brillante carrera como amazona hasta que un accidente la alejó de los caballos. Ya en 1947 había fundado la Federación Venezolana de Deportes Ecuestres y organizó durante décadas numerosas competiciones y actividades, siempre con una vertiente tan solidaria como competitiva que llamó la atención del COI.

No solo fue, junto a Haggman, la primera mujer en la asamblea olímpica, sino que también fue la primera en acceder a su Comisión Ejecutiva, en la que permaneció entre 1990 y 1994, y la primera que optó a una vicepresidencia, en 1994, en este caso sin éxito.

"Falta aún mucho tiempo para que los señores del COI acepten a un mujer en ese puesto. Pero estoy satisfecha por haber cumplido el deber de abrir ese frente para las mujeres", dijo entonces.

Esa puerta terminó de empujarla la estadounidense Anita DeFrantz, primera vicepresidenta en 1997 y luego, en 2001, primera y hasta ahora única candidata a presidir el organismo.

La jubilación de Flor Isava como miembro del COI en ese mismo 2001 dejó al Comité sin mujeres latinoamericanas hasta que en 2008, durante los Juegos de Pekín, la voleibolista cubana Yumilka Ruiz fue elegida sus compañeros deportistas en la Villa Olímpica para representarles en el seno del COI.

Ese rol de portavoz de los atletas, rotatorio, dura un máximo de ocho años, los que estuvo en la asamblea la triple medallista olímpica (oro en 1996 y 2000 y bronce en 2004). En 2016 tuvo que dejar su sitio a otros deportistas con participación más reciente en los Juegos.

Ruiz tiene actualmente 42 años y sigue colaborando con el COI en alguna de sus comisiones de trabajo.

En 2019 fue elegida miembro del COI la expresidenta costarricense (2010-2014) Laura Chinchilla, de plena actualidad en este mes de julio por su candidatura a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Chinchilla, de 61 años, es graduada en Ciencias Políticas y antes de presidenta de su país fue diputada, ministra de Seguridad y de Justicia y vicepresidenta.

Al ingresar en el COI manifestó que desde el organismo le habían pedido que aportara ideas similares a las que impulsó durante su Gobierno, "que apostaron por el deporte como instrumento para el empoderamiento de la mujer, o para combatir las adicciones y la violencia en los jóvenes".

Hasta la entrada este viernes de María Caridad Colón, Chinchilla era la única mujer latinoamericana en la actual asamblea olímpica.

Durante las últimas décadas ha habido, sin embargo, numerosas mujeres en Latinoamérica que por sus resultados deportivos, por su trayectoria como dirigentes o por su aportación a los valores del Movimiento Olímpico hicieron méritos sobrados para ocupar un lugar en la selectiva ágora del deporte.

El pasado 17 de junio falleció a los 86 años Marlene Ahrens, única mujer chilena en subir al podio en unos Juegos con su medalla de plata en la ya lejana edición de Melbourne 1956. La jabalina la emparenta con María Caridad Colón.

Ahrens llegó al atletismo por casualidad, cuando su novio se fijó en lo bien que lanzaba piedras en la playa, y lo dejó por una injusticia, cuando su Comité Olímpico la suspendió por unas declaraciones que ella negó haber hecho. Luego se dedicó con éxito al tenis y a la hípica, lo que a su vez la acerca a Flor Isava. Y fue vicepresidenta del comité olímpico de su país.

"No cabe duda de que por toda Iberoamérica hay grandes talentos deportivos escondidos por culpa de la ignorancia de los dirigentes", dijo quien nunca temió levantar la voz para denunciar todo tipo de acoso en el deporte.

Como ella, las brasileñas María Lenk u Hortencia Marcari, la peruana Cecilia Tait, la cubana Mireya Luis, la colombiana Ximena Restrepo, la argentina Gabriela Sabatini, la uruguaya María José Pesce, la puertorriqueña Sara Rosario, la paraguaya Fátima Morales o la mexicana Jimena Saldaña habrían sido, o serían, valiosas miembros del COI cuya presencia enriquecería a la centenaria institución.

Jimena Saldaña frecuenta desde hace 30 años las bambalinas del olimpismo, en el que se adentró como colaboradora del fallecido Mario Vázquez Raña. Se presentará a las próximas elecciones a la presidencia del Comité Olímpico Mexicano (COM), del que ya es vicepresidenta. Si logra ese cargo, por primera vez el olimpismo de los tres países de Norteamérica estaría en manos de mujeres.

Saldaña es vicepresidenta de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe) y coordinadora de relaciones interinstitucionales de la Secretaría de Educación Pública mexicana. Trabaja en programas para la incorporación de refugiados y migrantes a la práctica deportiva, lo que hace que su perfil sea idóneo para aparecer en todas las listas de candidatos a miembro del COI a corto y medio plazo.

No cabe esperar una ampliación de la cuota de mujeres latinoamericanas por la vía de las elecciones entre deportistas que se llevarán a cabo en la Villa Olímpica de Tokio dentro de un año. Entre los 30 aspirantes (para cuatro plazas) hay cinco deportistas de la región, pero todos los comités olímpicos nacionales se han decantado por presentar un candidato hombre.

Natalia Arriaga

(c) Agencia EFE