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La FIFA está advertida: prohibir juegos importantes en Estados Unidos podría violar leyes antimonopolios

Durante más de cinco años, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha construido un caso por corrupción en contra de los niveles más altos del fútbol internacional, tras acusar a decenas de los más altos funcionarios del deporte de cometer delitos como lavado de dinero y fraude. Ahora, su división antimonopolios se ha unido a la lucha.

La división antimonopolios está enfocada en una disputa de años por los lugares donde se llevan a cabo los partidos. La FIFA, el órgano rector del fútbol mundial, está considerando fortalecer los reglamentos que prohíben a los equipos disputar encuentros competitivos de temporada regular fuera de los países donde juegan como locales.

El interés de la división antimonopolios surge debido a que una empresa de promoción del deporte con sede en Nueva York, Relevent Sports, ha demandado a la FIFA y a la Federación de Fútbol de Estados Unidos, a quienes acusa de conspirar para prohibir que Relevent traiga partidos de temporada regular de ligas extranjeras a Norteamérica.

En septiembre pasado, Relevent, empresa propiedad de Stephen Ross, el desarrollador de bienes raíces y principal dueño de los Delfines de Miami, presentó su demanda por prácticas monopólicas después de que sus esfuerzos por realizar un partido de La Liga con el Barcelona en Miami en 2018 enfrentaron la oposición de la FIFA y la federación española, las cuales prohibieron que los equipos jugaran en el extranjero. Un esfuerzo posterior para llevar dos equipos de Ecuador a Estados Unidos fracasó cuando la Federación de Fútbol de Estados Unidos se negó a otorgar el permiso para que se jugara el partido.

En marzo, Makan Delrahim, asistente del fiscal general para la división antimonopolios, les escribió al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y a Cindy Parlow Cone, quien dirige la federación estadounidense, para expresarles sus inquietudes tras enterarse de que un influyente comité asesor de la FIFA le había recomendado al consejo de gobierno de la FIFA que “los partidos locales oficiales debían realizarse en el territorio de la asociación miembro”.

Todavía falta que el Consejo de la FIFA ratifique la recomendación.

“En específico, nos preocupa que la FIFA pueda violar leyes antimonopolios de Estados Unidos al restringir el territorio donde los equipos pueden jugar los partidos de liga”, escribió Delrahim en la carta, la cual no se había divulgado hasta ahora. Relevent incluyó la carta como parte de su querella modificada cuando presentó una nueva demanda en el Distrito Sur de Nueva York el martes.

La FIFA no respondió de inmediato a una solicitud para hacer comentarios.

El involucramiento del Departamento de Justicia añade una nueva dimensión al caso presentado por Relevent. La FIFA ha intentado cultivar una relación cercana con las autoridades estadounidenses desde que se realizaron las imputaciones por corrupción en 2015, las cuales desmantelaron el máximo nivel de liderazgo en el fútbol internacional. Los abogados de la FIFA han estado en contacto regular con los funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos para tratar de demostrar que la organización ha cambiado de manera significativa y que se le deberían reembolsar como indemnización algunos de los cientos de millones de dólares que fueron decomisados a los acusados que admitieron haber participado en esquemas de sobornos y pagos de favores.

El anuncio que hizo Relevent de un acuerdo con La Liga para que se jugaran partidos de temporada regular en Estados Unidos, que habría comenzado con el juego de 2018 entre el Barcelona y el Girona, ha revivido un tema conflictivo que había permanecido latente desde que la Liga Premier inglesa se vio obligada a suspender sus planes de realizar una ronda de partidos internacionales, propuestos en 2008, después de la indignación en casa y el extranjero.

Aunque los esfuerzos como el de Relevent siguen enfrentado oposición de las federaciones nacionales y los tradicionalistas, la creciente popularidad de los equipos europeos más allá de sus mercados tradicionales ha aumentado una demanda para que se jueguen partidos competitivos lejos de los escenarios locales de los equipos. Estos juegos valdrían millones de dólares en ingresos adicionales para los participantes. En años recientes, España e Italia han firmado contratos para jugar partidos de copa en Arabia Saudita.

Llevar a cabo esos juegos podría ser una amenaza para los intereses de las competencias locales, como la Major League Soccer, la liga profesional de Estados Unidos. Don Garber, el comisionado de la liga, quien es parte de la Comisión de Grupos de Interés del Fútbol de la FIFA, la cual recomienda prohibir los partidos en el extranjero, expresó su oposición este año. “Creo de todo corazón que los aficionados locales deberían tener la oportunidad de ver partidos locales, y no que por otras razones se jueguen esos partidos fuera del mercado local”, le comentó Garber a ESPN en febrero.

Las reglas de la FIFA permiten que los partidos se jueguen en un territorio extranjero solo bajo “circunstancias excepcionales”. Después de la indignación por el plan para que se jugara el partido de La Liga en Miami, el Consejo de la FIFA reforzó su postura y emitió una declaración después de una reunión trimestral celebrada en Kigali, Ruanda, en 2018.

“El consejo enfatizó el principio deportivo según el cual los partidos oficiales de liga deben jugarse dentro del territorio de la respectiva asociación miembro”, señaló la FIFA en ese momento.

En años recientes, las ligas deportivas más importantes de Estados Unidos, como la NFL, la NBA y el Béisbol de las Grandes Ligas, han aceptado con gusto el hecho de que sus equipos jueguen partidos oficiales en el extranjero con la esperanza de llegar a nuevas audiencias: el fútbol americano de temporada regular se ha vuelto un elemento importante de la escena deportiva de Londres. El argumento de Relevent es que, en contraste, se está privando a las audiencias estadounidenses de ver el mejor fútbol.

“Esta división geográfica del mercado limita de modo poco razonable la competencia en Estados Unidos, reduce el rendimiento por debajo de los niveles competitivos en los mercados relevantes y constituyen abusos de posición dominante que perjudican a promotores como Relevent (que participa de manera directa en el mercado relevante) y a los aficionados estadounidenses que disfrutan de las ligas profesionales de fútbol varonil del más alto nivel”, señaló Relevent, según consta en una copia de la documentación que presentó, la cual fue revisada por The New York Times.

This article originally appeared in The New York Times.

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