Fernando Redondo, a fondo: Messi, Maradona, Dybala, la selección y su sueño de ser entrenador

Sus botines parecían tener imanes: la mayoría de las veces, la pelota pasaba por sus pies. Fernando Redondo fue un jugador maravilloso, elegante, con un talento que lo llevó a triunfar en Europa, principalmente en Real Madrid. Un volante central de fina estampa que siempre será recordado como "El Príncipe". Asentado en Buenos Aires desde 2008 junto con su familia, con deseos de ser entrenador, el ex mediocampista de 51 años charló mano a mano con LA NACIÓN en la presentación de Total Argentina como sponsor de La Liga, donde Redondo es embajador. Palabra autorizada para analizar el fútbol mundial.

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-Ya se han ido Cristiano y Neymar. ¿Cuánto perdería La Liga si se marchara Messi?

-Me causa sorpresa y estoy expectante por lo que pueda suceder. El deseo de la liga española es que se solucione de la mejor manera para el club, para él y para la competición. La historia de Messi con el Barcelona es de muchos años y de mucha riqueza, para los que están involucrados en todo esto hay mucho en juego. Sinceramente, me gustaría que Leo siguiera en el club y sea de la mejor manera. Se lo merecen él y el Barcelona, por la relación de tantos años.

-¿Seguís con la idea de ser entrenador?

-Sí. Iba a viajar a España a finales de marzo, pero la pandemia frenó todo. Estamos en un gran impasse, aunque el deseo permanece intacto. Sigo extrañando la adrenalina de la competencia. Creo que es el momento, ojalá pudiera tener la posibilidad. Estoy abierto a todo y a analizar propuestas. El fútbol es mi gran pasión, y quisiera desarrollar mis ideas.

-¿Qué tipo de técnico serías?

-No tengo dudas de que trataría de que mi equipo interprete mi manera de ver el fútbol, que es ofensiva, naturalmente. Un fútbol que tiene compromiso con el juego. La profesión de entrenador es muy compleja y uno tiene que concentrarse en el proceso, porque los resultados sabemos que están ahí y van a condicionar tu tarea. Pero el hecho de poder potenciar a los futbolistas que vos tenés, lograr que tu equipo plasme tu idea, que lo que vos trabajas se vea en la cancha, eso puede ser una gran satisfacción. Seguro que incomparable con el hecho de jugar, pero la más cercana. Esta es la única manera en la que yo podría volver al fútbol.

-Los últimos que triunfaron han sido Higuaín y Di María. ¿Por qué creés que en los últimos años no hubo argentinos en el Real Madrid?

-No es nada fácil el Real Madrid. Pero siempre hay argentinos capaces de vestir esa camiseta, no tengo dudas. También hay que tener en cuenta los vaivenes del mercado. El Madrid, como Barcelona, sigue siendo de los socios. En otras ligas las sociedades anónimas han jugado de manera singular en esto de las incorporaciones. Aunque sigo pensando que siempre habrá futbolistas de nuestro país que puedan triunfar en un gigante como el Real.

-Hace cinco años, con Messi-Mascherano, se vio a los últimos argentinos que ganaron la Champions League. ¿A qué pensás que se debe?

-No resulta sencillo ni siquiera para los equipos de elite con grandes jugadores. La competencia es cada vez más alta y tienen que darse una serie de factores. No creo que sea por falta de materia prima nacional. Soy un convencido de que hay una renovación y una nueva generación de argentinos con mucha jerarquía, que están adquiriendo experiencia internacional y que van a seguir creciendo. Un ejemplo claro es Lucas Ocampos en el Sevilla. Otro es Lautaro Martínez en el Inter. Son chicos que me generan una gran expectativa en el camino que van haciendo.

-¿Creés que el fútbol sudamericano está quedando algo relegado con respecto al europeo?

-En cuanto a jugadores los vamos a seguir teniendo, porque el argentino es muy competitivo y se adapta bien a muchas ligas. En general, lo mismo corre para los sudamericanos. Ahora, en organización e infraestructura desde chicos sí hay muchas diferencias. Lo vamos entendiendo, pero vamos por detrás. ¿Cuántos son los clubes en la Argentina que tienen canchas de césped sintético? Donde los chicos puedan entrenar los días de lluvia y no estén obligados a meterse sí o sí en el gimnasio. En Europa puede estar nevando, diluviar, pero el jugador no se despega de la pelota. Evidentemente, eso nos saca una buena ventaja. Es clave dar los recursos apropiados y la compensación a los docentes, a los formadores idóneos que puedan dedicar todo su tiempo para que en edades tempranas el desarrollo sea el que tenga que ser. De acuerdo a la situación económica que hoy se atraviesa en la región, influye y mucho. Esas cosas las salvamos con talento, picardía, esfuerzo y dedicación por lo apasionados que somos en este deporte. Pero sí, esa diferencia es real.

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-Agüero dijo alguna vez que a esta camada de jugadores tres veces finalista con la selección se la iba a extrañar mucho. ¿Estás de acuerdo?

-Sí, evidentemente fueron y son una gran generación. Lamentablemente no tuvieron esa fortuna que se merecían en varias ocasiones. Yo lamenté mucho que no hayan podido celebrar, pero valoré lo que hicieron porque colocaron al fútbol argentino nuevamente en situación de privilegio. Finalistas de un Mundial, finalistas de la Copa América. Este deporte no entiende de merecimientos, pero ellos realmente se lo merecían. Somos muy exitistas en nuestro país, es una realidad, pero no tenemos que dejar que eso sea lo único que valga e importe. No es así.

-Integraste el último plantel argentino campeón de una Copa América, en 1993. Pasó muchísimo tiempo.

-Sinceramente, es algo que me parece mentira. Si hago un repaso y veo a los jugadores que pasaron por la selección argentina, la cantidad de talentos que lo hicieron, y que no hayamos podido conseguir un título, me duele mucho. Pero así de injusto es el fútbol a veces. Vuelvo a lo anterior: estos chicos de la última generación se lo merecían.

-¿Cómo ves al recambio generacional que tiene el seleccionado con Paredes, Lautaro Martínez, De Paul y Ocampos, por citar algunos?

-Me encantan, y a ellos les sumaría a Dybala, a Lo Celso. Hay materia prima. Son jóvenes y me entusiasman. Espero que el proceso en la selección sea prolijo. Me gustaría que estén tranquilos, que la idea sea una, para que realmente puedan consolidarse y vayan todos en la misma dirección. El problema de un seleccionado es el tiempo de trabajo. Pero cuando el camino es ordenado estoy convencido de que los resultados llegan. Y no quiero olvidarme de Di María: no es joven como ellos, es verdad, pero creo que todavía tiene muchísimo para aportarle a la selección. Es un volante que me encanta. Mi deseo es que él pueda retirarse de la selección ganando. Como Messi.

-En relación a estos nuevos chicos que comenzaron a jugar en la selección con Messi al lado. ¿Es difícil para un futbolista descolgar el póster del ídolo?

-Claro, a mí me pasó con Maradona. Yo era muy joven cuando llegué a la selección. Obviamente que uno lo disfruta, porque ves ahí a tu ídolo y no lo podés creer. A su vez, es algo natural que te hace mejor futbolista, entonces hay que saber aprovecharlo. Es algo que te motiva para crecer y potenciarte. En ningún momento eso debería ser en detrimento, ¿no? Quien está en un selección es un jugador probado, con carácter y personalidad. En definitiva, en mi caso con Diego, terminábamos siendo pares. En el fútbol se la das al que más sabe, al que te lleva a ganar el partido.

-Ahora, ¿puede haber un abuso en eso de dársela todo el tiempo al ídolo? A Diego, a Messi.

-Totalmente. Cuando hablamos de la inteligencia de un equipo, de sus futbolistas, es la inteligencia para interpretar los momentos y las situaciones de partido. Es eso, si vos se la das al ídolo porque está al lado, pero el pase era en otro sector, donde había que profundizar, no funciona. No, no va. Eso está mal. Justamente, es un tema que pasa por la conducción. El mismo ídolo te va a decir: 'Mirá, acá te equivocaste'. La cabeza del grupo es la que debe ordenar esas cuestiones.

-Te tocó jugar muchos años al lado de una estrella como Maradona. ¿Por qué pensás que a Dybala le cuesta asociarse o destacarse al lado de cracks como Cristiano o Messi?

-Los mejores tienen que jugar siempre; si no quieren, es otra cosa. Pero a esos tipos hay que buscarles el lugar. Insistir, analizar. Yo lo he visto a Paulo en partidos con un rendimiento muy alto. Ahora, quizás la llegada de Pirlo como DT, a quien conozco mucho y sé el estilo que pregona, le pueda ser beneficiosa a Dybala. Para que pueda afianzarse más y demostrar en la selección, que es lo que todos deseamos. Evidentemente el talento que tiene es inobjetable.

-Hablaste de la tarea compleja de un DT. ¿Cómo ves a Scaloni en la selección?

-Con Lionel terminamos juntos el curso de entrenadores. También con Saviola y Leo Franco, entre otros. Scaloni se sumó en la última etapa del UEFA Pro, en la Federación Española. Yo lo había enfrentado en la cancha, él para La Coruña y yo para el Madrid. En ese tiempo del curso lo conocí de otro modo, nos reíamos de anécdotas pasadas. Tiene una enorme personalidad, es muy seguro de sí mismo. Y lo demostró, dado que no es fácil asumir en la selección sin haber dirigido a equipos previamente. Hizo todo de manera muy natural, inclusive este recambio de futbolistas. Creo que darle tranquilidad y continuidad es lo más importante. Le auguro lo mejor.