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Fanáticos espían a Woods sin medida alguna

CIUDAD DE MÉXICO, julio 17 (EL UNIVERSAL).- El estadounidense Tony Finau terminó la primera ronda del Memorial Tournament en la primera posición, con una tarjeta de 66 impactos (-6).

Detrás de él están Ryan Palmer (-5), Brendan Steele y Gary Woodland (-4), tras 18 hoyos disputados en el Muirfield Village.

Los mexicanos Abraham Ancer y Carlos Ortiz tuvieron rondas discretas, en par (72 golpes) y +2, respectivamente. Ambos deberán mejorar su rendimiento esta tarde, si aspiran a pasar el corte para el fin de semana en Dublin, Ohio.

La gran sensación, sin sorpresa, fue Tiger Woods, quien regresó a la actividad del PGA Tour, después de cinco meses. Su actuación (-1), provocó que varios aficionados se acercaran al campo, a pesar de las medidas sanitarias.

Cuando Woods se ubicó en el tee del hoyo 7, un par 5, docenas de personas se reunieron en las bardas del campo que dan a la calle. La televisión capturó a estos fanáticos, sin portar cubrebocas, a un par de metros de Tiger, Brooks Koepka y Rory McIlroy.

El PGA Tour cerró sus puertas a los aficionados, para prevenir contagios de coronavirus en sus eventos. El exnúmero uno del mundo se ausentó en los primeros cinco torneos tras la reanudación, fue hasta esta semana que decidió presentarse.

El martes, Woods confesó que no quiso jugar por miedo a infectarse, más allá de los problemas físicos que sufrió en febrero: "Jugar es un riesgo que todos estamos tomando, a pesar del fantástico trabajo que ha hecho el PGA Tour para protegernos. Todos los exámenes, los monitoreos y sus resultados han demostrado que aún hay que ajustar cosas, pero es un riesgo que estoy dispuesto a asumir", explicó.

Mike DeWine, gobernador de Ohio, tenía planeado que el Memorial Tournamet se jugara con un aforo mínimo, pero el circuito decidió detener esa idea.

Estados Unidos ha presentado 75 mil casos de Covid-19 en las últimas 24 horas. A pesar de ello, todos quieren ver a Tiger.