Facundo Campazzo: aniquiló los prejuicios y generó un impacto similar a los argentinos que dejaron una huella en la NBA

Luis Scola en Houston (2008). Andrés Nocioni en Chicago (2005), Facu Campazzo en Denver (2021) y Manu Ginóbili en San Antonio (2003)
Luis Scola en Houston (2008). Andrés Nocioni en Chicago (2005), Facu Campazzo en Denver (2021) y Manu Ginóbili en San Antonio (2003)

Un final con sabor amargo. Por las formas, por cómo resultó la última función y lejos de las respuestas esperadas. El potencial del rival fue la clave, posiblemente uno de los más completos y complejos que podían aparecerle en el camino. Pero detenerse pura y exclusivamente en el desenlace, en la serie con Phoenix Suns, en el doloroso 4-0, es demasiado injusto. La primera temporada de Facundo Campazzo en Denver Nuggets, fue mucho más que la expresión en la semifinal de la Conferencia Oeste. La aventura del base argentino estuvo por encima de las expectativas, su impacto fue superador, sus responsabilidades fueron mayores y estuvo a la altura, incluso, con producciones similares a las de Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto y Pablo Prigioni, como jugadores de la NBA.

Facundo Campazzo y Denver Nuggets, contra las cuerdas: las críticas al base argentino

Cada una de las historias de los 14 argentinos que llegaron a la competencia de los Estados Unidos tiene matices. Algunos dieron el salto desde la Liga Nacional (Rubén Wolkowyski o Nicolás Brussino), otros después de pasar por el sistema universitario norteamericano (Pepe Sánchez o Patricio Garino), y el tercer grupo, luego de probar su categoría en el básquetbol europeo (Ginóbili, Scola, Nocioni, Oberto, Prigioni, Herrmann y Laprovittola). Campazzo pertenece a este último grupo, pero no le alcanzó ser considerado uno de los jugadores más dominantes de Europa para ser recibido como una figura. Se puso especial recelo en su talla (1,78 metro) y pocos confiaban que pudiera conducir al equipo. Algunos hasta aseguraban que ya no iba a poder ser tan determinante su jerarquía defensiva. Y salvo en la última serie con Phoenix, donde el rival anuló casi todos los recursos de Denver, su impronta en ese rubro fue determinante para la franquicia de Colorado.

Chris Paul y Devin Booker fueron una tremenda pesadilla para los Nuggets. Y cuando parecía que el cierre de temporada iba a ser un interrogante en cuanto al desarrollo del argentino en playoffs, el orgullo de Campazzo en el juego 4 nuevamente espantó algunas críticas desproporcionadas (14 puntos y 2 asistencias en poco más de 21 minutos).

Las estadísticas de esta primera temporada le ofrecen un guiño al cordobés, porque su cierre muestra una planilla muy positiva, por encima de la instancia hasta la que accedió. Campazzo jugó 66 partidos, fue titular en 20, promedió 21.9 minutos, 6.1 puntos, 3.6 asistencias, 1.2 robos y 1.7 rebotes. Su efectividad en tiros de tres puntos llegó al 35.2 %. En playoffs, jugó los 10 partidos de los Nuggets, fue titular en 9, promedió 27 minutos, 9.3 puntos, 4.1 asistencias, 3 rebotes, 1.4 en robos de balón y un 39.6% desde la línea de tres puntos. No es un detalle menor que Campazzo tiene 30 años.

Para comprender mejor, vale tomar como referencia los números de Ginóbili, que más allá de haber sido campeón con San Antonio Spurs, con 25 años, tuvo una incidencia menos preponderante que la de Campazzo en Denver. Manu, en su primera temporada, tuvo estos números: jugó 69 partidos, fue titular en 5, promedió 2,.7 minutos, 7.6 puntos, 2 asistencias y 2.3 rebotes. Su efectividad en tiros de tres puntos llegó casi al 35 %. En playoffs jugó los 24 partidos hasta llegar a la final, no fue titular, promedió 27,5 minutos, 9,4 puntos, 2,9 asistencias, 3,8 rebotes y en lanzamientos de tres puntos elevó sus promedio a 38%.

Campazzo tuvo que asumir responsabilidades mucho más rápido de los esperado. Si bien está acostumbrado a ese tipo de presiones, porque fue el “dueño” de Real Madrid y es uno de los motores, junto con Luis Scola, de la selección de la Argentina, la lesión de Jamal Murray, más las de Monte Morris, PJ Dozier y Will Barton, ubicaron rápidamente al argentino como el hombre elegido por el entrenador Mike Malone para tomar las riendas de Denver. Su gran déficit fue la inconstancia con el tiro. Campazzo no es por naturaleza un base anotador y tuvo que forzar situaciones de ataque por la falta de opciones de su equipo .

Emanuel Ginóbili de los Spurs supera a Samaki Walker de los Lakers el martes 29 de octubre de 2002 en el Staples Center de Los Ángeles durante el juego inicial de la temporada
Emanuel Ginóbili de los Spurs supera a Samaki Walker de los Lakers el martes 29 de octubre de 2002 en el Staples Center de Los Ángeles durante el juego inicial de la temporada


Emanuel Ginóbili supera a Samaki Walker, de los Lakers, el 29 de octubre de 2002 en el Staples Center durante el juego inicial de la temporada

Para Luis Scola, la experiencia en Houston Rockets fue muy intensa. Es, por el momento, el único argentino que logró ser incluido en el quinteto ideal de novatos de la NBA (2008). Llegó a la NBA a los 27 años, después de conquistar Europa, con una tremenda experiencia, lo que le permitió jugar 82 partidos de serie regular, fue titular en 39, promedió 24,7 minutos, 10,3 puntos, 1,3 asistencias y 6,4 rebotes. En playoffs, jugó los 6 duelos en la serie que los Rockets perdieron ante Utah (4-2), fue titular en todos los partidos, promedió 36,7 minutos, 14 puntos, 9 rebotes y 1.2 asistencias.

Andrés Nocioni, en Chicago Bulls, tuvo un impacto similar al de Campazzo en cuanto a la identificación de la gente con el estilo de juego. La personalidad de ambos fue determinante para que los elogios de los especialistas fueran positivos. Chapu, en su primera temporada, en la NBA y con la frescura (y la furia) de sus 25 años, jugó 81 partidos, fue titular en 38, promedió 23,4 minutos, 8,4 puntos, 1,5 asistencias y 4,8 rebotes. Su efectividad en tiros de tres puntos fue muy baja, de 25 %. En la postemporada apenas pudo jugar 6 partidos, todos como titular, aunque la serie con Washington Wizards no fue positiva porque cayeron por 4-2. La planilla de ese primer playoffs de Nocioni fue de 33,7 minutos de promedio, 12,8 puntos, 8,2 rebotes, 2,3 asistencias y un 35.3 % en tiros de tres puntos.

Otro jugador que participó de los playoffs en su primera temporada y con una edad avanzada como Campazzo, es Pablo Prigioni, que desembarcó en New York Knicks con 35 años. El base de Río Tercero, jugó 78 partidos de serie regular, fue titular en 18, promedió 16,2 minutos, 3,5 puntos (40% en triples), 3 asistencias y 1,8 rebotes. En la postemporada, también llegó a una semifinal de Conferencia, pero en el Este, y fue eliminado por Indiana Pacers. El cordobés jugó 11 partidos, fue titular en 10, promedió 20,9 minutos, 4,5 puntos, 3,2 asistencias, 1,2 rebotes y un 43.3% en lanzamientos desde los tres puntos.

El caso de Fabricio Oberto tiene un punto en común con Campazzo. Llegó a San Antonio Spurs, con la misma edad (30 años) y experiencia europea que Campazzo. El pivote de Las Varillas, Córdoba, en su primer año en la franquicia de Texas, jugó 59 partidos, no fue titular en la temporada regular, promedió 8,3 minutos, 1,7 puntos y 2.1 rebotes. En los playoffs jugó apenas 7 partidos (no fue titular) de los 12 que disputaron los Spurs, que cayeron en la semifinal de la Conferencia Oeste ante Dallas Mavericks del alemán Dirk Nowitzki. El pivote argentino promedió 4 minutos, 1 punto, 0,9 rebotes y 0,1, asistencias.

El resto de los argentinos que llegó a la NBA tardó mucho más tiempo en encontrar las oportunidades que se ganó Campazzo. En algunos casos, nunca la consiguieron. Carlos Delfino, con 21 años (el más joven de todos hasta ahora), tuvo un promedio de 15,3 minutos en los 30 partidos que jugó de serie regular con Detroit Pistons.

Walter Herrmann, a los 27 años, llegó a Charlotte Bobcats, y aunque casi no fue tenido en cuenta en el arranque de la temporada, terminó siendo titular en 12 de los 48 partidos que disputó, promedió 9,2 puntos en 19,5 minutos, con un 46% de efectividad desde la línea de tres puntos. Hasta ganó un premio al Rookie del mes (marzo de 2007), algo que sólo había conseguido Manu Ginóbili (marzo 2003) y pudo repetir Scola (febrero 2008). Además, integró el segundo equipo de novatos.

Juan Ignacio Sánchez, desde la Universidad de Temple, llegó a Philadephia Sixers. No tenía continuidad y fue transferido a Atlanta. Disputó apenas 29 partidos entre ambos equipos y nunca fue titular, y tuvo un promedio de 4,8 minutos en la 2000/01 (0,7 puntos por encuentro). En el mismo ejercicio, Rubén Wolkowyski, con la camiseta de Seattle Supersonics, jugó 34 partidos, sólo en uno fue titular y promedió 2,2 puntos en 9 minutos.

De la nueva camada, la presencia en la NBA fue más fugaz. Nicolás Laprovittola tuvo una experiencia en San Antonio Spurs, tras lucirse en Brasil y España. Jugó 18 partidos bajo las órdenes de Gregg Popovich, fue titular en 3 partidos, con un promedio de 3.3 puntos, 1,6 asistencias y su efectividad en tiros de tres puntos llegó al 37 %. Patricio Garino, en Orlando Magic, sólo jugó 5 partidos, no fue titular, promedió 8.6 minutos, no metió puntos. Nicolás Brussino tuvo algo más de espacio en Dallas Mavericks, aunque con pocos minutos: jugó en 54 partidos, fue titular en 2, promedió 9,6 minutos, 2,8 puntos y 1,8 rebotes.

Luis Scola es incontrolable
Luis Scola es incontrolable


Luis Scola es incontrolable

El último caso es el de Gabriel Deck, que tuvo un impacto interesante en Oklahoma City Thunder, con una muy buena cantidad de minutos. Pero claro, su talento brilló en medio de un equipo completamente anárquico y en plena construcción. El santiagueño, dominante en Real Madrid, demostró que le sobran recursos para estar en la NBA y en los últimos 10 juegos de la temporada (llegó a los Estados Unidos en pleno desarrollo de la serie regular) no fue titular, pero promedió 21.2 minutos, 8,4 puntos, 2,4 asistencias y 4 rebotes.

Está claro que los número de Campazzo lo ponen a la altura de los hombres argentinos que dejaron una huella en la NBA. Pero lo que resulta más importante para medir lo que produjo el cordobés en su primera temporada, es cómo se ganó la confianza de sus compañeros (en especial de la estrella Nikola Jokic), cómo se convirtió en el principal estandarte defensivo del equipo y cómo convenció al entrenador que podía darle la pelota para conducir a los Nuggets. Y un detalle importante es cómo, desde sus forma de expresarse dentro del campo, sedujo a la gente y a gran parte de la crítica en los Estados Unidos.

En definitiva, Facundo Campazzo, cuando muchos lo miraban de reojo, volvió a demostrar que desde su talento puede aniquilar cualquier prejuicio.