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El fútbol francés se ensucia con acusaciones sobre una cultura tóxica en áreas laborales

A photograph taken on March 14, 2020 shows the headquarters of the French Football Federation in Paris. - The French football season has been suspended "until further notice" because of the coronavirus outbreak, the LFP, which runs the elite Ligue 1 and Ligue 2, announced on March 13, 2020. (Photo by FRANCK FIFE / AFP) (Photo by FRANCK FIFE/AFP via Getty Images)
(Photo by FRANCK FIFE/AFP via Getty Images)

Vista desde afuera, la federación de fútbol de Francia ha representado durante dos años el ejemplo a seguir en su deporte: el país fue campeón de la Copa del Mundo de Rusia 2018 y, un año más tarde, anfitrión del campeonato femenil más exitoso de la historia.

Sin embargo, dentro de la federación, según directivos antiguos y en activo, esa aura dorada ha ocultado al menos dos años de disgusto turbulento, incluidas acusaciones de comportamiento inapropiado de ejecutivos hacia mujeres del personal, cargos de intimidación de la directora general de la organización y quejas sobre una cultura tóxica en la cual algunos hombres de manera rutinaria utilizan lenguaje sexista y comentarios sugestivos hacia el personal femenino.

De hecho, la situación se ha puesto tan mal dentro de las oficinas generales de la federación en París, que el presidente desde hace tiempo, Noël Le Graët, ha contratado a un experto externo capacitado en la mejora de negocios fracturados para guiar a su personal fuera del alboroto.

“Desde hace varios meses, me han comentado sobre casos de disfunción y relaciones de trabajo tensas dentro del equipo de liderazgo”, escribió Le Graët el mes pasado en un correo electrónico enviado a un miembro de alto rango que revisó The New York Times. “No quiero que está situación siga adelante. Le está pasando factura a nuestra organización y a unas condiciones de trabajo adecuadas entre todos nosotros”.

La desavenencia es una amenaza grave para la misión del organismo, según varios directivos de la federación, no solo por los problemas en el lugar de trabajo, sino también porque la pérdida de líderes de alto rango podría, con el tiempo, afectar el rendimiento de los equipos de Francia que están dominando el mundo. La selección femenil de Francia está enfrentando su propia revuelta interna, en la cual varias de las mejores jugadoras se han peleado con la entrenadora del equipo y una anunció que no jugará para la escuadra hasta que se haya ido la directora técnica.

Soccer Football - France v Paraguay - International Friendly - Roazhon Park, Rennes, France - June 2, 2017   President of the French Football Federation Noel Le Graet before the match   Reuters / Stephane Mahe
Noel Le Graet. Reuters / Stephane Mahe

En entrevistas celebradas lejos del campo de juego, más de media docena de empleados actuales y exempleados de la federación de fútbol le describieron al Times un entorno laboral en el cual las groserías, el abuso mental y el estrés eran comunes y donde el alcohol había provocado un comportamiento inapropiado en eventos del personal, entre ellos al menos un incidente en el cual miembros varoniles entraron a la habitación de una colega sin su permiso.

El órgano del fútbol, la Federación Francesa de Fútbol (FFF), emplea a unas 300 personas que operan en dos sitios principales: la sede de la organización en París y un centro nacional de entrenamiento en Clairefontaine-en-Yvelines, a unos 56 kilómetros al suroeste de la ciudad. Con un presupuesto anual de unos 300 millones de dólares, el organismo supervisa todo el fútbol profesional y no profesional en Francia, una circunscripción de más de 2,1 millones de jugadores no profesionales autorizados y unos 1500 profesionales. La federación también dirige uno de los mejores sistemas de producción de talento en el mundo en 25 sitios a nivel nacional, entre ellos 8 específicos para mujeres.

Según gente con información privilegiada, Le Graët se ha concentrado mucho en reparar las relaciones deterioradas entre los miembros de su equipo de administración. En septiembre, más de un año después de responder las quejas sobre el estilo de liderazgo de la directora general de la organización, Florence Hardouin, Le Graët les envió un correo a los consejeros de la federación para decirles que había contratado a un experto especializado en los lugares de trabajo, Eric Moliere, cuya empresa, Pein Sens, se especializa en mejorar organizaciones dañadas.

French Football Federation (FFF) director general, Florence Hardouin (L), UEFA governing body's interim general secretary Theodore Theodoridis (C) and UEFA's Chief of Press Pedro Pinto (R) react during the press conference after Hardouin's admission in UEFAs Executive Committee, at the 40th Ordinary UEFA Congress in Hungexpo Fair Center of Budapest on May 3, 2016. UEFA elected Hardouin as its first female executive member in a landmark vote. / AFP / ATTILA KISBENEDEK        (Photo credit should read ATTILA KISBENEDEK/AFP via Getty Images)
Florence Hardouin. (Photo credit should read ATTILA KISBENEDEK/AFP via Getty Images)

Le Graët, quien también forma parte del Consejo de la FIFA, el órgano rector del fútbol mundial, ha prometido actuar en torno a los hallazgos del informe que compiló Moliere. Sin embargo, durante más de un año a partir de la recepción de una carta firmada por más de una decena de altos ejecutivos que declararon que habían perdido su confianza en la gerencia, Le Graët ha realizado algunas acciones significativas para solucionar el problema, según empleados actuales y exempleados.

De acuerdo con miembros del personal que estuvieron en una reunión celebrada en 2019, Le Graët simplemente le imploró a su personal que trabajaran mejor juntos. Según la gente involucrada, Hardouin escuchó las quejas y realizó sus propias críticas, pero también prometió hacer un esfuerzo por mejorar la situación.

Este verano, según empleados, el entorno se deterioró más, pues hubo más misivas dirigidas a Le Graët. En una que revisó el Times, un ejecutivo mencionó que su salud mental se había deteriorado a tal grado que ya no podía realizar su trabajo. Otros ejecutivos han realizado acusaciones similares sobre el acoso psicológico de colegas.

A pesar de los problemas, Le Graët insistió en que las cosas no estaban tan mal como habían dicho algunos funcionarios.

“No hay una ‘guerra civil’ en la FFF”, comentó por correo electrónico en respuestas a preguntas enviadas por medio del vocero de la federación. “Son noticias equivocadas, absurdas y falsas”. Hardouin, como otros miembros del personal, tenía su apoyo total, agregó Le Graët.

Para Hardouin, quien forma parte del pequeño grupo de mujeres que están en altos puestos del fútbol mundial, las refriegas han sido personales. Para responder a preguntas, Hardouin contestó por correo electrónico que estaba al tanto de las quejas que habían llegado cada vez con mayor regularidad a la oficina de Le Graët, quien en 2012 la ascendió de su puesto de directora de la división de mercadotecnia a la dirección de la federación.

Sin embargo, Hardouin mencionó que no se sentía el blanco personal de las acusaciones y sugirió que era bueno para la organización trabajar con el experto externo a fin de solucionar cualquier problema.

PARIS, FRANCE - NOVEMBER 14: A giant French Football Federation (FFF) Gallic Rooster is seen outside the stadium prior to the UEFA Euro 2020 Qualifier between France and Moldova on November 14, 2019 in Paris, France. (Photo by Dean Mouhtaropoulos/Getty Images)
(Photo by Dean Mouhtaropoulos/Getty Images)

“Todo esto nos permite corregir, avanzar y mejorar”, comentó.

Moliere, el consultor especializado en el lugar de trabajo, ha pasado horas hablando con el equipo de la alta gerencia y haciendo preguntas inquisitivas, de acuerdo con algunas de las personas que han sido entrevistadas.

Según directivos de la federación, parte del problema —y tal vez algunas de las causas de la lucha interna— se debe a una estructura inflada de gerencia en la cual diecisiete directores están compitiendo de manera constante por puestos prominentes (esas políticas internas también podrían estarse calentando con una fecha específica en mente: Le Graët, de 78 años, tiene ganas de reelegirse en marzo). No obstante, de acuerdo con varios de los entrevistados, esos problemas también eran un reflejo de una cultura que, en ciertas instancias, se ha hecho de la vista gorda frente a un comportamiento que ha incomodado a algunos empleados, en especial a miembros jóvenes del personal.

Después de la Copa del Mundo de 2018, por ejemplo, la federación le advirtió a su director financiero, Marc Varin, sobre su conducta después de que una empleada presentó una queja en la que lo acusó de comportarse de manera inapropiada hacia ella en una fiesta en Moscú.

Una investigación policiaca y luego una investigación interna de la FFF absolvieron a Varin de la acusación de acoso sexual, pero luego se le advirtió sobre el lenguaje que usó hacia sus colegas hombres y mujeres —así como sobre su consumo de alcohol— en una fiesta navideña de ese año, según la federación.

Otro episodio que frustró a algunas mujeres del personal ocurrió unos años atrás cuando, después de una noche de tragos en un retiro de la gerencia en Clairefontaine, al menos dos altos ejecutivos que presumían una botella de champaña entraron en la habitación de una colega a altas horas de la noche sin haber sido invitados. La federación señaló que no había recibido ninguna queja sobre el incidente, el cual describieron tres personas con conocimiento directo sobre aquel día.

No obstante, algunas mujeres del personal le comentaron al Times sobre el uso casual de lenguaje sexualmente sugestivo que usan los hombres que trabajan para la federación, así como de haber sido objeto de comentarios sexistas en relación con su apariencia.

La federación negó que hubiera ese tipo de problemas e hizo notar que el 45 por ciento de sus empleados eran mujeres.

Sin embargo, el aumento de la inquietud sobre la conducta del personal de la federación produjo cambios después del incidente ocurrido en el Mundial de Rusia. Ahora, los miembros del personal tienen prohibido consumir alcohol en las fiestas celebradas en propiedades de la federación y, a inicios de 2020, se introdujo un programa obligatorio de capacitación antiacoso para empleados de la federación. Sin embargo, ese proceso se detuvo debido al brote del coronavirus; cerca de la mitad de los altos directivos aún no han recibido la capacitación.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company

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