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Fórmula 1. Gran Premio de Mónaco: Max Verstappen se coronó en una jornada accidentada

El piloto de Red Bull Max Verstappen de Holanda celebra en su auto tras ganar el Gran Premio de Mónaco
Gonzalo Fuentes

El Gran Premio más glamoroso de la Fórmula 1 ofreció una cadena de errores que Max Verstappen y Red Bull Racing capitalizaron al máximo. El neerlandés heredó la mejor posición de largada, después de la deserción de Charles Leclerc (Ferrari), que no logró engrillarse por un problema de transmisión que asomó producto del accidente que protagonizó en los últimos segundos de la clasificación, y dominó de principio a fin en las calles de Mónaco. El éxito resultó un desquite para la mejor espada del equipo de Milton Keynes: en 2019 le presentó batalla en la pista a Lewis Hamilton, pero un roce derivó en una penalización de cinco segundos que lo retrasó al cuarto lugar. Con el triunfo, el primero que logra en el principado, se convirtió en el nuevo líder del campeonato, con 105 puntos, cuatro unidades por sobre Hamilton; además, es la primera vez que es puntero entre los pilotos en el certamen de la F.1.

La performance de Red Bull Racing, que arribó a Mónaco envuelto en la polémica de los alerones flexibles, agigantó el padecimiento del resto. El dibujo del circuito monegasco aquietó el fuego cruzado y las acusaciones, aunque camino a Azerbaiyán -por las características del trazado la relevancia será enorme- el foco volverá a concentrarse en la rigidez de las alas y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) entrará en una encrucijada. La medida de introducir pruebas más exigentes en el Gran Premio de Francia –el 20 de junio- provocó protestas en Mercedes y McLaren, que desean que las mismas se realicen antes de la cita en Bakú, el 6 del próximo mes; Ferrari y Alfa Romeo admitieron trabajar en elasticidad en el alerón trasero y también se sospecha que Alpine lo hizo. Las ventajas aerodinámicas que entregan las alas flexibles no resultaron el argumento de la victoria.

El enojo de Verstappen cuando las banderas rojas dieron por finalizada la prueba de clasificación, tras el accidente de Leclerc, quedó en el olvido cuando el poleman no logró llevar el auto a la pista para largar. Las versiones iniciales señalaron un problema en la caja de velocidades en la Ferrari N°16; un cambio significaba la pérdida de cinco posiciones en la grilla. La Scuderia, sin embargo, reveló que el inconveniente surgió en el eje de transmisión –palier izquierdo-, que era imposible de reparar antes del inicio del Gran Premio. El comunicado indicó que tras el accidente se cambiaron las esquinas delanteras y traseras derechas, aunque no se trabajó en las izquierdas. El error se reflejó en el rostro desconsolado de Leclerc, que imaginaba una carrera consagratoria en su “casa”.

El primer escollo era sorteado sin ningún gasto para Verstappen, porque Leclcerc y Ferrari se habían enseñado competitivos desde los entrenamientos del jueves. Controlar a Valtteri Bottas (Mercedes) en la partida, el segundo objetivo que el neerlandés cumplió sin sobresaltos: cerró la línea sobre el finlandés, que debió posicionarse por detrás del Red Bull. Era la primera estocada en la carrera para Mercedes, que siempre roza la perfección, aunque en Mónaco perdió los papeles: el atascamiento de la tuerca en el eje del neumático delantero derecho en la parada en boxes de Bottas determinó el abandono de quien asomaba como un rival de jerarquía.

Al resto, Verstappen no le dio opciones: manejó de maravillas para sellar la decimosegunda victoria en el Gran Circo, la misma cantidad que firmó Carlos Reutemann, que después de estar internado durante 15 días por un sangrado digestivo que le generó una descompensación hemodinámica, recibió el viernes pasado el alta médica y miró la carrera desde su casa. El festejo en color naranja se observó hasta en los yates amarrados al costado del circuito, mientras el neerlandés celebró sentándose sobre la toma de aire de su auto. El éxito es una ratificación de que Red Bull Racing sabe cómo ser superior en Mónaco, donde sus pilotos vencieron cinco veces en las última 11 temporadas: Mark Weber, en 2010 y 2012; Sebastian Vettel, en 2011, y Daniel Ricciardo, en 2018.

Hamilton, en un laberinto

Siete veces campeón del mundo y ganador en tres oportunidades en el principado, el fin de semana fue una calamidad para Hamilton, que salvó un punto al señalar la vuelta rápida de la carrera. El séptimo puesto expone lo errático que estuvo la estructura. En un circuito donde los sobrepasos son escasos –en 2019 apenas se contabilizaron 16 en la pista-, avanzar por medio de la estrategia de las detenciones es la restante carta. Pero con el británico, Mercedes las jugó de modo equivocado desde la qualy. Desde el GP de Alemania 2018 que el británico no partía tan retrasado: aquella vez largó 14to y ganó; ahora, largó séptimo y vio la bandera a cuadros en la misma posición.

La primera contrariedad se observó cuando su célula no aplicó el cambio en la suspensión, como lo hizo Bottas en la clasificación, modificación que le posibilitó ser tercero. “Tendremos algunas discusiones con los ingenieros”, advertía Hamilton, que desde las prácticas libres se enseñó lejos de la vanguardia. Limitar daños fue la única meta en un trazado en donde avanzar es dificultoso y en donde no se registró el ingreso del Auto de Seguridad, toda una rareza en Mónaco. “Si la carrera es en [piso] seco, no hay mucho que pueda hacer; gran parte del trabajo en Mónaco se hace el sábado”, apuntaba, amargamente. Durante la competencia, el intercambio de comunicaciones fue áspero, porque desde el muro adelantaron el cambio de neumáticos sin que la estrategia redundara en ganar posiciones. “Perdí dos posiciones”, lanzó el británico, apenas retornó a la pista. Y ratificó: “Tenía neumáticos para seguir en la pista, me hicieron parar antes que ellos y me devuelven más retrasado”.

Verstappen, que a lo largo de su trayectoria había enseñado más accidentes que resultados en Mónaco, brilló con luz propia junto a Red Bull Racing. Sin errores, gestionó desde lo más alto del pelotón, impuso ritmo y lideró el podio de una nueva generación, con Carlos Sainz (Ferrari) y Lando Norris (McLaren), como acompañantes en la ceremonia de premiación. “Sin dudas es muy especial, es mi primer podio aquí. Siempre quieres ganar este Gran Premio, al que siempre veía cuando era un niño”, mencionó MadMax a la transmisión oficial.

La temporada recién ofreció su quinto capítulo de los 23 programados para 2021 y la batalla está declarada: Verstappen, con dos victorias, es el nuevo puntero del campeonato, por sobre Hamilton, que ganó las tres restantes carreras. Entre los Constructores, Red Bull Racing quebró a Mercedes por apena un punto (149 a 148) y disfruta de una situación que no se repetía desde 2015.