Por qué algunas ligas de fútbol juegan con público y cómo es el protocolo


El mapa europeo de la vuelta al fútbol es tan complejo como suele serlo Europa para sus asuntos políticos, sociales y culturales. No tiene un modo único ni las mismas soluciones para llegar al mismo resultado: quitarle una telaraña de dos meses a la maquinaria del deporte profesional para volver a encenderla. Ya sucede. Aún con estadios vacíos, coloreados virtualmente y sin que la pandemia Covid-19 sea un asunto terminado. Pero el fútbol europeo entrega un dato abrumador: 25 de 30 ligas decidieron retornar a la acción, solo cuatro dieron por concluidas sus temporadas (Bélgica, Francia, Holanda y Escocia) y apenas una todavía debate que decisión tomar: Irlanda del Norte.

El pulso de estos regresos los registra European Leagues, una estructura creada en 2005 que incluye a 36 ligas profesionales, 950 equipos y que representa a 36 países. La organización ofrece reportes dinámicos sobre el estado de situación de las ligas europeas con información que se actualiza cada vez que hay una novedad. Las ligas que volvieron a la actividad o están a punto de hacerlo son: Alemania, Austria, Azerbaiyán, República Checa, Dinamarca, Eslovaquia, España Inglaterra, Grecia, Finlandia, Israel, Italia, Kazajistán, Letonia, Lituania, Noruega, Portugal, Polonia, Rumania, Rusia, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía y Ucrania.

La pandemia destruye cualquier instrumento de medición: las ligas top cerrarán esta accidentada temporada a más tardar a principios de agosto, mientras que otras como la de Letonia terminarán a finales de noviembre y la de Noruega el 20 de diciembre. Finlandia tiene fecha tentativa de inicio el 1 de julio, pero todavía no cuenta con fecha estimada de finalización.


De acuerdo a lo que indican las autoridades sanitarias, hay ligas que ya permiten el regreso de espectadores si así lo quisieran. Serbia volvió con asistencia de público desde el 1 de junio, siempre que se respete la distancia social. Cada club debe elevarle su plan al gobierno. Es por eso que no debería llamar la atención la convocatoria del Adria Tour de tenis en Belgrado, organizado por Novak Djokovic, con tanta gente en sus tribunas: no es el tenis que ya se puede jugar con público, es Serbia como país que permite una práctica de la "vieja normalidad".

Polonia tiene un protocolo de tres asientos libres por espectador, en filas alternadas, que no supere el 25 por ciento de la capacidad del estadio. Rumania podrá tener hinchas desde el 1 de julio siempre que se garantice que cada asistente pueda permanecer a 2 metros de distancia de otro. Los estadios en Rusia pueden albergar hasta el 10 por ciento de su capacidad total para recibir espectadores. La liga de Eslovaquia le pedirá a su gobierno la autorización para llevar hinchas hasta el 30 por ciento de la capacidad de cada estadio. Con todos estos datos, es un equívoco grande analizar la dinámica del deporte profesional, en otros países, desde un barbijo argentino.

La tecnología es un activo evidente en el armado del espectáculo en canchas vacías. Los recursos utilizados por Bundesliga y La Liga son los más conocidos. También lo hecho por la liga danesa que montó pantallas digitales donde los hinchas acceden por la plataforma Zoom: algunos clubes tienen 22 sectores diferentes a los que poder ingresar, como si fueran distintas perspectivas de un mismo estadio. Otros hinchas se reunieron con sus automóviles para seguir el partido como las antiguas sesiones de los autocines, muy populares en la década del 70.


La Liga Premier Israel es otra que recurrió al audio agregado para darle otro ambiente a la transmisión televisiva. Un DJ en el estudio de televisión ecualiza las exclamaciones de los hinchas desde una biblioteca de sonidos que identifica a cada club para darle clima a las acciones del juego. Nicolas Lev, CEO del fútbol israelí, le contó a LA NACION: "La experiencia mejora dramáticamente con sonido. Un partido sin gente y con el audio ambiente parece peor de lo que es. Decidimos no usar realidad aumentada para generar tribunas virtuales. No nos gustó.". Lev no cree que esto sea la nueva normalidad, sino apenas una solución alternativa: "Entre todas las malas alternativas por causa de la pandemia, jugar sin público es mejor que no jugar y agregar sonido es mejor que un partido casi en silencio".