Este Barcelona no enamora

Yo nací en 1973, mi primer recuerdo vívido del fútbol fue la final del mundo en Argentina ’78. Antes de saber que era un ser de carne y hueso, supe que estaba hecho de fútbol.

Sabías que Brasil, Holanda o Perú, ganaran o perdieran, jugaban bonito al fútbol, tratar bien a la pelota y buscar la puerta rival con técnica y asociación estaba fuera de toda discusión. Sabías que Uruguay, Italia o Paraguay, ganaran o perdieran, jugaban un fútbol defensivo, con gran potencia en el juego aéreo, teniendo la lucha como premisa. Sabías que Alemania era una máquina casi invencible, siempre.

Neymar
Neymar

Crecí con códigos futboleros; la historia, el abolengo, los colores, los triunfos épicos, las derrotas gallardas, el estilo. Esa última palabra, el estilo, que definía lo que fuiste, lo que eres y lo que serás; que permitía al mundo entero identificar el sentir del alma futbolera de un club, de un país; es el punto fundamental en el que me quiero centrar.

Hace algún tiempo, la verdad no importa la fecha exacta, el fútbol se convirtió en otra cosa. Algunos magos del marketing, las finanzas y los medios globalizaron el deporte más hermoso y popular del planeta, y el fútbol se convirtió solo en la fachada y un accesorio necesario dentro del entramado de un negocio multimillonario.

Convirtieron al fútbol en béisbol, un cúmulo de estadísticas incomprensibles que pretenden explicar lo inexplicable. ¿Cómo se explica en un cuadro estadístico la repentización genial de un túnel, un ocho, un sombrero o un taquito? Cómo haces entrar en un frío cuadro lleno de números la reciedumbre de un central que juega cada pelota como si su vida dependiera de evitar que el atacante lo sobrepase?

1- LIONEL MESSI
1- LIONEL MESSI

El fútbol solía ser una bella forma de arte y el estadio un teatro al que el espectador ingresaba pagando un boleto para ser feliz durante noventa minutos. Eso terminó.

Desde que el fútbol es solo resultado, estadística y dinero, nos olvidamos del estilo, de que la manera importa tanto como el resultado. Holanda nunca ganó un mundial, Brasil en el ’82 salió eliminada por una Italia absurda. Hoy y mañana todo el que entienda algo de fútbol, todo el que enseñe el fútbol en un curso de técnicos, tendrá que hablar de Holanda y de aquel Brasil.

Entonces, ¿importa el estilo? ¿Solo es importante ganar? ¿El fútbol es estadística?

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Por eso el Barcelona que yo vi en Anoeta me decepcionó, porque el Barcelona es como Holanda, como Brasil o como Perú, no le basta con ganar uno a cero con un penal y pasarse todo el segundo tiempo sin pasar de la media cancha, tirando el balón a cualquier parte.

Cuando tienes a Messi, Neymar, Suárez, Busquets e Iniesta en una cancha, y tienes el escudo del Barcelona en el pecho, tienes que jugar bien y bonito. Al menos a mí me parece que tiene que ser así.