Estados Unidos: las historias del tetracampeón del fútbol que se levanta contra el poder

Cumplió con los pronósticos. La selección femenina de fútbol de los Estados Unidos arribó al Mundial de Francia como favorita a la corona y ratificó su enorme poderío. La victoria 2-0 sobre Holanda, en la final que se jugó en Lyon, en un estadio con 50 mil espectadores, reafirmó la supremacía de un conjunto que encadena hitos. El tetracampeonato es el eslabón deportivo de un grupo que tiene en las figuras de las capitanas Megan Rapinoe y Alex Morgan un claro reclamo de igualdad y que desafía al poder: el de la Federación de Fútbol de su país, el de la FIFA y también el del presidente Donald Trump. El mandatario utilizó las redes sociales para felicitar al grupo por la conquista, aunque las diferencias son irreconciliables. Las futbolistas sentenciaron que no asistirán a la Casa Blanca para celebrar el título, mientras que el líder político aseveró no tener pensado si las invitará.

Asumen responsabilidades dentro y fuera del campo de juego, por ese motivo Rapinoe y Morgan trascienden con sus goles, pero también por la fuerza de los actos. Autora del primer gol, después de una infracción en el área sobre Morgan -acción que se sancionó por intermedio del VAR-, Rapinoe se hizo de los premios de Mejor Jugadora del Mundial y de la Bota de Oro. De 34 años [los cumplió hace tres días], tras marcar ensayó la celebración que ya se hizo una marca registrada, al igual que cuando apoyó la campaña contra el racismo del jugador de fútbol americano Colin Kaepernick. Esa es la razón por la que a pesar de sentirse profundamente estadounidense no canta el himno y coloca una rodilla en la tierra como el exmariscal de campo de San Francisco 49ers, lo que provocó las críticas y el repudio de Trump.

Muy lejos de acobardarse, Rapinoe sostiene con firmeza la posición. "No voy a ir a la p. Casa Blanca. No vamos a ser invitadas, lo dudo. No pelea por lo mismo que nosotros", es una respuesta que Rapinoe repite desde los cuartos de final; en la conferencia de prensa previa al juego con Holanda se encargó de fustigar a la FIFA: "Es una falta de respeto que se programe la final del Mundial femenino el mismo día que las finales de la Copa América y de la Gold Cup".

Morgan es tan provocadora como efectiva en un campo de juego. Si frente a Inglaterra, en las semifinales, celebró su gol haciendo el gesto de quien toma un té -infusión que reviste toda una ceremonia en el Reino Unido-, después de lograr el tetracampeonato subió a las redes sociales un baile al estilo twerking que ensayó en el vestuario. Autora de cinco tantos en el debut ante la débil Tailandia, la sexta conquista llegó el día de su cumpleaños, ante las inglesas. La delantera es una aliada de Rapinoe en la cruzada anti-Trump y su relación con Servando Carrasco -futbolista estadounidense de Los Ángeles Galaxy que vivió en Tijuana toda su infancia y adolescencia- enciende las diferencias sobre la política migratoria que fomenta el actual presidente.

Morgan se trepa a Rapinoe en el festejo; dos figuras que trascienden el campo de juego

Figura de Olympique de Lyon, club que la contactó a través de las redes sociales, su futuro podría estar en Real Madrid, que armará su primer equipo de fútbol femenino. No es la mejor futbolista del planeta de la actualidad, aunque sí la más famosa y la que más dinero mueve. Cara visible de marcas como Coca Cola y Nike, tapa de Time y actriz de Nickelodeon, en la cancha responde; así condujo a los Estados Unidos a dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos, dos títulos del mundo con sus más de 100 goles. Líder de la demanda grupal contra la Federación de Fútbol de Estados Unidos por discriminación de género, una denuncia pendiente de resolución que resalta que las mujeres gana un 38% del salario que perciben los hombres, cuando ellas tienen muchos más éxitos.

Estados Unidos, una fuerza dominante en el fútbol femenino, tiene en Rapinoe y Morgan a dos capitanas que pelean por la gloria de la selección pero en particular por los derechos.