Esta mujer tiene 81 años y se dedica al culturismo

El press de banca es un ejercicio muy habitual en los gimnasios que consiste en tumbarse boca arriba sobre una superficie plana y alzar con los brazos una pesa, realizando el esfuerzo con los músculos pectorales. Ser capaz de levantar 115 libras, algo más de 52 kilos, con esta técnica es un logro muy respetable. La marca se convierte en asombrosa cuando descubrimos que quien lo ha hecho es la señora Ernestine Shepherd, quien ya sobrepasa las ocho décadas de vida.

Ernestine, estadounidense de Baltimore, se ha convertido en toda una referencia en el mundo del culturismo y en una fuente de inspiración para todas las personas que quieren llegar a edad avanzada en plena forma. Llegó a batir el récord Guinness de la competidora más anciana, ha salido muchas veces en televisión y sus hazañas aparecen en el Ripley’s Believe it or not!, un libro muy popular en el mundo anglosajón que recoge prodigios humanos de todo tipo. Oprah Winfrey la entrevistó en su programa para preguntarle por las rutinas que la mantienen tan sana, y ahora la BBC ha contado su historia.

Cuenta Ernestine que hasta los 56 años no se había planteado poner un pie en un gimnasio. Se consideraba demasiado “pusilánime” para hacer deporte y además, confiesa, las tartas de chocolate eran su perdición. En ese momento su hermana Velvet y ella decidieron ir a comprarse trajes de baño nuevos, ya que hacía años que no se ponían uno, y el mal estado de su cuerpo les dio tanta vergüenza que se comprometieron a cambiarlo. Y se lo tomaron realmente en serio: empezaron con ejercicios de resistencia y aerobic, pero pronto cambiaron al levantamiento de pesas y, cuando se quisieron dar cuenta, estaban metidas de lleno en el mundo del culturismo. Tanto se motivaron que se propusieron un reto curioso: convertirse en la pareja de hermanas culturistas más veterana del mundo.

Poco después Velvet sufrió un aneurisma cerebral y falleció, no sin antes hacerle prometer a Ernestine que iba a continuar con su plan. Deprimida por la pérdida, estuvo a punto de abandonar, pero finalmente se decidió a seguir adelante y pedir ayuda a Yohnnie Shambourger, un antiguo Mr. Universo. Gracias a sus consejos y sus técnicas de entrenamiento pudo participar en la primera competición, que ganó sin problemas, a los respetables 71 años. Desde entonces, siempre con su hermana en mente, ha estado en otra decena de campeonatos y ha sido capaz de correr nueve maratones.

“Es un ritmo de vida intenso, pero no tomo ningún suplemento: es todo natural, como la misma comida todos los días”, dice cuando le preguntan por sus secretos. En su dieta incluye alimentos como claras de huevo, nueces, avena, pollo, arrroz, atún o pavo, huyendo de la comida basura (“el único capricho es gelatina sin edulcorantes”) y bebiendo mucha agua. Su jornada típica empieza tan temprano como a las 2.30 de la madrugada: tras “meditar y rezar” desayuna, sale a correr y a las 7.30 ya está en el gimnasio. Además, después de sus propios entrenamientos, por las tardes se dedica a impartir clases de fitness. Y, tal como le explicó Shambourger en su momento, no tiene miedo de que sus músculos crezcan excesivamente y tengan aspecto grotesco, ya que no tiene testosterona para que eso ocurra.

Ernestine puede presumir de no haber recibido nunca un comentario negativo desde que entró en esta dinámica. De hecho, tiene el apoyo total de su familia, desde su marido Colin hasta su hijo de 60 años y su nieto de 21. Es más: en el gimnasio es toda una celebridad, todo el mundo la llama Mom y jóvenes y veteranos la reconocen como ejemplo para seguir esforzándose. A su edad mide 1,62 metros, pesa unos 54 kilos, y los médicos le dicen que se encuentra estupendamente y que puede seguir a este ritmo todo el tiempo que quiera. Ella, mientras tanto, disfruta de su vida y continúa con el legado de su hermana. De cara al futuro, su próximo objetivo es más terrenal: quiere conocer a Sylvester Stallone, de quien dice que sus películas de Rocky han sido su mayor motivación. Esperemos que pronto tenga la oportunidad.

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