Envenenar un lago para acabar con una especie invasora, la estrategia de último recurso que van a usar en Canadá

Imagen del pequeño lago Pike, el lago invadido que va a ser envenenado. Crédito: Steve Lawrence/CBC
Imagen del pequeño lago Pike, el lago invadido que va a ser envenenado. Crédito: Steve Lawrence/CBC

En ocasiones, hay que tomar medidas drásticas para proteger la naturaleza. Porque de pocas otras maneras se puede definir la propuesta que ha realizado el Departamento de Pesca y Acuicultura de la provincia canadiense de Nueva Escocia: envenenar el agua de un lago para acabar con una especie invasora.

Pero es que ya han probado el resto de alternativas viables. Desde que se detectó la especie invasora, la lobina o black bass de boca pequeña (Micropterus dolomieu), en julio de 2019 han intentado acabar con su población mediante la pesca, el uso de redes y trampas, la pesca eléctrica, e incluso vaciando el lago para provocar una caída del oxígeno que pudiese acabar con las poblaciones invasoras.

Y ahora, el siguiente paso es el uso de un pesticida conocido como rotenona. La idea es sencilla: envenenar el agua del lago con una sustancia que afecta especialmente a los peces, y a poco más que los peces – la rotenona se absorbe por las branquias, lo que protege a todo lo que no son peces – y que tiene una vida media muy corta, es decir, que comienza a degradarse a las pocas horas de echarla al lago, y al cabo de pocos días ha desaparecido. Además, se va a embalsar el agua del lago durante unos días para impedir que el pesticida llegue aguas abajo y afecte a otras poblaciones.

¿Tan grande es el problema como para tener que tomar una solución tan drástica como envenenar un lago? Porque sí, la rotenona afecta a pocos animales a parte de peces, pero lo hace. Y en el lago viven más especies de peces además de la invasora, y esos también morirán.

Y la respuesta es que, potencialmente, el problema es suficientemente grave como para que envenenar un lago entero no sea una idea descabellada. El lago Pike, del que llevamos un rato hablando, es un lago pequeño pero muy importante. Este lago está conectado con la cuenca fluvial del río St. Marys, que es un lugar especialmente importante para la conservación del salmón atlántico y la trucha en Canadá.

De momento el black bass invasor no ha llegado a la cuenca, y está sólo restringido al pequeño lago Pike. Algo que se sabe gracias a análisis de ADN ambiental, que permite determinar la presencia de una especie en un ecosistema. Pero las autoridades no dudan de que, si no se ataja el problema a tiempo, la invasión biológica acabará por afectar a toda la cuenca, y a todas las especies que viven en ella, incluyendo las que se espera proteger.

Una cuestión interesante es que esta propuesta, que si sólo escuchamos el titular puede parecer una locura, cuenta con bastante consenso. Las autoridades ambientales de la provincia de Nueva Escocia, que son quien lo ha propuesto, ha recibido el apoyo de organizaciones ecologistas como el Ecology Action Centre de Halifax, la Atlantic Salmon Federation o la Asociación para la Defensa de la Cuenca del St. Marys.

De momento la propuesta está en trámite de audiencia pública, para que los ciudadanos puedan realizar sus preguntas, aportaciones o quejas. Se espera tener el visto bueno y llevar a cabo el bombeo del pesticida a mediados del mes de Octubre de este 2020. Esperando que no sea demasiado tarde.

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