La entrada de Federico Valverde a Morata: ¿acto heroico o carnicero?

Real Madrid's Uruguayan midfielder Federico Valverde (C) is marked by Atletico Madrid's Spanish midfielder Saul Niguez (L) and Atletico Madrid's Mexican midfielder Hector Herrera during the Spanish Super Cup final between Real Madrid and Atletico Madrid on January 12, 2020, at the King Abdullah Sports City in the Saudi Arabian port city of Jeddah. (Photo by Giuseppe CACACE / AFP) (Photo by GIUSEPPE CACACE/AFP via Getty Images)
Federico Valverde disputa un balón junto a Saúl Ñíguez y Héctor Herrera. (Foto GIUSEPPE CACACE/AFP via Getty Images)

Corría el minuto 115 en el momento en que una pérdida absurda de Dani Carvajal comprometía el 0 en el marcador para el Real Madrid. Con una autopista sin obstáculos hasta llegar a la portería rival, Álvaro Morata apretaba el pedal a fondo con dirección Thibaut Courtois cuando de pronto, el futbolista revelación del conjunto blanco, Federico Valverde, cazaba al jugador rojiblanco en el último instante para salvar a su equipo de un gol casi seguro.

Con una necesaria patada a destiempo, el uruguayo sacrificó su figura por la de su equipo. Algunos le acusaron de antideportivo, pero la realidad es que cualquiera hubiese querido que su jugador apostara por supeditar el bien común al personal. No importa que fuese una acción fea, reprochable o antideportiva, lo realmente importante es que era imprescindible para agarrarse al partido como un clavo ardiente en una jugada límite.

Para ejemplo, la frase de Simeone en RDP tras perder la final en la maldita tanda de penaltis para los colchoneros.

Simeone: “Creo que el premio al mejor jugador a Federico tiene todo el sentido del mundo porque Valverde ganó el partido en esa acción”.

La realidad es que, sin la acción de Federico Valverde, el Real Madrid no podría haber llegado con vida a la tanda de penaltis. El uruguayo fue con todo a por Morata, pero no buscaba lesionarlo, sino pararlo como fuera; porque el deporte consiste en ganar, no en convertirse en símbolos para la sociedad, no en actuar para contentar a los rivales, sino para ser admirado entre los tuyos. La acción de Valverde marcó la delgada línea entre perder y quedar como un pánfilo o salir expulsado, recibir críticas y permitir alzarse victorioso a su equipo. El resto es literatura barata.

En este sentido, Luis Enrique y su cuerpo técnico entregaron el MVP de la final a Federico Valverde. Además del enorme partido que realizó el uruguayo al aportar la profundidad necesaria al ataque del Real Madrid por la banda derecha, tuvo la capacidad de decidir el partido en una acción donde puso en una balanza qué podía perder y ganar su club y pese a saber que saldría expulsado, se agarró a la victoria de la única manera que pudo.

¿Fue fea la acción de Federico Valverde? Sin duda. Tanto como necesaria e igual de importante que el despliegue de Casemiro, la exhibición de Luka Modric en la prórroga o la seguridad bajo palos de un imponente Thibaut Courtois. Si las finales se ganan en los detalles, no hubo detalle más importante que esa falta. De hecho, la sensación es que los únicos que rechazan la entrada, piden el MVP para otro y cargan contra el uruguayo son los mismos que no aguantan ver al Real Madrid levantar otro trofeo más.

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