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La enorme presa encontrada en el interior de un monstruo marino fósil

La enorme presa encontrada en el interior de un monstruo marino fósil

A pocos animales se les puede llamar “monstruos” con la misma precisión que a los ictiosaurios. Estos animales, que vivieron junto a los dinosaurios y cuyo nombre significa literalmente “peces lagarto”, tenían tallas en torno a los 4-6 metros, aunque algunos llegaron hasta a 20 metros, y eran los depredadores de los océanos de su época. Y ahora, con la publicación de un artículo reciente, queda aún más claro su papel de “monstruos del mar”.

Porque los científicos han encontrado un animal de cuatro metros dentro de un ictiosaurio de cinco metros – lo que ya de por sí es curioso – que no tenía dientes preparados para cortar carne.

Los dientes del ictiosaurio del que hablamos, del género Guizhouichthyosaurus, estaban preparados para sujetar a las presas, pero no para trocearlas. Y por eso se pensaba que se alimentarían de cefalópodos – tipo sepias, calamares, pulpos o nautilus – pero no de animales de mayor tamaño, y menos aún con cuerpos duros.

Y este es el problema: que deducir la dieta de un fósil es complicado. Es muy raro que queden ningún tipo de restos en el tracto digestivo de los animales que fosilizan, o como mucho pequeñas piezas que generalmente son difíciles de identificar. Así que lo mejor que se puede hacer es deducir lo que comían los animales en función de cómo eran sus dientes, que sí que suelen fosilizar bien.

Pero aparecen sorpresas. Y este es otro punto importante del descubrimiento. El hecho de encontrar algo así demuestra que lo que se pensaba sobre la alimentación de estos enormes animales ya extintos era erróneo. No podía ser una casualidad.

Cuando los paleontólogos encontraron el fósil, al principio no sabían qué pensar. No cuadraba con lo que sabían hasta el momento, así que les costó entender lo que veían. Hasta que decidieron analizarlo de otra manera, y olvidarse de lo que los dientes de los ictiosaurios les hacían pensar.

Porque la única explicación posible es que los ictiosaurios eran depredadores de megafauna – término con el que se describe a los animales que son más grandes que un humano. No cabía ninguna otra explicación.

Lo que también ha llevado a los investigadores a pensar que este tipo de depredación de megafauna estaba más extendida de lo que pensaban. Porque pistas hay, y sentido tiene – que un animal de gran tamaño deprede sobre otros animales grandes – y si ya no pueden fiarse de los dientes…

El último detalle interesante del estudio es dónde ha tenido lugar. El fósil de Guizhouichthyosaurus, el monstruo marino de cinco metros, fue encontrado en una cantera en China excavada específicamente para el estudio de sus fósiles. Esto permite tener una colección de especímenes, saber de dónde se han sacado y de qué época son, que en otros lugares no se puede. Lo que ha sido una ventaja en este caso, y dará lugar a más descubrimientos en el futuro.

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