Emocionante recibimiento al técnico de Fluminense

Hay momentos en la vida duros, inesperados, difíciles y casi imposibles de soportar. La pérdida de un hijo es uno de ellos. Nada más injusto y hasta antinatural, si me permiten la expresión.

La semana pasada Abel Braga, técnico del Fluminense de larga experiencia y conocimiento dentro del fútbol brasileño sufrió la muerte de Joao Pedro, su hijo de 19 años que, en circunstancias aún no esclarecidas, cayó del balcón del departamento que la familia habita en el afamado sector de Leblon, en pleno corazón de Río de Janeiro.

Abel no estaba en su casa en ese momento. Estaba, como es habitual, en plena entrenamiento de su equipo cuando recibió la infortunada noticia.

Rodeado del plantel y la directiva del equipo, el entrenador fue contenido emocionalmente. El golpe fue y es terrible para la familia.

Obviamente, el partido que debía disputar en Fluminense el pasado fin de semana ante Ponte Preta fue postergado, pero este miércoles, y a pesar del dolor inmenso que lo embarga, Braga salió a dirigir al Flu en su visita al Sport Recife.

Allí fue recibido con una ovación por toda la gente local. Un momento que eriza la piel. Braga, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos agradeció el apoyo.

El partido finalizó 2 a 2. Pero eso, en esta circunstancia, pasó a segundo plano. La entereza del técnico hizo que aún con el inmenso dolor que lo aqueja no dejó de cumplir con su función, seguramente en homenaje a Joao Pedro…

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