Eliminatorias. Gustavo Alfaro, técnico de Ecuador: jugar con Messi enfrente y gritar un gol en la Bombonera

En su primera experiencia como director técnico de un seleccionado, Gustavo Alfaro respondió en la conferencia de prensa con la misma verborragia que se le conoció al frente de los equipos de clubes. Asumió en Ecuador luego de que Jordi Cruyff se desvinculara sin llegar a dirigir un partido. Casi sin tiempo de trabajo con futbolistas con los que toma contacto por primera vez, Alfaro debutará en la Tricolor ante la Argentina, en la apertura de las eliminatorias, el jueves próximo, a las 21.10, en la Bombonera.

Elocuente en su manera de expresarse, Alfaro abrió la conferencia desde la Casa de la Selección, en Quito, con un lamento por no tener un contacto directo con los periodistas que le iban a hacer las consultas. El entrenador eludió la supuesta ventaja que supone para los visitantes un estadio vacío: "Es muy especial para mí porque será mi partido y en la cancha de Boca. Me hubiese gustado jugar con la Bombonera llena, sé lo que significa, la pasión a favor que representa para el local. Hubiera sido una prueba de personalidad para Ecuador, la de tratar de sacar adelante un partido contra uno de los mejores equipos del continente. También creo que los jugadores ya se acostumbraron a jugar sin público".

Ante la negativa de Felipe Caicedo y Cristian Ramírez a seguir siendo parte del seleccionado, Alfaro hizo un llamamiento casi en tono patriótico: "Quisiera que todos sientan en la piel lo que es la selección, representamos a 17 millones de ecuatorianos. Me gustaría tenerlos, soy respetuoso de la decisión de ellos, y creo que a la larga todos sentirán deseos de estar en la selección".

De convertir un gol Ecuador, no lo gritará, no por una cuestión de nacionalismo, sino porque forma parte de su "personalidad" como entrenador: "Es difícil que festeje un gol, no me dejo llevar por las pasiones. No festejé goles que significaron campeonatos. Ni siquiera grité el gol contra River por las semifinales de la Copa Libertadores. Es algo que está dentro de mí y esta vez no va a ser la excepción".

Hasta hace un mes, Ecuador iba a a enfrentar a una Argentina sin Lionel Messi, que debía una cumplir una fecha de suspensión, una pena que la Conmebol declaró prescripta por haber pasado más de un año. Alfaro no quiso cuestionar la decisión de la Conmebol ("listo, hay que aceptarlo"), pero admitió: "No es lo mismo que juegue o no Messi. Si la Argentina ya era un problema, más lo será con Messi".

Ecuador no contará con uno de los jugadores más experimentados, Christian Noboa, que no llega a tiempo por los inconvenientes logísticos para programar el viaje desde Rusia, donde juega en Sochi. Alfaro le agradeció a Vélez que le cediera con anticipación al arquero Alexander Domínguez. En las últimas horas debió desafectar al arquero Johan Padilla (El Nacional) por estar contagiado de coronavirus. La Federación Ecuatoriana gestionaba la convocatoria convocatoria del arquero argentino nacionalizado Hernán Galíndez, que surgió en Rosario Central y ataja en el fútbol ecuatoriano desde hace ocho años.

La visita a la Argentina refrescará su paso por Boca y el recuerdo que pudo haber dejado. "Por la calle, el hincha de Boca es muy generoso, siempre me trató muy bien, tanto en el año que estuve como cuando me fui. Mi gratitud y sentimientos son recíprocos", expresó Alfaro.

El entrenador evitó hacerse cargo del preconcepto de técnico defensivo que lo persigue, matiz que podría acentuarse por la supuesta inferioridad de Ecuador con respecto a la Argentina. "A mi me gustaría tener un Ecuador que juegue de igual a igual en cualquier circunstancia. La Argentina tiene su forma de jugar y nosotros tenemos que encontrar una identidad. Cuando vean las características de la formación se van a dar cuenta si es un equipo ofensivo o defensivo. Argentina nos va a someter a movimientos permanentes. De mitad para arriba tenemos jugadores con talento y creatividad para crearle problemas. Los puntos se visitante uno los guarda a futuro".

En un proceso todavía embrionario en comparación con los dos años que lleva Lionel Scaloni, Alfaro expuso la realidad que le toca: "Somos más un puñado de buenas intenciones que un equipo de fútbol. Todavía no terminamos de conformar un grupo. Después tiene que surgir un equipo. No es lo ideal. Las pruebas las vamos a tener directamente en los partidos contra la Argentina y Uruguay. Les dije a los 30 jugadores que necesito el máximo compromiso y esfuerzo para achicar el margen de error. Argentina es uno de los rivales más encumbrados y difíciles que encontraremos en estas eliminatorias".