El VAR europeo deja en ridículo a los árbitros españoles

Damir Skomina, el árbitro del Ajax-Real Madrid, gesticula pidiendo ayuda al VAR mientras los jugadores del equipo holandés celebran el gol de Tagliafico que luego fue anulado. Foto: Emmanuel Dunand/AFP/Getty Images.
Damir Skomina, el árbitro del Ajax-Real Madrid, gesticula pidiendo ayuda al VAR mientras los jugadores del equipo holandés celebran el gol de Tagliafico que luego fue anulado. Foto: Emmanuel Dunand/AFP/Getty Images.

Miércoles 13 de febrero. Octavos de final de la Champions League, partido de ida. En Ámsterdam se disputa el enfrentamiento entre el Ajax y el Real Madrid. Minuto 38 del primer tiempo, todavía con 0-0 en el marcador. Tras un saque de córner, Courtois no es capaz de atrapar el balón y el rebote lo aprovecha Nicolás Tagliafico, defensa argentino del equipo holandés, para rematar de cabeza y anotar el primer tanto del encuentro.

Sin embargo, el gol no subió al marcador. El VAR, que se empieza a utilizar desde esta eliminatoria en la competición, revisó la jugada y determinó que no había sido conforme al reglamento. Según decidió, había otro futbolista rojiblanco, Tadic, en posición de fuera de juego y estorbando al guardameta madridista. Por tanto, gol anulado, falta a favor de los visitantes y se continúa con 0-0.

La acción fue determinante para el partido, que precisamente acabó con un solo gol de diferencia: los españoles ganaron 1-2. No vamos a entrar aquí a debatir si la decisión del VAR fue acertada o no, puesto que ya está siendo discutida hasta la saciedad y no parece haber forma humana de ponerse de acuerdo. De hecho, se observa una tendencia curiosa: suele ocurrir que, según los colores con los que se identifica el analista de turno, llega a una conclusión o a otra completamente distinta ante los mismos hechos.

No: aquí, ahora, vamos a fijarnos en otro detalle. Esto fue lo que publicó la cuenta oficial de la Champions League en Twitter poco después de producirse la jugada:

Para quien no entienda bien el idioma inglés, se trata de una explicación detallada de cómo interpretó el VAR la acción y por qué escogió no autorizar el gol. Por si fuera poco, durante la retransmisión televisiva, la realización de la UEFA ofreció las mismas imágenes que se estaban utilizando para analizar el lance. Aún más: los videomarcadores del Johan Cruyff Arena mostraron un cartel en el que se indicaba la conclusión a la que había llegado el sistema de arbitraje.

Insistimos en que es lícito estar de acuerdo o no con la decisión adoptada. Lo que es digno de mención, y de aplauso, es la transparencia con la que se desarrolla el procedimiento. La UEFA da cuantas explicaciones hagan falta y explica al detalle los motivos. Por contraste, el VAR en la Liga española, como es tristemente habitual en nuestro país, está sumido en el oscurantismo y, más que arbitraje, parece arbitrariedad.

Desde aquel infame “todo OK, José Luis” tras un penalti no pitado al madridista Vinícius, y que abrió hasta portadas de periódicos, viene acusándose al sistema de favorecer al Real Madrid; en el Atlético, de hecho, están indignados tras la sucesión de jugadas controvertidas del último derbi. En otros momentos de la temporada se hablaba de “VARcelona” tras otros episodios controvertidos como las visitas de los azulgranas a Getafe y Valladolid y sendos goles anulados a los equipos locales.

¿Quién tiene razón? Se han dedicado horas y más horas de programas de televisión a tratar de determinarlo de forma más o menos tendenciosa, según el gusto de cada uno. No se ha llegado (ni se llegará) a un consenso, y mientras tanto la confusión persiste en la liga española. Los árbitros de la Primera División confiaban en que la nueva herramienta les iba a facilitar la vida, pero de momento, de cara a la opinión pública, lo que está haciendo es aumentar (aún más) su reputación de villanos. Rara es la semana en la que nadie denuncie un “robo”, agravado ahora porque se supone que se dispone de los medios tecnológicos para evitarlo.

Hay que confiar en que los colegiados españoles en realidad son imparciales, no tienen interés particular en “robar” a nadie (más que nada porque, que se sepa, ellos a título particular no reciben mayor beneficio por que ganen unos u otros) y las equivocaciones que cometen, tanto los que están en el césped como los que vigilan desde las pantallas, no son más que errores humanos. Pero cuánto mejoraría su imagen, cuántas broncas nos ahorraríamos, cuánto se rebajaría el clima de tensión eterna en el que parece que nos encanta vivir, si en España tomáramos ejemplo de Europa y se ofrecieran las explicaciones oportunas. Tecnológicamente no es difícil de hacer: basta con dar las órdenes necesarias a los técnicos de la televisión y con una buena gestión de las cuentas en redes sociales de la LFP. Otra cosa es que se tenga el menor interés en salvar a los árbitros del ridículo y la vergüenza cotidiana que, a su pesar, sufren en los estadios de nuestro país.

También te puede interesar:

Las grandes polémicas que el VAR ha dejado en la Liga

Un boliviano reclama a la FIFA 100 millones por plagiarle el VAR