El reto que acabó en catástrofe
Un joven ex jugador de rugby y su familia se enfrentan al gobierno de Australia por un recorte en las prestaciones sanitarias a las personas con incapacidades.
Sam, un apuesto deportista, sufrió una enfermedad gravísima que afectó a su cerebro y lo ha postrado en una silla de ruedas.
Durante 2010, cumplidos los diecinueve años, sus amigos le retaron a comerse una babosa durante una fiesta. Sam, al que le costaba mucho decir que no a los retos, se la tragó. Nunca pudo imaginar que en ese momento su vida daría un giro devastador.
La babosa transportaba la infección de un parásito: Angiostrongylus cantonensis. Éste fue directo a su cerebro, provocando un tipo de meningitis que le llevó al coma. Después de 446 días despertó pero los daños cerebrales fueron irreparables. Desde entonces es tetrapléjico y necesita asistencia constante para poder vivir.
Según cuenta su propia madre, sus amigos no se han apartado de su lado, creando el “Team Ballard”, y apoyando siempre a su hijo. Sin embargo el gobierno australiano ha realizado una serie de recortes que afectan a personas con una incapacidad mayor al 50%, como es el caso de Sam. La subvención estatal en su caso ha pasado de casi $500.000 dólares a $135.000.
El joven, que tiene convulsiones y es alimentado a través de una sonda, requiere de cuidados constantes, y la familia ha comenzado a endeudarse para poder mantenerle. Muchos son los australianos que les apoyan en su lucha contra los recortes sanitarios. Desde Deportes Sin Corbata queremos sumarnos a este apoyo y desearle al joven Sam toda la suerte del mundo. Todos somos “Team Ballard”.
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