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El PSG era el rival ideal para el Real Madrid

SU04. NYON (SUIZA), 11/12/2017.- El exjugador de fútbol español Xabi Alonso sostiene la papeleta del Paris Saint-Germain durante el sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones celebrado en Nyon (Suiza) hoy,11 de diciembre de 2017. EFE/ Salvatore Di Nolfi
SU04. NYON (SUIZA), 11/12/2017.- El exjugador de fútbol español Xabi Alonso sostiene la papeleta del Paris Saint-Germain durante el sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones celebrado en Nyon (Suiza) hoy,11 de diciembre de 2017. EFE/ Salvatore Di Nolfi

Xabi Alonso sacó las bolas de Real Madrid y PSG con lo que los dos gigantes se medirán en los octavos de final de una Champions League que se presenta más impresionante que nunca.

Al gran nivel mostrado por los cinco clubes ingleses, se suman como siempre Real Madrid y Barcelona, además de la Juve, el PSG y el Bayern de Munich. Hablamos de que 10 de los 16 equipos clasificados a octavos de final de la competición podrían, perfectamente, ganarla. Y ojo a que alguno de los otros seis no se conviertan en sorpresas este año.

Pero enfocándonos en el Real Madrid, el choque contra el PSG es quizás el mejor posible para las aspiraciones blancas.

Por descontado está que en un día inspirado Neymar, Cavani, Mbappé y compañía pueden perfectamente desmantelar a cualquier equipo. En estos primeros tres meses de competición han demostrado ser un comando de ataque con las mejores garantías, respaldados además por un equipo eficiente y basados en la impronta de un entrenador con tres Europa Leagues a sus espaldas dirigiendo al Sevilla.

La historia, además, está del lado del PSG. El Real Madrid nunca pudo ganar en eliminación directa a los parisinos, sucumbiendo en la Copa de la UEFA 91/92 por un 4-1 inapelable en el Parque de Los Príncipes y al año siguiente en la Recopa volviendo a hincar la rodilla ante un espectacular George Weah. La última ocasión en que se enfrentaron fue en la fase de grupos de hace dos temporadas, en las que el Real Madrid empató ambos encuentros, aunque en París se mostraron mucho más entonados que su rival, a pesar del 0-0 final en el marcador

Sin embargo, el PSG es el arquetipo de conjunto que a este Real Madrid ciclotímico se le da de perlas. Porque los blancos no son el mejor equipo defensivamente, pero cuando llega la parte decisiva de la temporada, saben somo agruparse del medio hacia atrás para secar a cualquier equipo que se le ponga delante. El año pasado, sin ir más lejos, fueron capaces de frenar a Napoles y Bayern, dos de los mejores equipos ofensivos de la Champions League. Los merengues entendieron que además de Casemiro, se necesita sacrificio en el mediocampo para tapar huecos, y de ahí en más –con la inestimable ayuda de las continuas lesiones de Gareth Bale, que propiciaron la entrada de Isco en un 4-4-2 mucho más balanceado tácticamente– el Real Madrid fue un rodillo que se llevó todo por delante.

Claro está que nadie puede adivinar como llegarán estos equipos a la segunda quincena de febrero, pero el pobre arranque merengue en Liga (como el año pasado y hace dos), invita a pensar que la curva ascendente del estado físico y anímico del equipo les tendrá en un momento idóneo para enfrentar la eliminatoria.

Por eso también pienso que el PSG es quizás el rival perfecto. Sin ánimo de menospreciar al conjunto parisino, que como ya he señalado podría perfectamente llevarse la copa, la realidad dicta que es todavía un conjunto en crecimiento, que ha incorporado a Neymar y Mbappé hace apenas meses y que tiene entre manos una plantilla tan amplia como complicada de manejar.

Está por verse qué jugadores saldrán en el mercado de invierno del club del Parque de los Príncipes. Di María, Lucas Moura, Pastore, Draxler… todos tienen un futuro incierto en la institución, que necesita rebajar su masa salarial drásticamente para así poder hacer frente al control financiero de FIFA.

Este clima de ambigüedad en el club puede ser bastante negativo para el equipo, que en solo tres meses ha vivido todo tipo de polémicas. Desde la pelea de Neymar y Cavani por tirar los penaltis, hasta las malas caras de Mbappé al ser siempre el primer cambio, pasando por los rumores de que Unai Emery tiene los días contados en el banquillo; nada hace presagiar que el PSG sea una balsa de aceite de aquí a febrero.

El Real Madrid, envuelto en esa escalada tremenda en Liga, podría llegar en un momento sólido de juego a las citas de febrero, y mientras eso quizás no sería suficiente para batir a los sospechosos de siempre (Bayern, Barcelona, etc.), quizás un enfrentamiento ante el PSG sea justo lo que recetó el doctor para ese momento de la temporada. Batir a los franceses sería un plus de energía y confianza, pues son uno de los aspirantes al título y cuentan con estrellas rutilantes, pero a la vez la plantilla blanca sabe desde ya que se les puede ganar –más aun tras los tropiezos parisinos ante Amiens o Bayern Múnich en las últimas semanas– y eso rebaja muchísimo el nivel de estrés competitivo.

De cualquier manera, la eliminatoria promete. Será un choque de trenes a toda velocidad. Dos equipos formados a golpe de talonario, en busca de que el dinero traiga consigo los viejos laureles reverdecidos. Será una serie espectacular.

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