Yahoo Noticias El poder absoluto de Florentino eclipsa las ilusiones de Zidane
Cuando Zinedine Zidane aceptó volver al Real Madrid tras la debacle del equipo en en Copa del Rey ante el Barça bajo el mando de Santiago Solari, todos entendimos que si el francés había vuelto al cargo menos de un año antes de irse era porque Florentino le había otorgado plenos poderes.
De otra manera, no tenía ningún sentido que el hombre que dejó el club tras ganar tres Champions Leagues porque le dijeron que vendían a Cristiano Ronaldo y se quedaban con Gareth Bale, volviera con el barco a medio hundir si no le prometían un cambio drástico en el siguiente mercado de verano.
Los nombres de Pogba, De Ligt, Mbappé y Neymar empezaron a revolotear por el ambiente, además del de Eden Hazard, que siempre se supo que estaba prácticamente atado tras el verano pasado. De todos esos posibles refuerzos —además de el belga, que se concretó—, el único del cual Zizou se ha declarado un verdadero admirador era Paul Pogba, un refuerzo que ya pidió el entrenador francés en su última etapa dentro del club.
Para Zidane poder contar con el físico del campeón del mundo en su mediocampo era una necesidad prácticamente existencial para así encontrar el balance táctico adecuado. Por eso el entrenador merengue no se ha cansado de mandar indirectas (y no tanto) sobre lo gran jugador que le parece el hombre del Manchester United y lo bien que encajaría en su sistema.
A la vez, el segundo técnico más laureado de la historia madridista no se ha andado con chiquitas a la hora de aclarar cuales eran los efectivos de su equipo con los que no contaba. En rueda de prensa ya dejó sentado que sería mejor que Gareth Bale se fuera “mañana mismo”, aunque luego intentó rectificar. Pero sin ir más lejos, para el partido de esta semana en Salzburgo, Zizou no contó ni con el galés ni con James ni con Mariano. Blanco y en botella.
Con el cierre del mercado en Inglaterra, tras un verano en el cual el Manchester United no fichó a ningún recambio para el mediocampo, la salida de Pogba se plantea más que imposible, por lo que Zidane se quedará sin su anhelado refuerzo para esta temporada.
Así, se confirma que en la tácita guerra entre Florentino Pérez y Zidane, el presidente ha vuelto a ganar.
Florentino siempre ha dicho que el francés fue su mejor fichaje, que por eso siempre le ha mantenido a su lado una vez que colgó las botas. Por su parte Zidane nunca ha dejado pasar la oportunidad de referirse a Pérez como “mi presidente”, incluso reconociendo en marzo pasado que volvió al club porque Florentino se lo pidió encarecidamente y “a mi presidente no puedo decirle que no”.
Sin embargo tampoco es un secreto la gran diferencia de criterio que existe entre ambos, seguramente el mayor motivo que llevó a Zidane a dejar el club días después de levanta de decimotercera Copa de Europa para la entidad merengue.
Ahora estamos ante un caso claro en el cual Florentino prometió la luna a Zizou en marzo pasado para que volviera, pero que a la hora de la verdad ha acabado por imponer su criterio.
El presidente blanco autorizó un sonrojante comunicado de despedida de Julen Lopetegui el año pasado en el que responsabilizaba al técnico vasco de no saber sacar provecho a un equipo que contaba con cinco integrantes en el once ideal de la Champions League anterior. Quedaba claro que él sigue valorando a la actual plantilla del conjunto blanco como una de las mejores y más potentes del continente. Como siempre ha desconfiado de los entrenadores, si algo no funciona en el equipo es seguramente culpa de ellos y no de los jugadores.
Que el equipo haya quedado a 18 y 19 puntos del FC Barcelona en los últimos dos años, respectivamente, no parece hacer titubear a Florentino.
Zidane no debe estar muy contento hoy. A escasas semanas de que se cierre el mercado en todo Europa, y con el inglés ya habiendo bajado la persiana, Zidane sólo ha conseguido fichar a Ferland Mendy y Eden Hazard, de su lista de prioridades. Ni Eder Militao ni Luka Jovic fueron peticiones suyas, mientras que Take Kubo y Rodrygo tienen pinta de no acabar siendo parte de la primera plantilla blanca. Poca chicha para un hombre que buscaba una verdadera revolución.
Si además el francés debe tragar con mantener a Gareth Bale y James Rodríguez en su equipo, la situación puede acabar explotando en cualquier momento. Seguramente que en una pretemporada de lo más tirante, Zidane deberá haber negociado las salidas de sus descartes como contrapunto a no haber podido contar con sus peticiones.
Pero se mire come se mire, la soberbia de Florentino se ha vuelto a imponer. El presidente no se deja aconsejar por nadie, ni siquiera por su mejor fichaje. El francés debe estar bastante desilusionado con esta situación que le ha tocado vivir.
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