Yahoo Noticias El método Raiola
Método (nombre masculino):
Modo ordenado y sistemático de proceder para llegar a un resultado o fin determinado.
Procedimiento, norma o regla seguida para conseguir algún propósito.
Primero fue el método Stanislavski, un acercamiento a la educación de las emociones y la inspiración artística. Varios años después nos llegó el método Grönholm, clave para elegir personal en grandes empresas y para hacernos reír en salas de teatro abarrotadas. En el fútbol, se han escrito varios libros sobre el método Guardiola, que llevó a sublimar el fútbol a finales de la década pasada con el mejor Barça de la historia. Últimamente hemos sido acribillados por el método Marie Kondo para ordenar tu hogar o el método Sakuma, para estilizar tu bella figura de cara a la operación Bikini.
No entendemos cómo no ha recibido el mismo reconocimiento mediático un método que se ha ido demostrando infalible con el paso de los años en el mundo del negocio futbolístico. Tan solo en esta misma semana, hemos visto dos exitosos ejemplos de este admirable procedimiento. Queremos reivindicar desde esta humilde columna la eficacia del método Raiola.
Aunque estamos ante una venerada práctica ancestral con varias décadas de resultados probados a sus espaldas, permítanme que ilustre a los pocos neófitos que se acerquen por primera vez a esta materia. Como hemos visto anteriormente, todo procedimiento busca un fin. En este caso el objetivo final es el crecimiento desenfrenado de los emolumentos de tu representado, que casualmente implica también que se dispare tu comisión. Tras varios estudios realizados, se llegó a la conclusión de que, para ello, es necesario forzar un traspaso cada dos o tres años. Queda terminalmente prohibido pasar una carrera larga en un mismo club, amar esos colores o- Dios no lo quiera- erigirse en símbolo de la afición.
Todo método necesita también un abanderado. Un emblema. Alguien que represente de forma inequívoca los éxitos acumulados siguiendo ese sistema. Su nombre, Zlatan Ibrahimovic. Su carrera supone la meta soñada para cualquier aprendiz del método Raiola. Con una calidad única que le podía haber permitido estar 15 años en un mismo equipo cobrando cantidades indecentes, Zlatan fue listo y compró desde muy joven unos ejemplares del método Raiola: dos años en el Malmö, tres en el Ajax, dos en la Juve, tres en el Inter, dos en el Barcelona, dos en el Milan, cuatro en el PSG, dos en el United y uno en los Galaxy.
Bajo el cobijo de su creador, el inefable Mino Raiola, varios futbolistas han triunfado económicamente - lo futbolístico es lo secundario- siguiendo esta forma de proceder. A saber, Balotelli, Verrati, Donnarumma, Lukaku y especialmente los dos que han sido noticia esta semana por exhibir sus conocimientos del sistema que da nombre a nuestro artículo: Paul Pogba y Matthias De Ligt.
El primero copa todas las portadas de estos días gracias a aplicar la lección número 1 del cursillo acelerado CEAC del Raiolismo, el ABC del método: dejar siempre la puerta abierta. Dejarse querer. Pogba ha reiterado que “ha llegado el momento de nuevos retos en mi carrera”. Ya tardaba. Para nuestro gusto- el de los gourmets del sistema- esta declaración casi llega tarde. Tras un año en el Le Havre, otro en el United, cuatro en la Juve y tres más de vuelta en Manchester, su última etapa inglesa se estaba eternizando ya. No puede ser. Alumno aventajado de la clase, su intención de rivalizar con Zlatan como emblema del método una vez finalice su carrera, pide a gritos un traspaso inminente al Madrid o a donde sea. No es descartable que vuelva a Turín y vaya pasando los años que le quedan como futbolista saltando de los Red Devils a los ‘biancconeros’ ininterrumpidamente, algo que quedaría de lujo en la pared de diplomas de la Academia.
El otro gran protagonista de estos días es el Rookie del curso. El alumno más joven de los que han abrazado el método pero no por ello el menos apto. Para nada. De Ligt se ha destapado como un auténtico valor de futuro no solo como central de calidad sino también como discípulo de su maestro y sus compañeros de estudios. Hace unos días se desmarcó con unas declaraciones que aunque forman parte del libro de estilo de la escuela, añaden algún elemento innovador. Manifestar unas supuestas dudas deportivas y poner encima de la mesa que no sabes si serás titular o si tendrás los minutos que te mereces es algo que siempre queda bien, además de ser completamente indemostrable. Para la opinión pública, te aleja de lo económico. Los seguidores se pasan horas hablando de si el entrenador de turno te pondría de inicio o no y olvidan lo obvio: que estás encareciendo el producto y abriendo la puerta a ofertas más lucrativas de otros equipos. Un win-win. Una prueba más del infalible método Raiola. Lo raro es que Neymar- que lo tiene todo para triunfar en esta disciplina- aún no se haya apuntado a la academia. Anímate Ney, en verano hay plazas disponibles.
Más de Dani Senabre:
Lo que le está sucediendo a Neymar es lo mejor que le podía pasar al Barça
