El Leopardo de la Nieve: el esquiador que hizo soñar a todos los africanos

Salvo algunas excepciones, los Juegos Olímpicos de Invierno suelen ser dominados por los países del Hemisferio Norte. Está claro, las condiciones para practicar determinadas modalidades son mucho mejores de ese lado del globo, además de una tradición que los avala. Sin embargo, existen excepciones, países de la “mitad sur” que consiguen destacarse en los podios. Otros, no precisamente precisan cazar medallas para ganarse un lugar en los medios. Ese es el caso de Kwame Nkrumah Acheampong, representante de Ghana que supo ganarse la admiración y el respeto de sus colegas.

Sí, Ghana. Fue lo que escribimos en el primer párrafo de este artículo. Es verdad, las posibilidades de que caiga nieve en Ghana son ínfimas -por no decir nulas. Entonces, ¿cómo es que un atleta de esa nacionalidad consigue estar en los Juegos Olímpicos de Invierno? Ah, un detalle. No sólo se clasificó, sino que lo hizo en Esquí Slalom.

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Kwame Nkrumah Acheampong, el Leopardo de la Nieve (Blickambend ski)

Lo cierto es que Kwame Nkrumah Acheampong es poco conocido con ese nombre, y mucho más con el apodo que se ganó: “El leopardo de la nieve”. Nacido en Glasgow, Escocia, el Leopardo se fue a vivir a Accra, capital ghanesa, cuando era apenas un niño. En 2002, sin embargo, mientras hacía un Máster en Turismo, decidió tomar un trabajo como empleado de una pista cubierta de esquí londinense, llamada Milton Kleynes.

“El entrenador me pidió que no pasase vergüenza”

Algunos de los entrenadores que veían al Leopardo (aún no se lo conocía así) esquiando consideraban que era relativamente bueno como para probarlo en algún campeonato regional, aunque no esperarían que el niño que se enamoró del esquí “viéndolo por la tele” desde Ghana, llegaría tan lejos. En su primera experiencia como profesional, su coach no fue muy exigente con él. “Mi entrenador sólo me pidió que evitara pasar vergüenza, que no tratara de girar sino que fuera derecho hacía abajo. Y eso fue lo que hice”, declaró el Leopardo de la Nieve.

Pero el tiempo pasó y Kwame fue mejorando, a pura fuerza de voluntad. Hasta consiguió algunos patrocinadores. “Yo creía que podía aspirar alto, y le pregunté a mi entrenador a dónde podíamos apuntar”. Su coach, bromeando, le dijo que se preparase para los Juegos Olímpicos de Turín, Italia, de 2006. El ghanés se lo creyó, y se lo creyó tanto que empezó a prepararse noche y día. Y de tanto que soñó, la locura se tornó una realidad.

Cumpliendo sueños olímpicos

“Al principio la gente no me tomaba en serio, pero tras competir en varias pruebas francesas, donde destaqué sobre gente que esquiaba desde niño, empezaron a tratarme con respeto”, le contó el africano a la BBC. Finalmente, se convirtió en el primer esquiador en representar a Ghana en unos Juegos Olímpicos de Invierno, en Turín 2006, luciendo un atuendo un tanto llamativo, de leopardo… blanco, claro.

Pero el Leopardo de la Nieve es un soñador empedernido y también se clasificó para los Juegos de Invierno de Vancouver, Canadá, en 2010. “No fui el último, Ghana no quedó última, y eso ya es una satisfacción, porque a mí todo me cuesta 10 veces más que a los demás competidores”, le dijo el primer esquiador profesional ghanés a los medios de su país.

En 2014 no consiguió estar en los Juegos de Sochi, pero supo enviar un mensaje para los africanos que, como él, sueñan con deportes de invierno, tan opuestos al clima continental. “El único inconveniente para los africanos es el frío, nosotros lo sufrimos. Sin embargo, nuestra psicología es muy propicia para deportes como el esquí”, disparó. Además, aseguró que continuará trabajando con el equipo olímpico de su país para que otros puedan vivir el sueño que él vivió.

Conocé al Leopardo de la Nieve en acción (video Reuters):

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