El gigante hueco en un estadio de Primera y el cuento de fantasmas que lo acompaña
El estadio Ciutat de Valencia cumplió 49 años en septiembre y el hogar del Levante ha sido, históricamente, un feudo complicado para sus rivales. Algunos, incluso aseguran haber visto fantasmas en él, en concreto cerca de uno de sus fondos, donde el estadio tiene una particularidad arquitectónica muy particular: un corte o “mordisco” (como le dicen los locales), un brusco vacío en las gradas.
Los ‘fantasmas’ de Duda
Duda falló una clara ocasión contra el Levante porque, según sus propias palabras, “vio un fantasma” #CuartoMilenio pic.twitter.com/GMedd5vZ4S
— ikerjimenez.com (@navedelmisterio) June 19, 2016
El 1 de mayo de 2005, en un Levante-Málaga, el centrocampista Duda explicó un fallo suyo delante de gol que parecía inexplicable: “Cuando iba a disparar se me apareció un fantasma justo enfrente y por eso pasé el balón a un compañero en vez de tirar. Algo se me cruzó, no sé qué fue, pero algo vi en ese momento”.
El día siguiente, el jardinero oficial del Levante dio vuelo a las declaraciones del antiguo centrocampista internacional portugués: “Hace dos años, un compañero llamó a la policía porque aseguró que, mientras trabajaba sobre el césped, vio con total claridad un espectro sobre la portería del Fondo Orriols (la grada del estadio), pero no le hicieron ni caso”.
El jardinero dijo que, en la zona del fallo de Duda, entre 1995 y 2002 se esparcieron cenizas de socios fallecidos. También se especuló con cuatro abonados levantinistas que había perecido en un accidente de tráfico. Quizá fue la maldición del tio fotut y su trozo de estadio. pic.twitter.com/QEaVeULQMw
— Eibar – Sestao…X (@eibarsestaoX) September 2, 2018
El propio jardinero, llamado Raimon, aseguró que se habían esparcido las cenizas de un socio del club en la misma zona, muy cerca del vacío en la grada.
Los expertos cazafantasmas no tardaron en aterrizar en Valencia y aseguraron que las supuestas apariciones eran relacionadas al hincha difunto o uno de los tres que fallecieron en el mismo accidente. La meta número uno, para ellos, era ‘liberar’ el alma atrapada de las cadenas que le mantenían en el mundo mortal.
La historia propició más teorías, ¿a qué más puede deberse? Y todo llevó de nuevo al ‘mordisco’ en la grada y un viaje a través del tiempo.
El mordisco del “tio futit”
En 1969, tras sufrir graves daños por inundación en su campo anterior, el Levante inauguró el Ciutat de Valencia (entonces llamado Nou Estadi Antonio Román) en el barrio de Orriols, donde predominaban las huertas. La decisión fue algo polémica porque alejaba al equipo de la zona marítima de la ciudad (la más glamorosa).
Dos imágenes aéreas del Ciutat de Valencia, la casa del Levante UD. Una de cuando se construyó y otra actual. El club granota celebró el pasado día 9 de septiembre los 109 años de historia y los 49 de la construcción de su estadio. pic.twitter.com/vD8T1MQhII
— Colgadosporelfutbol® (@colgadosfutbol) September 11, 2018
Por aquel entonces, ya destacaba el ‘agujero’ en la grada, que tenía el nombre de “El most del tio futit” (el mordisco del tío cabrón, en valenciano). Y todo tuvo que ver con un grave impedimento en la negociación de la compra de terrenos.
Un granjero se negó tajantemente a vender su tierra y la construcción siguió adelante igualmente. Se supone que la idea que manejaban los dueños del club era que lo intentarían de nuevo en el futuro, cuando falleciese o los terrenos pasaran a otras manos. Pero a día de hoy, en 2018, todo sigue igual y el Ciutat de Valencia sigue teniendo ese vacío.
El “mordisco del tío fitut” sigue estando presente en una de cada dos jornadas de LaLiga española.
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