El eterno regreso de Mario Balotelli

Italy’s Mario Balotelli holds a press conference at the Juventus’ sport center in Vinovo, near Turin, Italy, Sunday, June 3, 2018. Italy will play the Netherlands in a friendly match in Turin Monday. (Alessandro Di Marco/ANSA via AP
Italy’s Mario Balotelli holds a press conference at the Juventus’ sport center in Vinovo, near Turin, Italy, Sunday, June 3, 2018. Italy will play the Netherlands in a friendly match in Turin Monday. (Alessandro Di Marco/ANSA via AP

La última imagen que se recuerda de Mario Balotelli con la selección fue penosa. Una foto que le mostraba al mundo como una caricatura de si mismo. Un meme. Aquella amarilla por encaramarse a la espalda del uruguayo Álvaro Pereira sin ton ni son fue su triste canto del cisne como azzurro. También de una selección desquiciada. Pero cuatro años después de aquel despropósito Roberto Mancini ha vuelto a confiar en él para liderar el ataque de un edificio en reconstrucción tras el último incendio. Su gol en el amistoso frente a Arabia Saudi y (sobre todo) su buen comportamiento en los últimos tiempos y la madurez de su fútbol alimentan la esperanza de la resurrección. La enésima. Ahí vamos una vez más, vuelve Balotelli.

Primero, los números. Desde que llegó al Niza en 2016, Balotelli se ha dedicado a coserse las heridas. Las que le dejaron un paso delirante por el Liverpool (sin peso ninguno en el equipo) y un regreso al Milan marcado por una pubalgia que nunca le permitió rendir a buen nivel. Nadie apostaba un euro por él pero en la Costa Azul ha firmado dos de sus mejores temporadas como profesional, en especial la que ahora ha concluido con 26 goles en todas las competiciones. Es su mejor registro personal.

Mancini es el entrenador que mejor ha entendido a Balotelli. Nadie ha ejecutado ese tira y afloja necesario con los tipos de carácter tan elástico como el de Super Mario y ninguno le ha sacado mayor partido a su talento indiscutible. Si el genio díscolo respondía en Francia era cuestión de tiempo que el nuevo seleccionador le llamara. Cuestión de predicar a los conversos. Sin embargo, el Balotelli que está de regreso en la selección es bien diferente del que se fue.

Mario es ahora uno de los veteranos de un grupo renovado y su juego transmite un cuajo nunca visto. Lejos de los arrebatos narcisistas de sus últimas etapas en Milán, de aquellos lanzamientos de falta imposibles o las jugadas individuales hacia ninguna parte, Balotelli ahora brilla en el reparto de juego y escoge mejor sus momentos de lucimiento personal. Contra Francia pecó de chupón pero contra los saudíes sacó a relucir ese tiro lejano devastador que siempre le ha caracterizado y además cuajó un encuentro serio para el equipo. Frente a Holanda ya hay muchos que reclaman su capitanía: señal definitiva de que algo ha cambiado definitivamente en Balotelli y en Italia.