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El día que Maradona se enamoró de Verónica Castro y le movieron cielo, mar y tierra para verla

Fotos: Getty Images / Medios y Media
Fotos: Getty Images / Medios y Media

La muerte de Diego Armando Maradona a los 60 años de edad ha suscitado un vuelco de cariño por parte de sus millones de admiradores por todo el mundo, quienes en una ola de nostalgia, han compartido numerosas anécdotas acerca del jugador y una de las más pintorescas, que pinta de cuerpo entero al mítico futbolista la relata el reconocido periodista mexicano Fernando Schwartz, quien por casi 50 años ha realizado análisis y comentarios deportivos para prestigiados medios.

Tal como lo cuenta Schwartz, con humor y algo de nostalgia, él fungió como artífice del primer encuentro entre el futbolista más famoso del mundo, cuando todavía era un jovencito, y la que es, hasta hoy, la actriz de telenovelas más célebre de la historia: Verónica Castro.

Como si lo hubiera vivido ayer, Schwartz recuerda que fue el lunes 25 de enero de 1982, cuando se dio la llegada del equipo argentino Boca Juniors en breve visita a la ciudad de México, para jugar al día siguiente por la noche, en horario estelar, en un partido amistoso contra el célebre Club América en el estadio Azteca.

Este era un momento muy especial para los aficionados al balompié mexicano, ya que era una época en que el Club América pasaba por un tiempo de esplendor, con su nombre de ‘Aguilas’ aún flamante y con jugadores como el arquero Héctor Miguel Zelada (también de origen argentino), Alfredo Tena y Javier Aguirre activos en plantilla.

Maradona, que había sido una sensación desde su debut en 1976, y que controversialmente no había sido seleccionado por César Luis Menotti para ser parte de la selección anfitriona en el mundial de Argentina 78, era un jugador que causaba curiosidad y furor y esta era su primera visita a México.

Al ser ese el caso, Jacobo Zabludosky, el legendario periodista mexicano y director del noticiero ‘24 Horas’, encomendó al joven Schwartz que fuera personalmente al aeropuerto para recibir al equipo visitante y que buscara la manera de llevar esa misma noche a Maradona al estudio para ser entrevistado en vivo, “esto era muy importante, ya que Jacobo concluyó la orden diciéndome que no volviera, si no era con él”.

Aprovechando que ambos tenían entonces la misma edad (22 años), Schwartz se apersonó en el área de llegadas internacionales – el equipo llegó en un vuelo comercial de Aerolíneas Argentinas – y presto se acercó al pibe de oro para romper el hielo y le hizo plática al centrocampista, persuadiéndolo de que aceptara la invitación para ser entrevistado por el que entonces era el periodista más influyente de México.

Al final de cuentas, Maradona accedió a ir al estudio con el periodista, y mientras iban en camino a Televisa Chapultepec, el ‘Barrilete cósmico’ le dijo a Schwartz que ahora él le debía un favor muy grande y Fernando señaló que era hombre de palabra y que se lo devolvería con gusto.

“Quiero conocer a Mariana” le dijo Maradona.

“¿Mariana? ¿Mariana quién?” respondió el joven comentarista, algo desconcertado “Aquí en México hay muchas Marianas”.

“¡Mariana, Mariana! La de ‘Los ricos también lloran’. Estoy enamorado de ella y la quiero conocer.” De inmediato, Fernando supo que Maradona hablaba de Verónica Castro, la actriz mexicana que había alcanzado la cima del estrellato como protagonista de la telenovela más popular de su época, que había trascendido fronteras, siendo transmitida en Argentina, donde Maradona la había visto y había quedado prendado de ella de manera platónica.

De este modo, mientras Maradona se presentaba a la entrevista en directo con Zabludosvky en su noticiero, Fernando contactó a la Castro a través de Fanny Schatz, su representante, y la joven (entonces de 29 años) se mostró entusiasta y dispuesta a ayudarlo, aceptando presentarse la noche siguiente en el coloso de Santa Úrsula (como se conoce tradicionalmente al Estadio Azteca, sede del Club América desde 1966) para dar la patada inicial del encuentro, esto siendo una decisión propia de Verónica, sin consultar a nadie, ni siquiera pidiendo permiso a Emilio Azcárraga Milmo, quien era el equivalente a Dios en la empresa televisiva en aquél entonces.

Puntualmente a las 8 pm del martes 26 de enero de 1982, la hermosa ojiverde se presentó en la cancha del estadio y dio la patada inicial del Boca Juniors vs. América y así conoció al que iba en camino a ser el futbolista más famoso del mundo, algo que se confirmaría en sus participaciones en los mundiales de España 82 y México 86.

Mudo al conocer a su estrella favorita, Maradona se sonrojó y muy sonriente posó con la actriz, antes de entrar al partido en el que anotó el primer gol al minuto 26 –uno supone que algo influiría en su ánimo haber conocido al fin a la heroína del culebrón que no se perdía –, siendo el primero de los dos que le dieron el triunfo al Boca.

Entre la actriz y presentadora y “la mano de Dios” surgió una buena amistad, aunque nunca tuvieron un trato romántico. Siguieron tratándose socialmente cuando llegaban a coincidir en Argentina, cuando él iba de visita a su terruño – él jugaba para el Barça –, mientras Verónica se trasladó ese mismo año a Buenos Aires, a realizar la telenovela ‘Verónica: el rostro del amor’, que tuvi tanto éxito, que Verónica protagonizó otros tres melodramas en el cono sur ‘Cara a cara’, (1983), ‘Yolanda Luján’ (1984) y ‘Amor prohibido’ (1985), razón por la cual la actriz fuera vetada de la Televisa durante cinco años, hasta su regreso triunfal con ‘Rosa Salvaje’ en 1987.

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