El caso de Zlatan en la MLS... y el caso contra Zlatan

La Major League Soccer no necesita a Zlatan Ibrahimovic.

Y, sin embargo, la MLS realmente se podría beneficiar de la presencia de Zlatan por un año o dos.

De acuerdo a varias informaciones aparecidas el jueves, la estrella sueca de 36 años está a punto de irse del Manchester United a Los Ángeles Galaxy. Según la ESPN, ha jugado su último partido con el United y de acuerdo a Los Ángeles Times, ha fichado por Los Ángeles Galaxy.

El acuerdo ha resucitado una discusión acerca de qué tipo de liga es exactamente la MLS y de qué debería ser. En sus primeras tres décadas de vida, claramente fue el tipo de circuito que proporcionó cobijo a estrellas ya mayores que planeban retirarse, idealmente a poca distancia de Nueva York o Los Ángeles.

No es necesario recordar todos los grandes nombres que han pasado por la liga a lo largo de esos años. Nos conformaremos con llamarla en conjunto como la era Beckham, a raíz del acuerdo de David Beckham en 2007. Ciertamente, hubo grandes nombres reclutados antes de esa fecha, pero la adopción de la regla del jugador designado ‒inicialmente conocida como la “regla Beckham”– abrió la veda.

Y eso estuvo bien. Sirvió para atraer la atención y dar credibilidad, e impulsó el crecimiento de los equipos, la infraestructura y los ingresos. Pero la MLS también quedó pegada a la etiqueta de “liga de jubilación”.

Últimamente esa imagen ha cambiado.

La última tanda de importaciones de estrellas mayores ha tenido un impacto bastante limitado. Esos grandes nombres se movieron con pesadez y en muchos casos ofrecieron poco más allá del caché propio de su fama. Steven Gerrard pasó sin pena ni gloria por el Galaxy. Kaka lo hizo bien, pero no fue excepcional con el Orlando City. Didier Drogba tuvo influencia en el Montreal Impact pero siempre parecía que estaba a punto de irse. El New York City FC abarcó todo el espectro: Andrea Pirlo fue un fracaso; Frank Lampard fue bueno durante una temporada y estuvo mayormente ausente durante la segunda; y David Villa ha resultado ser un MVP (el jugador más valioso) y quizás el mejor delantero de la historia de la liga.

La MLS haría bien en “atreverse con Zlatan”. ¿Realmente? (Getty).
La MLS haría bien en “atreverse con Zlatan”. ¿Realmente? (Getty).

Ninguno cambió el panorama de la MLS, no obstante. No ha habido ningún fichaje de entre las caras incorporaciones procedentes de Europa que haya proyectado su brillo en la liga. No ha habido otro Beckham. Nadie tras Thierry Henry. Ni siquiera un nuevo Cuauhtémoc Blanco.

El primer cambio de paradigma fue una breve estrategia de fichar a los pilares de la selección nacional estadounidense en lugar de estrellas extranjeras, lo que dio pie a un frenesí de contratos abultados para beneficio de Clint Dempsey, Michael Bradley, Jermaine Jones y, más tarde, Tim Howard, entre otros.

Pero en los últimos dos años, los equipos se han volcado hacia los jóvenes talentos no consolidados en pleno ascenso de su carrera para rellenar la ranura de la lista de mejor pagados, y a gastar todo el dinero de las transferencias en jóvenes sudamericanos. Esta tendencia fue iniciada este invierno por el fichaje récord de la súper promesa argentina Ezequiel Barco por parte de Atlanta United.

El fichaje de Zlatan, con su carácter provocador, sus brillantes piercings, sus maravillosos goles y su carácter desmedido, será una vuelta a los orígenes, o algo por el estilo. Quizás de forma temporal, pero, en cualquier caso, una vuelta a las viejas formas de amor por las estrellas de la liga.

Las implicaciones de esto es que recordará a los jugadores del mundo qué es la liga. Y antes era un lugar adonde uno iba cuando ya había pasado el mejor momento de su carrera como futbolista, no cuando aún no había empezado.

Dado que la reputación lo es todo cuando los jugadores eligen su próxima liga, eso puede ser perjudicial. Se han hecho muchos progresos, a fuerza de mucho trabajo, para que la MLS se consolide como una plataforma de lanzamiento en la que las jóvenes promesas se incorporen felices.

La liga no necesita a Zlatan. No lo necesita para calentar banquillo ni para sintonizar con la gente. Puede que vaya más gente a los estadios a verlos, puede que algunos televidentes más vean un partido por la televisión en el que se prometa su participación, pero no va a tener un efecto considerable.

Y además traer a Zlatan a los Estados Unidos también ofrece una ventaja real.

Jamás hubo nadie como él en el fútbol. Los personajes excéntricos son bastante inusuales en el mundo del deporte, el cual prefiere jugadores predecibles y constantes. Los excéntricos que han resultado ser los mejores de su generación son desconocidos. Diego Armando Maradona era hedonista pero no particularmente especial en nada que no fuera su talento y su temperamento. Johan Cruyff fue un hombre famoso y difícil, pero en general se adaptó a las normas de su tiempo, a pesar de convertirse en algo así como un icono de la contracultura. Beckham, por su fama y apariencia, fue el rey de los insulsos.

Zlatan no solo ha anotado goles como este…

También ha hecho suficientes cosas notables como para hacer vídeos interminables de YouTube sobre sus variados incidentes y declaraciones…

Una popular cuenta de Twitter parodia sus hazañas.

Esto es lo que ofrece Zlatan a la MLS.

Su poder estelar, el peso de sus 483 goles en partidos oficiales durante una carrera que incluye 11 títulos de ligas nacionales en Países Bajos, Italia, España y Francia. Pero también algo más, ofrece su carisma.

La MLS, en tanto liga, es bastante floja con su narrativa. Es normal. Diez de los 23 equipos empezaron a jugar a partir de 2009. La competencia no se ha desarrollado realmente de forma orgánica aún. Las identidades están naciendo. La historia comienza a ser escrita.

Más aún, a la MLS le faltan famosos. El viraje hacia los jóvenes, en gran parte con la llegada de talentos sudamericanos, tuvo todo el sentido del mundo aumentando el nivel del juego y mejorando el lugar de la liga en el mercado global. La desventaja es que pierdes personajes completamente consolidados y que tienen mucho atractivo.

El desaceitado liverpulense Gerrard. El galán con olor a vino Pirlo. El elegante londinense Lampard. El indomable marfileño Drogba. El incansable Villa. El brasilero sonriente Kaka. Con sus aciertos y fallos, trajeron consigo una imagen bien establecida que ayudó a promover la liga.

Barco, de 18 años, no hace eso. Todavía no ha desarrollado su personaje, porque aún no ha madurado por completo como hombre, y mucho menos como jugador.

Zlatan aún puede jugar. Y podría aportar una más que bienvenida dosis de personalidad. Eso probablemente ayude a superar el revés de la creciente imagen de la liga como un lugar de recién llegados.

Leander Schaerlaeckens