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El Barça del tridente y sus problemas en el mercado

Decía Johan Cruyff que los fichajes de la siguiente temporada había que hacerlos en marzo o al menos apalabrarlos. Que fichar al crack en verano equivalía a una planificación deportiva que era cualquier cosa menos planificada. Abandonado el fútbol de control y erosionada hasta límites impensados la otrora inviolable filosofía de cantera, hasta en algo tan sencillo está faltando el Barcelona a la filosofía de Cruyff. Los últimos veranos en el mercado blaugrana han sido una ensalada de fichajes fallidos y rumores de todo tipo.

Que el Barcelona vive colgado de Messi, Neymar y Suárez es una obviedad; que ese predominio del tridente condiciona tanto para bien como para mal su proyecto deportivo también. Emparedado entre el fair play financiero y la necesidad de renovar una plantilla veterana, el Barcelona ha puesto todos los huevos en la cesta del tridente y al final, esa decisión deja poco margen de maniobra presupuestario para pagar a futbolistas realmente diferenciales en otras zonas del terreno de juego. La incapacidad para llenar el agujero que ha dejado la marcha de Xavi en el centro del campo ha sido sintomática en este aspecto.

El desorbitado músculo económico de la Premier League y China se ha convertido en una red de arrastre no solo para los cracks sino para los buenos futbolistas de clase media. En ese escenario, un club tradicional como el Barcelona pero sin el poderío de un PSG o un Manchester City se ve obligado a afilar sus sentidos para pelear en un escenario hasta ahora desconocido. Lo viviremos este verano porque el club blaugrana tendrá muy complicado fichar a los tres fichajes claves que pretende. Si me apuran, salvo ventas millonarias bastante improbables, quizá puedan atar a Verratti y lo harán en detrimento de traer un Bellerín o un Dembele. Los tres se me antoja imposible.

Resulta imposible no regresar a la idea de Cruyff respecto a la planificación deportiva cuando hablamos del Barcelona. Mantener a Messi ha de ser una prioridad. Al resto de figuras solo si ese esfuerzo financiero no acaba jugando en tu propia contra. Jugadores como Digne, Andre Gomes o Alcácer caminan lejos del nivel al que nos viene acostumbrando el Barcelona. Son fruto de los arrebatos de mercado de última hora. Justo esos que detestaba Cruyff.

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