Yahoo Noticias El año de Messi
Cuando mis amigos de Yahoo me pidieron una columna resumiendo el 2017 de Lio Messi, a mi mente vinieron tres momentos puntuales que lo definen; no soy amigo de elaborar textos plagados de números copiados de Wikipedia, prefiero recurrir a mi memoria, hurgar en mi mente y ubicar aquello que definitivamente se quedó grabado con tinta indeleble.
Para obtener números y récords, basta con escribir Messi en un buscador de internet.
La Foto
Si lugar a dudas la renovación de Messi hasta el 2021 con el equipo de sus amores, ubicándolo además como uno de los diez deportistas mejor plagados del planeta, es un homenaje a un matrimonio casi imposible de ver en el deporte actual.
Contrario a lo que muchos aficionados y periodistas pregonan, yo exalto el hecho de que en un ambiente deportivo desechable, en el que la divisa está muy por debajo de los salarios, contratos de publicidad, exclusividad con marcas deportivas, redes sociales y demás elementos que han convertido al fútbol en un producto empaquetado ‘light’, haya un futbolista, que es el mejor del mundo, al cual le llueven ofertas plagadas de ceros, que permanezca aferrado al equipo de sus amores, al que creyó en él cuando era un niño rechazado por un problema hormonal que tenía dificultades de crecimiento.
Después de tanto morbo y especulaciones, haber visto ‘la foto’ de Messi junto a Bartoméu es uno de los tres hechos que definen el 2017 de la ‘Pulga’.
El Triplete
Después de las tres finales perdidas, dos de Copa América y la del mundial frente a Alemania; después de la renuncia a la selección, después de la bilis que destilaron, incluso desde su propio país; llegaba el partido de la resurrección o la muerte.
El triplete de Messi en Quito frente a Ecuador, después de empezar perdiendo y estar transitoriamente fuera del mundial Rusia 2018, fue una vuelta a la vida con la ‘Albiceleste’ para el mejor jugador del mundo.
Ser el máximo goleador de la historia de la selección Argentina, haber ganado la medalla de oro olímpica para su país, conducir a la selección a tres finales seguidas, no son ‘nada’ para sus detractores. Todos estaban apostados como cuervos a la espera de la eliminación de la Argentina del mundial. Sin embargo, en el momento definitivo, Messi se puso el equipo al hombro y lo llevó de su mano a Rusia.
La Bota de Oro
Siempre me han gustado los premios individuales cuantitativos, soy enemigo de los premios cualitativos en el fútbol; esto se explica de manera simple: no creo en premios ‘marketineros’ dominados por grandes marcas deportivas, que se otorgan por votaciones en las cuales el amiguismo y los intereses creados imponen al ganador.
No me gusta el premio The Best, tampoco creo en el Ballon D’Or; a mi me gusta la Bota de Oro. La razón es muy simple, para ganar la Bota de Oro hay que hacer goles, eso no te lo regala ni te lo quita nadie, para ganarla tienes que marcar más goles que los demás; y la verdad suprema del fútbol es el gol.
Por eso cuando Messi recibió su cuarta Bota de Oro (sin ser atacante) y completó su octavo año al hilo, marcando más de cincuenta goles, me senté a pensar en lo impresionante de esta marca.
Messi no juega como delantero centro, igual asiste y anota, igual juega de volante o de segunda punta, y aún así tiene el mismo número de Botas de Oro que el mejor goleador de su generación. Impresionante.
Messi es uno de los mejores tres futbolistas de la historia, junto a Pelé y Maradona, de eso no tengo duda, cada año lo ratifica; si llega a ganar el mundial en Rusia, será el mejor de los tres.
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