El absurdo e impropio boicot que Trump lanzó contra la empresa de neumáticos Goodyear

Donald Trump dio una muestra más, por enésima vez, de que pone sus intereses personales, sus obsesiones y sus animadversiones por encima de la dignidad de la investidura presidencial de Estados Unidos.

Ante la noción, que no es del todo clara, de que la empresa de neumáticos Goodyear supuestamente prohibió a sus empleados en una planta en Kansas el portar gorras con la leyenda MAGA (Make America Great Again, el lema de campaña de Trump) mientras permitía, por ejemplo, llevar prendas alusivas al movimiento antirracista Black Lives Matter, el presidente no pudo resistirse y llamó a un boicot contra esa compañía.

El presidente Donald Trump llamó a un boicot contra la empresa de neumáticos Goodyear. (Jason E. Miczek/AP Images for Goodyear)
El presidente Donald Trump llamó a un boicot contra la empresa de neumáticos Goodyear. (Jason E. Miczek/AP Images for Goodyear)

Es claro que cuando el país es azotado por una devastadora pandemia, existe una aguda crisis económica y se sufren severas tensiones sociales, que el presidente le dedique atención y tiempo a censurar supuestas decisiones internas de una empresa privada revela su falta de concentración y disciplina.

O, visto de otro modo, que la concentración que el presidente tiene o quiere ejercer fluye de modo desmesurado hacia asuntos ajenos a la gestión gubernamental, meramente vinculados a sus intereses político-personales y con una fuerte carga de frivolidad.

Resulta impropio para un presidente llamar a un boicot contra una empresa privada pues eso implica una injerencia injustificada en las acciones de una empresa privada y podría provocar alteraciones económicas para la compañía y sus empleados, proveedores y asociados si las ventas de esa empresa condujeran a mermas en su negocio, despidos u otros recortes.

Cabe señalar que las personas tienen el derecho de comprar o no lo que deseen, y que es legítimo que a título individual alguien pida que se compre o no se compre determinado producto o servicio.

Pero hacerlo desde la investidura presidencial resulta éticamente reprobable y políticamente punzante. Aunque Trump probablemente supone que su acción defiende el derecho de las personas a portar la vestimenta y las leyendas que deseen, en realidad lo está minando: la acción de Trump supone una acción autoritaria en la vida de las personas y las compañías, lo que al final va en contra de las libertades que él mismo cree defender.

Y, en realidad, él mismo dice en su tuit que su boicot es un “juego” que sus seguidores deben realizar del mismo modo que lo hacen los “demócratas de izquierda radical”. Nuevamente, con ello Trump reconoce que usa la presidencia para incurrir en rencillas y maquinaciones electoralistas, al margen de las políticas públicas y consideraciones éticas que deberían regir la acción presidencial.

Por añadidura, el arrebato de Trump podría haber sido motivado por una conclusión equívoca.

Todo se originó luego de que medios difundieron una fotografía en la que se ve una pantalla que muestra lo que serían regulaciones sobre qué tipo de vestimentas o accesorios son aceptables para los empleados de Goodyear. Eso sucedió en una planta de Goodyear en Topeka, Kansas.

Las permitidas son las que aludan al movimiento antirracista contra la brutalidad policiaca Black Lives Matter y aquellas que defiendan los derechos y el orgullo de la comunidad LGBTQ.

Las no aceptadas son las que aludan a Blue Lives Matter y All Lives Matter, mensajes que aunque defienden las vidas de los policías y de personas de todas las razas (lo que es desde luego pertinente) tienen con frecuencia un mensaje derogatorio o minimizante hacia la denuncia del racismo y la discriminación que afecta a los afroamericanos.

Tampoco eran aceptables vestimentas y accesorios con mensajes de índole político y aquellos que lleven la leyenda MAGA (Make America Great Again).

Esa aparente injusticia en contra de ciertos mensajes sería lo que molestó a Trump, sobre todo porque su propio mensaje quedaba opacado.

Aunque especulativo, resulta difícil suponer que él habría boicoteado una empresa que hubiese permitido a sus empleados llevar ropa con mensajes trumpistas y rechazado mensajes de grupos que él ve como sus antagonistas. Su actitud ante el boicot que algunos lanzaron en contra de la empresa de alimentos Goya es un vistazo a ello: como el presidente de esa compañía lo apoyó, Trump no tuvo empacho en usar la presidencia para hacer una suerte de comercial de esa empresa para “neutralizar” el boicot. Algo que fue en su momento también criticado como impropio de la investidura presidencial.

La foto citada fue proporcionada por un empleado de Goodyear que optó por el anonimato y dijo, de acuerdo a la televisora WIBW, que su contenido provino de la oficina corporativa de la empresa, ubicada en Ohio. Luego, Goodyear emitió un comunicado en el que rechaza que la citada tabla de “aceptables” e “inaceptables” haya sido creada o distribuida por su oficina corporativa.

Además, Goodyear dijo que apoyaba tanto la diversidad y la igualdad como a las fuerzas de aplicación de justicia, con lo que reconoce que respeta tanto la lucha de la comunidad LBGTQ y de Black Lives Matter como la que apoya y defiende a los policías (Blue Lives Matter).

Pero también señaló que sí se opone a que sus empleados lleven en su lugar de trabajo vestimentas o accesorios con mensajes de campañas políticas o en apoyo o rechazo de candidatos o partidos. Entre ellos están los que apoyen a Trump pero también los que apoyen a Biden o, en general, a cualquier otro candidato.

¿Qué habría pasado si junto a la explícita alusión a MAGA también se hubiese considerado “inaceptable” llevar mensajes de apoyo a Joe Biden, candidato presidencial demócrata? La explícita mención de MAGA y solo una genérica sobre el resto de las expresiones políticas fue presumiblemente uno de los factores que desató la reacción de Trump, aunque eso en todo caso no deje de ser reprochable.

Y, al final, si el boicot a Goodyear llegase a afectar a sus empleados y a quienes hacen negocios con los productos de esa empresa, que son muchos y residen en varios estados que podrían ser decisivos en la elección del 3 de noviembre, podría darse el caso de que con su arrebato Trump pierda cantidades importantes de votos y ponga en entredicho su reelección.

En ese escenario, Trump quizá se estaría boicoteando a sí mismo.

Pero también se podría imaginar que el boicot de Trump lleve a quienes se oponen al presidente a elegir neumáticos Goodyear en lugar de los de su competencia, con lo que al final las arcas de esa empresa podrían no resentir el eventual boicot.

Mientras, el país rueda, no sin baches y rebotes, hacia la crucial elección del 3 de noviembre.