Dustin Johnson: qué hizo para convertirse en mejor golfista y afirmarse como Nº 1

Dustin y Austin, jugador y caddie. Juntos son los Johnson, la fórmula de hermanos que hoy domina el golf mundial. Dustin Johnson se llevó 15 millones de dólares tras consagrarse dos lunes atrás en la FedEx Cup, los playoffs del final de temporada del PGA Tour. La fortuna impresiona, pero el mayor mérito es su condición de merecido Nº 1 del mundo, impulsado por un ritmo de juego tan apabullante como deshumanizado.

Este lunes, Johnson fue elegido el Jugador del Año por sus compañeros del PGA Tour. El comisionado de la organización, Jay Monahan, manifestó: "Dustin hizo saber a lo largo de la temporada que la FedExCup era una prioridad y que sus actuaciones en la FedExCup fueron espectaculares, con dos victorias y un segundo lugar. Su comportamiento y atletismo en el campo hacen que parezca muy fácil, pero detrás de escena, ha trabajado increíblemente duro para regresar de una lesión y su temporada 2019-20 habla por sí sola para reforzar aún más su currículum del Salón de la Fama del Golf Mundial".

Todo para Dustin Johnson: conquistó el Tour Championship y se encamina a ser el Jugador del Año

Profesional desde 2007, el oriundo de Columbia reduce las emociones al mínimo -el sueño inalcanzable para la mayoría de los golfistas-, cosecha récords y se destaca entre varias estrellas que también hoy podrían ocupar el cetro. DJ, el golfista de 36 años que ya se orientó de lleno en el desafío del US Open en Winged Foot, promete más páginas de gloria, porque el único major que se adjudicó (el US Open 2016) ya tiene sabor a poco para su prolífica carrera. Desde este jueves tendrá la oportunidad de reforzar su reinado en Mamaroneck, Nueva York.

El increíble presente de Johnson se explica en buena medida por sus intenciones de mejorar. Hace unas tres temporadas se dio cuenta de que debía tomarse mucho más en serio su práctica de juego con los wedges. Y gracias al ensayo y error con esos palos, se convirtió en un jugador completo, como él mismo aseveró en una columna especial que escribió para Golf Digest: "La gente habla mucho de mi driver. Es divertido llegar lejos y ese palo me colocó en muchas buenas posiciones en el campo, como sucedió en el último Northern Trust, donde gané por 11 golpes y totalicé un score de 30 bajo el par. Pero el golf no se trata solo de qué tan lejos puedas pegar desde el tee. Anotar y ganar torneos ocurre mucho más cerca del green".

Johnson sabía que para regresar al Nº 1 del mundo debía enfocarse definitivamente con los wedges; por eso es que hoy se cuestiona no haber tenido un plan establecido en ese rubro durante mucho tiempo. "Lo que necesitaba mejorar mucho era el control de la distancia. Nunca había estructurado mis prácticas pensando en los wedges. Sinceramente, jamás supe de manera precisa qué tan lejos llegaría la pelota con diferentes swings en ese rango entre las 75 y 150 yardas. Esa faceta de mi juego era bastante decente, pero jugaba completamente sobre la base de sentimientos", reconoció.

¿Cuál fue el gran cambio? Compró un TrackMan, un simulador que usan muchos profesionales, instructores y jugadores amateurs para registrar distancias y evaluar golpes a partir del análisis. La serie de dispositivos, con precios que parten desde los 18.995 dólares, ofrece un software que desmenuza cada tiro al detalle. En las prácticas en el driving range durante los torneos suelen verse esas pantallas detrás de los jugadores, captando los swings y calculando estadísticas del vuelo de la pelota al instante. "Una vez que supe qué tan lejos estaba golpeando con estos palos, pude idear un sistema para mejorar mi control de distancia. Lo que hice fue dividirlo en cuatro tiros para cada uno de mis wedges. Tengo un tiro medio, uno de tres cuartos y un tiro completo. El cuarto lo uso sólo en casos especiales; lo llamo un máximo. Para el máximo, hago un swing tan fuerte como puedo. Por ejemplo, lo uso en banderas que están escondidas, con viento a favor. Sé que si elijo un sand wedge, puedo golpearla muy alto y dejarla caer cerca del hoyo".

El fin de muchas frustraciones: Dustin Johnson conquistó su primer Major

El apoyo de la tecnología le dio un gran valor agregado a Johnson, un jugador que combina potencia, manejo de los palos, experiencia en todo tipo de certámenes y protagonismo comprobado en los majors. Pero un factor decisivo es la frialdad que exhibe en situaciones de apremio, el karma que muchos golfistas no pueden superar y les impide entrar en los libros del golf. Pega los tiros que tiene que pegar en esos puntos de quiebre de los torneos y nada parece amilanarlo. La mente no lo traiciona, y una prueba de ello está en lo que hizo en los tramos finales de la última vuelta del Tour Championship: cuando encontró el green del 15, la cita se transformó en un paseo triunfal hacia el trofeo y al suculento cheque.

Ese temperamento aplomado lo llevó, también, a tomar la madera 3 en el tee del hoyo 17 de East Lake con una rutina que no le demandó más de 10 segundos. El mismo tiempo que tardó en la salida del 18 para impactar la pelota de la manera que él quería y cerrar con un birdie, todo con la mecánica de un robot, como si nada ni nadie lo inquietara. Después llegó ese tímido festejo, quizás como el correlato de ese juego que poco antes había puesto en el congelador para asegurarse el título. Al margen del máximo respeto que le tiene como jugador, Emiliano Grillo opinó sobre Johnson en su podcast: "Yo entiendo que es frío y por qué es tan bueno. Pero ya está, ya hiciste el trabajo, cerraste el torneo y te ganaste el premio máximo en el golf. ¡Festejalo! Alguien tendría que enseñarle a hacer un puñito para celebrarlo. Viejo: ¡ganaste 15 millones de dólares!".

Claro que Johnson también tuvo algún tropezón este año. En el Memorial Tournament, un mes antes de los playoffs de la FedEx Cup, se fue rápido de Ohio luego de dos malas vueltas de 80 golpes (total de +16). Pero se repuso de inmediato y dejó atrás el recuerdo de esas rondas catastróficas. Rickie Fowler, que lo conoce muy bien enfrentándolo o defendiendo en equipo la bandera estadounidense, opina: "DJ es un tipo que rápidamente olvida sus errores. Los olvida y sigue adelante, por eso es el mejor jugador del mundo en este momento". Su capacidad de resiliencia se vio también en su físico, porque salió indemne de una operación de un cartílago de la rodilla izquierda a la que se sometió justo hace un año.

My favorite cheerleader @paulinagretzky

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Nadie puede dudar de que una vez que llegó a la elite del golf, Johnson se consolidó con números que revelan su calidad: desde 2013, cada año terminó entre los mejores 20 del ranking mundial. Se le podría achacar que varias veces amagó con la victoria en los Majors y tuvo que conformarse con recolectar segundos puestos en el British Open (2011), Masters (2019) y PGA Championship (2019, 2020). Pero entró en la historia con su triunfo en el US Open 2016 y ahora tiene una fabulosa oportunidad para ingresar en el Salón de la Fama, en una atípica temporada que ofrece nada menos que seis majors -el próximo US Open será el primero-, debido a los desfases que produjo el coronavirus.

Por lejos, Johnson se erigió como el mejor golfista desde que el PGA Tour se reanudó tras la interrupción por coronavirus. Fue el absoluto protagonista en los playoffs de la FedEx Cup: finalizó 1º, 2º y 1º. Un dato más para refrendar la idea: en esos tres certámenes y en el que lo antecedió, el PGA Championship, apareció como puntero al cabo de 54 hoyos. Y si se habla de dinero, el monto que embolsó la pareja de la modelo Paulina Gretsky es escalofriante, porque si se suman las ganancias totales de la temporada que terminó hace dos semanas, acumuló casi 21 millones de dólares.

"Dustin jugó un golf a lo Tiger Woods en 2000 o 2001: tuvo semanas muy, muy buenas. Hace rato que no se veía algo así", sentenció Grillo. Habrá que ver en qué condiciones físicas y mentales se encuentra el norteamericano por estos días, pero es un enorme candidato para el US Open, un certamen que llega en esta época y no en el habitual mes de junio, producto del descalabrado calendario.