La transformación de Dominic Thiem

Viena, 17 nov (EFE).- A pesar de ceder en la lucha por el título en las Finales ATP, Londres ha encumbrado a Dominic Thiem, nuevo número 4 del ránking, que acaba la temporada con cinco títulos, dos de ellos en pista dura, y uno en cubierta, signo evidente de que el austríaco ya no es solamente un gran jugador sobre tierra batida.

Thiem, de 26 años, ha cerrado la temporada con 49 partidos ganados, y con los cinco títulos iguala los del serbio Novak Djokovic, y los de Tsitsipas, su verdugo en el O2. Su gran curso se ha dado gracias a un cambio en su esquema de juego, aunque a orillas del Támesis no pudo refrendarlo.

Considerado un especialista en tierra batida, con dos finales seguidas en Roland Garros (2018 y 2019), el austríaco ha sorprendido esta temporada por su desempeño en pista dura, donde ha alzado tres de sus cinco títulos: Masters 1.000 de Indian Wells, Pekín y Viena.

Hasta ahora, Thiem tan solo contaba con dos títulos sobre pista rápida en su palmarés: Acapulco (2016) y San Petersburgo (2018). También corroboró su versatilidad al ganar sobre hierba en Stuttgart (2016).

El Masters 1.000 de Indian Wells es el torneo de mayor prestigio ganado por el austríaco en 2019, una temporada en la que sumó importantes triunfos ante jugadores como Novak Djokovic o Roger Federer, entre otros. También guarda un buen recuerdo de su paso por el país alpino con la conquista del ATP 250 de Kitzbühel en agosto y el ATP 500 de Viena en octubre.

Precisamente, el triunfo en la capital austríaca tuvo un sabor especial para Thiem, que no había logrado pasar de cuartos de final en ninguna de sus ocho participaciones previas.

EL CAMBIO DE ENTRENADOR, UN PUNTO DE INFLEXIÓN

Aunque la temporada haya concluido de la mejor manera posible, con la victoria en Londres, a Thiem le costó arrancar.

Sus primeros encuentros del año se saldaron con una derrota en primera ronda en Doha y con otra decepción en la segunda ronda del Abierto de Australia, al retirarse ante el 149 del mundo australiano, Alexei Popyrin.

Ante esta situación, Thiem inició una transición para cambiar a su entrenador de toda la vida, Günter Bresnik, por el chileno Nicolás Massú, también capitán de Chile en la Copa Davis.

Este proceso de separación finalizó en abril, cuando Massú, campeón olímpico en individuales y dobles en Atenas 2004, asumió por completo el cargo de entrenador del joven austríaco.

Con la llegada del nuevo técnico, calificada por Thiem como "la mejor decisión posible", el austríaco mejoró considerablemente su rendimiento, llegando a levantar el primer Masters 1.000 de su carrera en Indian Wells.

Desde abril, alcanzó los cuartos de final en 9 de los 14 torneos posibles, incluyendo cuatro títulos.

Massú ha inculcado a Thiem nueva energía y una mayor mentalidad ganadora en torneos en pista rápida. Y así sus registros se han disparado, con 26 victorias en dura (10 derrotas), y 11 en pista cubierta (4 derrotas), números por encima de los logrados sobre tierra: 23-7.

"Este año la cancha está bastante rápida", dijo sobre el O2 cuando ganó a Federer. "Y hay algunas ventajas para mí en canchas así. Me encanta golpear mi revés cómodamente, no como en arcilla o en una cancha dura más lenta si la bola bota demasiado alto. En canchas como las de esta semana mi revés es más efectivo porque la pelota bota bajo", avanzó Thiem tras vencer a Federer.

LOS GRAND SLAMS, SU PUNTO NEGRO (TODAVÍA)

La llegada de Massú no fue suficiente para que Thiem encontrara su idilio con los Grand Slams, los torneos de mayor prestigio de la temporada.

Si bien el austríaco repitió final en junio en Roland Garros, donde volvió a caer ante el español Rafael Nadal, no pasó de la primera ronda, ni sobre la hierba de Wimbledon, ni sobre la pista rápida del Abierto de Estados Unidos.

Se trata de una negativa tradición que arrastra desde que comenzó su carrera profesional. Lejos de la tierra parisina, Thiem tan solo ha accedido a los cuartos de final de un Grand Slam en una ocasión. Fue en el Abierto de Estados Unidos de 2018.

MEJOR POSICIÓN EN EL RÁNKING

Su rendimiento en 2019, más allá de los Grand Slams, le ha permitido acabar el año como cuarta mejor raqueta del mundo, su mejor posición en el ránking al finalizar la temporada.

Solo los tres grandes dominadores del tenis, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer, han logrado sumar más puntos que Thiem esta temporada.

Como mejor jugador del "resto de mortales" en el ránking, Thiem ha destacado con un récord de 5-3 en sus enfrentamientos ante el llamado "Big 3" este año.

OBJETIVO: DERROCAR AL BIG 3

Ahora el objetivo está claro para el austríaco. Si es capaz de alcanzar rondas más altas en los Grand Slams fuera de París, y mantener al mismo tiempo el rendimiento en Masters 1.000 y ATP 500, es probable que Dominic Thiem pueda optar a ser el primero en acabar con la hegemonía de Nadal, Djokovic y Federer.

Pero debe darse prisa para ello porque no es el único aspirante. El alemán Alexander Zverev, el ruso Daniil Medvédev o el propio Stefanos Tsitsipas, el sexto jugador más joven en ganar las Finales ATP, todos ellos más jóvenes que él, también progresan torneo a torneo y están llamados a liderar el circuito una vez el "Big 3" afloje.

(c) Agencia EFE