Dominan el balón para ganarse la vida pese a su discapacidad

La discapacidad no es impedimento para que estos hombres busquen una manera para ganarse la vida en las calles de Metepec, México. / Foto: Cuartoscuro
La discapacidad no es impedimento para que estos hombres busquen una manera para ganarse la vida en las calles de Metepec, México. / Foto: Cuartoscuro

La discapacidad no es un obstáculo para ganarse la vida, así lo demuestran estos hombres que hacen ‘dominadas’ con un balón en la avenida Pino Suárez del Municipio de Metepec, en el Estado de México, una localidad cercana a la capital mexicana. La habilidad que tienen con el balón y el apoyo en sus muletas, llama la atención de los automovilistas que parecen quedar hipnotizados con su manejo de la pelota, a pesar de carecer de alguna pierna o un brazo.

Jaime Cortés Pérez, 33 años de edad y padre de dos pequeños, habita en la delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, una zona muy alejada del área en donde trabaja. Cuando Jaime tenía 26 años de edad, perdió la pierna izquierda, consecuencia de un tumor cancerígeno que fue detectado un año antes. Su pasión por el deporte la vive desde temprana edad, cuatro años tenía cuando comenzó a amar al fútbol.

Antes de dedicarse a esta actividad en las calles mexiquenses, Jaime fue por casi 10 años, chofer de un camión que transportaba mercancías. Tras detectársele el tumor en la pierna, perdió el trabajo y no fue fácil encontrar otras opciones de ingresos. La cultura laboral en México, lamentablemente, excluye a las personas con cualquier tipo de discapacidad, a pesar de las reglas que dicta la Ley Federal del Trabajo.

Un par de hombres originarios de la Ciudad de México realizan dominadas de fútbol en muletas en la avenida Pino Suárez, en Metepec. / Foto: Cuartoscuro
Un par de hombres originarios de la Ciudad de México realizan dominadas de fútbol en muletas en la avenida Pino Suárez, en Metepec. / Foto: Cuartoscuro

Con su experiencia como chofer, se dedicó a conducir un taxi, pero igualmente sufría cierta discriminación a pesar de su buen desempeño al volante. Los pasajeros no se subían o le pedían bajar antes de llegar al destino previamente solicitado. “Nadie nos da trabajo, es tan difícil, vemos en la tele que hay muchos que según contratan a personas como yo, o con Síndrome de Down y no es verdad, nos quieren pagar salarios miserables o de plano nos rechazan desde antes de preguntar qué sabemos o ver lo que podemos hacer”, agregó.

El buscar más opciones le permitió conocer a otras personas con las mismas necesidades, entre ellas a un integrante de la liga de fútbol para discapacitados llamada ‘Panteras’, en la Ciudad de México, en donde entrenan dos veces por semana. En esta liga participan 16 equipos con jugadores que utilizan sillas de ruedas, muletas o prótesis en alguna extremidad.

Aquí aprendió a moverse con agilidad y a manejar el balón, “conocí a otros compañeros que igual andaban buscando cómo sobrevivir porque también tenemos familias, hijos que sostener y no podemos darnos por vencidos, entonces nos reunimos y primero fuimos a diversas partes de la Ciudad de México, pero allá todos tienen prisa, es difícil que te hagan caso y la verdad pues poco nos daban, comenzamos haciendo dominadas con el balón, algunos pases, pero pues vimos que no habían muchas ganancias”, señaló.

A estos hombres les hace falta una pierna y ante la falta de una oportunidad de un empleo formal y su pasión por este deporte, les ha llevado a salir a las calles a pedir ayuda de la población en general. / Foto: Cuartoscuro
A estos hombres les hace falta una pierna y ante la falta de una oportunidad de un empleo formal y su pasión por este deporte, les ha llevado a salir a las calles a pedir ayuda de la población en general. / Foto: Cuartoscuro

En vista de su situación, el grupo de amigos intentó probar suerte en el metro de la Ciudad de México. Decidieron trabajar en un área menos congestionada y no tan alejada de la capital, así encontraron Metepec, que cuenta con el Jardín Lineal, un espacio verde orgullo de los habitantes de este municipio. Aquí, estos hombres acuden al menos una vez a la semana desde 2017, con la consigna de obtener los recursos necesarios que les ayuden a solventar al menos, los pasajes, que cuestan alrededor de 100 pesos, unos 5 dólares diarios para cada uno.

“Por imagen, dicen que este parque es muy importante y hacemos que se vea feo, pero ya después de unos meses nadie nos ha venido a quitar, porque hasta la gente nos ha ayudado para que nos dejen, así que aprovechamos casi toda la mañana”, comentó respecto a situarse en la entrada del llamado Pueblo Mágico.

Jaime, como cualquier otro padre de familia mexicano, señaló que su gran meta es que sus hijos sean felices, sean buenas personas y que vean en él una fuente de inspiración, la que sólo basta apreciar día con día, pues sale de su hogar a las 5 o 6 de la mañana, para regresar por la noche con los ingresos necesarios para sostener a los suyos. “Nos dicen que vienen deprimidos o de malas porque su día no fue bueno, pero la verdad es que nos miran poniéndole empeño y les cambiamos todo”, finalizó.

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