Diego Schwartzman, semifinalista de Roland Garros: la sonrisa, las contrariedades que superó y la justicia de su victoria ante Dominc Thiem

Los brazos en alto y la misión cumplida. Una batalla de más de 5 horas, un gladiador con la sonrisa como aliada. El ingreso a la selecta mesa de los mejores mejores 10 tenistas del planeta. Diego Schwartzman celebra la coronación ante Dominic Thiem para meterse en las semifinales de Roland Garros. Fue una lucha de más de cinco horas en el court central con una infinidad de vaivenes emocionales. Por eso, cuando se paró frente al micrófono en el medio de la cancha, el argentino soltó una frase que resumió perfecto lo que estaba viviendo después de semejante esfuerzo: "¿Por qué no sonreír?".

La batalla ganada: el impacto de Schwartzman ante Thiem en Roland Garros

Peque pudo derrotar a Thiem, el número 3 del mundo, último campeón del US Open y dos veces finalista en París. Respeta a su rival y eso lo deja claro cuando le preguntaron por la satisfacción de obtener un triunfo así ante semejante oponente: "Dominic es uno de los mejores del mundo en este momento, fue dos veces finalista aquí, siento respeto por él, es mi amigo. Jugamos casi cinco horas y por eso es tan especial este partido para mí. Es ganar en esta cancha tan emblemática también importante para mí. Dos veces jugué partidos a cinco set acá y no había podido ganar. Creo que al final, esta noche yo merecía ganar", dijo Schwartzman, con una sonrisa hasta casi pícara.

Fue una jornada completa para Peque porque dejó escapar el segundo y tercer set, luego de no haber cedido ninguno en sus cuatro partidos anteriores. Eso le complicó la cabeza. Estaba "desquiciado", tal como se lo alcanzó a escuchar durante el partido. Hasta "charló" con su equipo que estaba en la tribuna. En busca de respuestas llegó a decirle a su entrenador, Juan Ignacio Chela. "No me digas más 'vamos'. Decime algo que me sirva para el partido". Era su peor momento en el partido.

La charla de Schwartzman con su equipo en medio del partido

Eso resultó significativo para Peque y por eso tras la victoria se refirió a esa situación tan particular: "Yo no sé qué pensaba la gente de mí porque en el segundo y tercer estaba fuera de control, no podía meterme en el juego. Mi coach me decía que jugara y ya. Las oportunidades no las tomé, eso me puso mal... Pero bueno, no sólo estoy feliz por poder llegar a las semifinales, sino que también estoy feliz por lo que pude jugar", explicó, pleno, después de la batalla.

"Es todo impensado, pero estoy muy feliz. Tengo una felicidad inmensa por estar en semifinales y por cómo jugué. Siento que cada vez estoy haciendo más méritos para estar entre los 10 primeros. Tengo muchas cosas para emocionarme", dijo Schwartzman en declaraciones con ESPN, ya fuera del micrófono con el que los jugadores se dirigen al público presente.

Asegurado su ingreso al top ten del ranking mundial a partir del lunes, el Peque ahora espera al ganador del español Rafael Nadal y el italiano Jannek Sinner, que se miden en el último turno en la cancha Phillipe Chatrier. Espera al ganador el viernes en ese mismo escenario. Antes habrá tiempo para disfrutar del logro y descansar.