Diego Schwartzman en Roland Garros: no pudo subir el Kilimanjaro pero hizo cumbre de otro modo

Probablemente no haya mayor desafío en el deporte profesional que vencer a Rafael Nadal sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros.Es como escalar el Kilimanjaro en sandalias. El dominio del español en la tierra de París es de una magnitud abrumadora. Doce títulos diseminados en un récord de 99 triunfos y dos derrotas (más un retiro por no presentación). A ese reto se enfrentó Diego Schwartzman, conociendo las dificultades, pero con la convicción del antecedente cercano, tras haberlo vencido el 19 de septiembre pasado en los cuartos de final del Masters 1000 de Roma (6-2 y 7-5). Claro que París es distinto a todo para el Matador. El mallorquín puso un pie en el Bois de Boulogne y advirtió que las condiciones (temperatura, pelotas nuevas, partidos nocturnos) serían un obstáculo. Pocos le creyeron. Allí está, en su decimotercera final del Abierto de Francia, tras haber derrotado al argentino por 6-3, 6-3 y 7-6 (7-0), en 3h09m. La definición será este domingo ante Novak Djokovic, el N° 1 del mundo. Pero esa será otra historia. Para el Peque, todo es ganancia.

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Después de la pandemia, tras inesperados traspiés en Nueva York y Kitzbühel, llegaron las alegrías. Una primera final de Masters 1000 (en el Foro itálico, el 21 de septiembre) y un primer desafío en las semifinales de un Grand Slam (hasta esta semana registraba los cuartos de final en tres ocasiones, incluida una en Roland Garros 2018, y en el Abierto de los Estados Unidos 2017 y 2019). Schwartzman siguió tildando acciones cumplidas en la libreta de objetivos pendientes. Una vez que se actualice el ranking de la ATP, el jugador entrenado por Juan Ignacio Chela y preparado físicamente por Martiniano Orazi será Top 10 por primera vez. Escalará hasta el 8°. El 11 de junio de 2018, el porteño alcanzó su mejor posición, 11°, y desde entonces, con mayores o menores posibilidades, coqueteó con entrar a los diez mejores, pero nunca había podido dar el paso siguiente. ¿Por qué? Porque perdía los partidos que le otorgarían ese plus.

"Durante un tiempo me preguntaban cuáles eran las diferencias que había por las cuales no llegaba al Top Ten y era ganarles a los cinco primeros en los momentos en los que no podía, en cuartos de final de los Grand Slam, en las semifinales de los Masters 1000... En Roma y acá lo hice y por eso soy Top Ten. Era la diferencia que no había podido hacer. Tuve un plus. ahora quiero seguir mejorando, mantenerme. Va a ser duro, me voy a quedar en Europa, el objetivo es entrar en el Masters de Londres y terminar el año dentro del Top Ten. cada punto valdrá mucho, pero creo que jugando así tengo muchas chances de sostenerlo, sin importar la superficie. Voy a poder seguir creciendo", analizó Schwartzman. Su próximo paso en el tour será jugar el segundo ATP de Colonia, Alemania (desde el 19 del mes actual); no está seguro de ir a competir en Viena, desde el 26/10 (allí podría descansar, ya que cuenta con los puntos correspondientes a la final de 2019); luego sí jugará el Masters 1000 de París-Bercy (2 de noviembre) y, en caso de necesitarlo para entrar en la Copa de Maestros londinense (15 al 22 de noviembre; última edición en el O2 Arena antes de mudarse a Turín), jugaría en Sofía (8/11). a diferencia de Roland Garros, todos torneos en superficie dura y bajo techo.

En su examen frente a Nadal, Schwartzman aspiraba a convertirse en el octavo jugador argentino (hombre o mujer) en alcanzar una final de Grand Slam y a ser el primer hombre no europeo en llegar a la definición de Roland Garros desde Mariano Puerta en 2005. Logró quebrarle el servicio al español tres veces (en 12 intentos) y, por momentos, lo irritó, pero el oficio (y la jerarquía) de Rafa marcó la diferencia. Con Schwartzman, el tenis nacional volverá a tener un Top 10 por primera vez desde mayo de 2019 (última semana en la que Juan Martín del Potro fue 9°). Es muy consciente de la evolución que tuvo en estas semanas en París y se reconforta porque se trató de algo muy buscado; no hubo nada de fortuito. "Sí, dimensiono lo que hice, pero vengo luchando desde hace mucho por llegar a esta instancia. Era el paso que me faltaba para el objetivo enorme que tenía. Estoy muy feliz, lo dimensiono, pero en el fondo siento que me lo merecía. Había tenido ocasiones y momentos, pero me tocaba irme de los torneos en instancias importantes. ahora me tocó ganar después de haber arrancado mal post pandemia. Faltaba ganar esos dos o tres partidos en los torneos grandes".

Ser el tercer jugador en registrar dos victorias sobre polvo de ladrillo contra Nadal en la misma temporada (algo logrado por Djokovic en 2011/2015 y el italiano Fabio Fognini en 2015) fue otra de las intenciones del Peque en el modernizado Philippe-Chatrier, pero, al menos en el score, estuvo lejos de hacerlo. De todos modos, valoró su actuación. "Ganarle a Rafa en Roland Garros es muy difícil. Aparte de todo lo que hacen bien estos jugadores, de lo increíble que son jugando y encontrando soluciones, hay momentos en los que uno siente que está ahí, que lo llevás al cuarto set, que dominás los puntos y de golpe..., terminó el partido. Muchas veces te pasa eso contra ellos: no sabés cómo, pero se ponen a dominar. Tienen un control grande. Lo de Rafa es impresionante. Va por su título número 13 acá en París; yo estoy contento por las semifinales, imagínate. Pero me sentí bien. Hubo momentos en los que él jugó muy bien, tuvo sus chances, yo tuve las mías y no las pude aprovechar como en Roma. Teniendo la experiencia de ya haberle ganado, más el respeto de él hacia mí, creo que tendré chances más adelante", analizó el jugador argentino, de 28 años.

"Sus cualidades son muchas", dijo Nadal sobre Schwartzman. El español, como la mayoría de las leyendas profesionales, no suelen obsequiar elogios a sus contrincantes sin sentirlo verdaderamente. Por eso toma más valor el concepto vertido por el 12 veces campeón en París, que va a la caza de nuevo récords: "Siendo realistas, Diego tiene la estatura que tiene, con lo cual necesita hacer prácticamente todo bien para tener opciones reales de estar donde está y es lo que hace él: tiene una grandísima lectura del juego, un dominio del tiempo y de la pelota, diría, que es prácticamente perfecto. Por eso está allí. Lo merece porque lleva muchos años trabajando, ha dado pasos hacia adelante, lo demuestra jugando las semifinales en Roma, ganándome a mí en Roma, acá venciendo a Thiem [NDR: en los cuartos de final]. Al final, el tenis es justo, cada uno tiene su ranking y no engaña. Cuando uno está en la posición que está merece estar ahí salvo que haya tenido lesiones de por medio. Diego es una persona querida dentro del circuito y me alegra que le vaya bien".

¿Un detalle cuando se renueve la clasificación mundial de la ATP este lunes? Schwartzman, con 1,70m, será el Top 10 más bajo desde el norteamericano Harold Solomon (1,68m) en 1981. Rival de Guillermo Vilas en interminables batallas, el Frontón Solomon fue 5° del mundo en 1980.

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Si para la rosarina Nadia Podoroska, que llegó a París siendo la 131a del ranking y teniendo que jugar la qualy, y se marchó después de disputar las semifinales del cuadro principal y asegurándose ser Top 50 fue importantísimo su paso por Roland Garros, para Schwartzman, a otro nivel, el beneficio de estas dos semanas es muy alto. "Llegar a los mejores diez del mundo es un disfrute interno y de mi equipo, que ven el día a día, los esfuerzos que hago. Ver mejoras con los años y saber que las cosas funcionan es lo más lindo que te puede pasar", celebró Schwartzman, cada vez más arriba.