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Devastada Argentina busca aprovechar última oportunidad en medio de reportes de fractura total

El futbolista argentino Lionel Messi camina apesadumbrado durante el partido contra Croacia en Nizhny Nóvgorod, Rusia. 21 junio 2018. EFE/Sipa USA via USA TODAY Sports

Por Marcelo Androetto

MOSCÚ (Reuters) - El mazazo que le propinó Croacia a la selección argentina con la goleada 3-0 del jueves fue tan fuerte que fracturó la relación entre el cuerpo técnico y los futbolistas, que incluso sienten que la eliminación del Mundial ya está consumada, según cercanos al plantel.

Sin embargo, la "albiceleste" sigue viva gracias a la victoria de Nigeria el viernes 2-0 ante Islandia. Con el triunfo, el equipo africano suma tres puntos y está segunda detrás de Croacia, que tiene seis. Argentina e Islandia tienen una unidad cada uno.

Si los sudamericanos vencen al elenco africano en su último partido y Croacia al menos empata con Islandia, la "albiceleste" logrará la clasificación a octavos de final.

La "debacle" de Nizhny Nóvgorod se inscribe como una de las páginas más dolorosas en la historia de la selección del país sudamericano en un Mundial, no tanto por el resultado final, sino por las formas. Nadie salió indemne: ni el entrenador Jorge Sampaoli, ni el astro Lionel Messi, ni la mayoría de los jugadores que saltaron al campo.

Desde el entorno del extécnico del Sevilla se afirma que los jugadores ya no están convencidos ni se van a convencer de la propuesta que trata de plasmar Sampaoli. Y confirman que la relación entre el DT y los jugadores ya no tiene vuelta atrás.

El DT prefiere defender con tres (cinco, cuando el rival ataca) en el fondo en lugar de cuatro, un tema que en los últimos meses se transformó en “cuestión de estado” al interior de la selección argentina.

Para el debut con Islandia (1-1), Sampaoli decidió hacerle una concesión táctica al capitán Messi y a Javier Mascherano, los líderes del plantel: cuatro atrás más un doble eje central.

Como el resultado no fue el deseado, el entrenador pateó el tablero ante Croacia, realizó tres cambios de nombres y apostó al diseño en que confía. Tampoco salió bien.

Con la amenaza de la eliminación pendiendo sobre Argentina, los reproches mutuos están a la orden del día. Desde el cuerpo técnico se preguntan por qué se volvió a ver en Rusia a un Messi en huelga de brazos caídos y de escasa incidencia en el juego, en particular a partir de su penal errado ante Islandia.

En tanto, el crédito del entrenador entre sus dirigidos se fue agotando en función de decisiones difíciles de sostener: cierto desequilibrio en el armado de la lista, la inmediata desafectación del lesionado Sergio Romero -un jugador muy querido por sus compañeros-, los constantes cambios de nombres y de sistema, y el relegamiento de algunos "históricos".

En las últimas horas, la prensa argentina incluso habló de un "motín" del plantel en busca de que Sampaoli no dirigiera el martes. Pero el jefe de prensa de la selección, Nicolás Novello, envió el viernes un mensaje a los periodistas acreditados en Rusia negando el rumor. "Es absolutamente falso", dijo categórico.

Finalmente quedará por ver el rol que toma en esta situación la Asociación del Fútbol Argentino. Como muestra, tras el partido del jueves el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, salió caminando junto a Messi mientras Sampaoli dejaba el estadio en soledad.

(Editado por Javier Leira y Carlos Serrano)