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De la alegría de un golazo a la decepción de dos errores increíbles

El fútbol es así, no tiene límites a la hora de los festejos o las tristezas, se pasa en un segundo de la alegría de un gol a favor a la decepción de uno en contra o de uno fallado de la manera más inesperada.

En los pasados dos días se vivieron en Argentina tres situaciones que ponen en clara evidencia este tipo de acontecimientos que son parte integral del deporte más popular del mundo.

El primero sucedió en La Bombonera durante el partido que Boca Juniors derrotó a Racing Club por 4 a 2. Cuando el marcado restaba 3 a 1 a favor del local, Carlos Tevez protagonizó una jugada personal típica de su categoría, pero por obra y gracia del destino (y la impericia en este caso) falló un gol increíble, que dejó a todo el estadio enmudecido.

No es muy común errar ese tipo de goles y menos tratándose de un jugador como Tevez. Pero como nadie es perfecto, siempre se está expuesto a cometer este tipo de equivocaciones.

Algo similar sucedió este lunes en el partido que empataron a un gol Argentinos Juniors y Los Andes en el estadio Diego Armando Maradona por el Nacional B.

Francisco Fydriszewski, jugador del conjunto local, se perdió este gol increíble. Con solo soplarla entraba y le daba tres puntos de oro a Argentinos que hubiesen sido fundamentales para alcanzar a Guillermo Brown, líder del torneo con 32 unidades, dos más que el Bichito de La Paternal.

El golazo de la jornada tuvo como autor al portero Gonzalo Acevedo, de Sportivo Barracas, que enfrentaba a Deportivo Merlo por el torneo de la Primera C.

Acevedo rechazó la pelota apenas afuera de su propia área con tanta puntería que anotó uno de los goles con los que su equipo goleó 4 a 1y se mantiene en la segunda posición del torneo con 31 puntos, siete menos que el líder Sacachispas.

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