Un septuagenario finge estar borracho para no pagar la cena de Nochevieja

El día de Nochevieja se presentó en un conocido restaurante pontevedrés y se dio lo que podría denominarse como todo un homenaje gastronómico. No se privó de nada. Acabada la cena, se levantó y se marchó sin pagar. Al menos esa era su intención, porque le pillaron en su intento de hacerse un ‘simpa’ y acabó siendo identificado por la policía pese al show que montó para no hacerse cargo de la cuenta.

Comió langostinos, centolla, chuleta... y después intentó irse del restaurante sin pagar. Pero le pillaron. (Foto: Getty Images)
Comió langostinos, centolla, chuleta... y después intentó irse del restaurante sin pagar. Pero le pillaron. (Foto: Getty Images)

El protagonista de esta historia navideña es un hombre de 72 años natural de Santiago de Compostela. Según cuenta La Voz de Galicia, el pasado 31 de diciembre acudió a un restaurante de Pontevedra bastante famoso en la ciudad -aunque su nombre no ha trascendido- y pidió todo tipo de manjares. A saber, el septuagenario cenó langostinos cocidos, centolla, chuleta de ternera y tarta de Santiago de postre. Y para regarlo todo, un buen vino y café al final.

Con el estómago bien lleno decidió que era momento de irse y eso hizo. Se levantó y se dispuso a salir del restaurante. El problema es que ‘olvidó’ un pequeño detalle, abonar los 41,70 euros a los que ascendía la cuenta de lo consumido. Y si no tenía intención de pagar, mucho menos de dejar propina.

Sin embargo, no le salió bien la jugada porque los empleados del restaurante se dieron cuenta de cuáles eran sus intenciones y le interceptaron. Entonces fue cuando comenzó el show. Pillado, comenzó a comportarse como si hubiese bebido más de la cuenta y, según informa el diario gallego, hasta llegó a tirarse al suelo.

El dueño llamó a la Policía Local y los agentes hicieron acto de presencia. Identificaron al anciano y este contó que había llegado en tren a Pontevedra y que no recordaba haber comido nada. Los testigos de lo sucedido, el resto de comensales que vieron en directo todo el plan fallido del anciano, declararon haberle visto llegar al restaurante en taxi.

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