Cuando Luis Enrique abre la boca

EFE
EFE

España perdió un partido más de dos años y medio después, y jugando en casa, donde no perdía desde el año 2003. La derrota ante Inglaterra es incontestable, como lo fueron los tres goles en 37 minutos de una Inglaterra renovada y furiosa que salió con ganas de cobrarse la venganza de la derrota de Wembley el mes pasado después de una brillante actuación de los de Luis Enrique.

Luego habrá quien se ampare en los errores arbitrales, en las ocasiones marradas, en la gran efectividad inglesa y en el arreón de la segunda parte para explicar que España no estuvo tan mal, que casi le pudo dar la vuelta al partido. Y llevarán razón, sin duda, pero el que no puede subirse a ese carro es el propio Luis Enrique.

Luis Enrique durante el partido en el Villamarín entre España e Inglaterra (Goal.com)
Luis Enrique durante el partido en el Villamarín entre España e Inglaterra (Goal.com)

El nuevo seleccionador había empezado su andadura en la Roja de la mejor manera posible. Tres victorias apabullantes, dos de ellas ante Croacia e Inglaterra, con un juego primoroso, mucha presión arriba, tensión y una clara competitividad dentro del grupo por ver quien se podía ganar el puesto. Bien. Todo eso saltó por aires en el Benito Villamarín.

El equipo español salió al campo con jugadores en horas bajas, sobre todo Sergio Ramos, Sergio Busquets, Marco Asensio, Saúl Ñíguez o Rodrigo Moreno, mientras que sus recambios esperaban en la banda con ganas de aportar. Rodri, Alcácer y Dani Ceballos están en un momento dulce, pero Luis Enrique pecó de conservador y apostó por el que quiere que sea su grupo duro y estos le fallaron.

Es cierto que la situación se revirtió un poco en la segunda parte y la derrota se pudo maquillar con los goles de Alcácer y Ramos en el último suspiro, pero no estaría de más que Luis Enrique hiciera algo de auotcrítica. Su respuesta en rueda de prensa sobre su discurso en el descanso ha dado ya la vuelta al mundo: “En el descanso estuve magnífico”.

Parecía que el seleccionar estaba casi contento con la derrota, porque al final de cuentas él se podía colgar la medallita de haber aportado al cambio de actitud. Obviamente, quiso referirse a que podría haber hecho tres cambios en el entretiempo y dejar a esos jugadores señalados, pero con su decisión acabó protegiendo a sus jugadores y estos le respondieron.

PAco Alcácer celebrando el gol que metía a España en el partido ante Inglaterra, el 1-3, en el Benito Villamarín (Sevilla). Foto: REUTERS/Marcelo Del Pozo.
PAco Alcácer celebrando el gol que metía a España en el partido ante Inglaterra, el 1-3, en el Benito Villamarín (Sevilla). Foto: REUTERS/Marcelo Del Pozo.

Lo que se le escapa al asturiano es que el equipo que saltó al terreno de juego desde el minuto 1 de partido también es fruto suyo y, la displicencia con la que alguno de los hombres de su guardia pretoriana se comportaron sobre el terreno de juego da para pensar, sobre todo en la lista que deberá luchar por el primer puesto del grupo de esta Liga de Naciones de la UEFA contra Croacia en tres semanas.

Ahora bien, si Luis Enrique prefiere quedarse con la reacción de sus hombres, con su magnífica gestión del vestuario y con el “casi” -pues aseguró que con 10 minutos más de partido España le hubiera dado la vuelta al marcador-, quizás la Roja se encuentre con un grave aprieto cuando salte al campo en Zagreb en noviembre.

Síguenos en nuestra nueva cuenta de Instagram @YahooDeportes para disfrutar de más contenido original

También te puede interesar:

Marco Asensio debe aprovechar su oportunidad

Lopetegui no sigue la estela de Zidane

El Real Madrid se entrega al juego