Cuál es el rol de Juan Román Riquelme y sus laderos y qué influencia tienen en el fútbol de Boca

La pandemia del coronavirus y, en consecuencia, la obligación de quedarse en los hogares, lógicamente no hace excepciones en el Mundo Boca y tanto la Bombonera como el Centro de Entrenamiento se mantiene hace días con las puertas cerradas. Así las cosas, se generó una pausa en las vivencias del día a día. No sólo en el fútbol profesional, sino también en las categorías amateur, donde Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol integrado por Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado.

Cuando se retome la actividad, continuarán viajando hasta a Ezeiza para presenciar y constatar toda la semana de trabajos. Los que implementa Miguel Ángel Russo con la Primera y también los que cada entrenador de juveniles realiza con sus respectivas categorías. El ex N° 10, por su parte, hace lo propio, pero en menor cantidad (dos o tres veces por semana), seguramente más limitado también por su importante cualidad de vicepresidente segundo.

Hay un acercamiento constante hacia los futbolistas, más allá de que, ante todo, se le respeta el espacio que le pertenece al entrenador elegido por ellos. Aunque es mutuo: así como no quieren sobrepasar la línea de Russo, también al entrenador le agrada y le sirve que esos ídolos de la institución xeneize aporten su gran cuota de experiencia y sabiduría azul y oro.

No debe ser casualidad el armado del Consejo de Fútbol. Los cuatro, en sus épocas de pantalones cortos y botines, dejaron un legado en diferentes posiciones: el Patrón como zaguero, Mosquito Cascini como volante central, el Chelo como delantero y Riquelme, como enganche. Uno por línea, en la columna vertebral. ¿Qué proporciona esto? Que cada uno -con su especialidad- pueda acercarse a los apellidos que hoy están ocupando esos sectores de la cancha que conocen de sobra.

Ya lo describió el colombiano: "Hay pequeños detalles y situaciones que uno puede transmitir desde las vivencias, el carácter y la personalidad, con el amor y el compromiso que siempre le tuvimos a esta institución. Ahí es donde es importante la visión del Chelo, de Raúl y el compromiso mío", sentenció en los últimos días en declaraciones a Radio Rivadavia el capitán de los planteles que conquistaron la Copa Libertadores 2000 y 2001 con Carlos Bianchi.

Bermúdez recomendó la contratación de Carlos Zambrano, central referente de la selección peruana. Riquelme se fijó en Pol Fernández, un viejo conocido, e hizo intentos que no prosperaron por Edwin Cardona y Paolo Guerrero. Pero hasta en la búsqueda de refuerzos hay un criterio: "Buscamos jugadores de selección, que tengan la jerarquía para jugar en Boca. Para jugar en Boca tenés que ser jugador de selección. No vamos a traer jugadores por traer, sino que los que lleguen te tienen que aportar un plus", explicó Cascini.

Julio Buffarini destacó principalmente lo que genera Román. "Es único. Me ha pasado con Messi y con Carlos (Tevez), jugadores que con sólo la presencia ya te intimidan. Con algunos compañeros tuvimos la suerte de compartir con él un café después de que empatamos con Independiente (0-0, en el reinicio de la Superliga). Ese día nos dijo: 'Si ustedes ganan los seis partidos que quedan, son campeones. Los de arriba van a perder puntos'. Son cosas que quedan grabadas. Escuchar cómo te habla, con esa seguridad, te deja enseñanzas constantemente. Siempre hablamos con ellos porque tienen la palabra autorizada", detalló el N°4 en diálogo con TyC Sports. La transmisión del conocimiento de causa y el convencimiento, evidentemente, fueron fundamentales para este plantel.

En las juveniles pasa algo similar. La pequeña diferencia es que los ojos del Consejo de Fútbol también se posan con profundidad para ver qué chicos maravillan sobre otros y así tenerlos en la mira para el futuro. Así le habría pasado a Riquelme con Exequiel Zeballos, una de las mayores promesas del club y figura de la selección Sub 17 que dirigió Pablo Aimar en el último Sudamericano y Mundial que se disputaron en 2019: su peculiar estilo de extremo izquierdo, similar al de Ricardo Centurión, habría generado el pedido del ídolo a Sebastián Battaglia, técnico de la Reserva, para darle la titularidad sobre el final del torneo como segunda punta.

¿Cómo viene el plan de trabajo sobre las inferiores? Hace tiempo se sabe que la orden fue que todas las categorías, incluido el fútbol infantil, jueguen con un sistema que albergue al enganche (4-3-1-2). Aquello viene lento, pero se está trabajando para encontrar a los más indicados para la función. Es que, por un lado, Battaglia, al igual que Russo, se encontró con una competición cerca de finalizar y con posibilidades de campeonar (luchó hasta el final una definición que terminó ganando Lanús).

Entonces, modificó lo menos posible, jugando con el sistema 4-4-2 de Rolando Schiavi, el DT anterior. Y, por su parte, los más chicos todavía no comenzaron sus respectivos torneos por el receso actual. Así, las conclusiones se estuvieron haciendo sólo en entrenamientos y no en partidos, el ámbito ideal. Por eso es que aún, por ejemplo, no se le ha entregado al sector de Captación los puestos a buscar por afuera del club.

"Nuestra metodología de entrenamiento, que da forma al modelo de juego, es la que utilizan en Europa, adaptándola a las particularidades y las señas de identidad de Boca", le detalló a la nacion una voz importante de la estructura, que asimismo agregó por qué el progreso es paulatino: "El proceso anterior utilizaba un modelo de juego más directo y un sistema de entrenamiento diferente. Y hoy formamos futbolistas, no equipos. El paradigma está cambiando en el mundo y el objetivo es el futbolista".

Mucho se lamentaron por la salida de Santiago Ramos Mingo en libertad de acción (a Barcelona) tras negarse a los repetidos intentos de la actual y la anterior directiva para que el zaguero juvenil agarrara la lapicera. Rápidos, impidieron que ocurriera un caso similar. Maximiliano Zalazar (2001) se estaba por ir en la misma condición a Inter, de Porto Alegre, pero acordaron un vínculo de tres años y se fue a préstamo. Es pronto para afirmar que se ganó más sentido de pertenencia, pero sí que las autoridades quieren estar más atentos a casos de promesas que no tienen un contrato.

Pasará el virus mundial y Riquelme y compañía volverán a poner el ojo y la voz en el día a día. En donde, como condición de ídolos, tienen una influencia muy grande en la nueva estructura de Boca.