Cruyff, ¿el 'míster' del futuro?
Jordi Cruyff sigue los pasos de su padre, Johan Cruyff. Primero fue futbolista del FC Barcelona tres años, de 1993 a 1996. Claro está, sin el éxito ni el talento de su progenitor. Tras colgar los botines en 2010, fue durante siete años director deportivo (AEK Larnaka y Maccabi Tel Aviv). Ahora, el ex internacional holandés ha dado el paso para ser entrenador de fútbol, con el Maccabi Tel Aviv. Una aventura que muchos en la ciudad la ven como el primer paso para asumir en un futuro, no muy lejano, el banquillo del FC Barcelona. Míster Cruyff II.
Con la muerte de Johan Cruyff, el barcelonismo perdió uno de sus grandes pilares. Como futbolista, del 73 al 78, y como entrenador, del 88 al 96, el “holandés volador” fue quien cambio la cara al equipo. Con Cruyff, el Barça mutó a lo que es. De un once perdedor a un conjunto ganador. A un equipo que le hace contrapeso al Real Madrid en España y Europa. Las vitrinas del club y el Museo del FC Barcelona dan cuenta de ello. Sin Cruyff, el FC Barcelona no sería lo que es. Un club que tiene como principio vital: la pelota, el grupo y el buen juego. “Salid y disfrutad”, fue lo único que les dijo a sus dirigidos para la final de la Champions League de 1992, en Wembley.
Jordi, lentamente, sigue los pasos de su padre. Tras la muerte de este, además de ser el contacto entre el club, la familia y la Fundación Cruyff, cuestión que lo ha acercado a la actual directiva culé, en especial al presidente Josep Maria Bartomeu, es el heredero natural de un apellido que es una marca registrada. Un apellido que es sinónimo de barcelonismo puro y duro. Un apellido que abre puertas. Un apellido que une e infunde respeto. Un apellido que muchos quieren de nuevo en el club. De ahí que algunos rumores digan que el cambio de director deportivo a entrenador en el Maccabi Tel Aviv, fue gracias a consejos originados en el palco del Camp Nou, pensando en un futuro. En un futuro míster Cruyff II.
“Ha llegado la hora de cambiar,” escribió en su perfil de Twitter, como entrenador confirmado del Maccabi FC, en Tel Aviv. Labor que ya ejercía desde enero, tras la destitución del georgiano Shota Arveladze. El mismo Jordi se encargó de comentar que había decidido tomar esta decisión para evitar los rumores que le señalaban como el posible reemplazo de Robert Fernández, en la dirección deportiva del FC Barcelona. Un paso adelante, dos atrás.
Jordi sigue los pasos de sus padre. En la zona alta de Barcelona, lo han visto caminar junto al presidente Josep Maria Bartomeu. Muchas preguntas rodean esos encuentros “casuales”. Muchos interrogantes salen de esas reuniones fortuitas. Quizás haya una respuesta. Quizás el tiempo nos ayude a dilucidar si habrá una segunda parte de esa película clásica que lleva por título: “Salid y disfrutad”. Si habrá tiempo para un míster Cruyff II.
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