Intentaron evitar que un artista pintara este faro y lo único que han conseguido es convertirlo en un éxito turístico

A finales de agosto la obra del artista conocido como Okuda y las críticas que esta recibió colocaron el faro de Ajo en el mapa para muchos que no conocían su existencia. Mes y medio después de la polémica suscitada por el cambio de aspecto del icónico faro de Bareyo (Cantabria), que pasó del blanco inmaculado a una explosión de color, el balance es más que positivo. Más de 74.000 personas lo han visitado, el doble de lo habitual en todo un año, y se ha ampliado el periodo de visitas. El antes y el después se puede ver en las fotos bajo estas líneas.

El éxito de la colorida propuesta del artista es posible que se deba, en parte, al ruido mediático y en redes sociales que generó la reinvención del monumento tras su inauguración, a la que acudieron el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; el alcalde de Bareyo, José de la Hoz, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Jaime González. Entonces hubo quien criticó el cambio y las quejas llegaron incluso al juzgado de la mano de Izquierda Unida que denunció lo que consideraba un “atropello patrimonial”.

Una polémica que el artista no entendió. Sorprendido, lo achacó, tirando de ironía, a los tiempos de confinamiento y pandemia. “Supongo que porque hay mucho tiempo libre ahora con todo el tema de la pandemia y no hay fútbol y es una cosa de la que hablar”, comentó en declaraciones recogidas por EP. Se habló, y mucho, y eso al final se tradujo en publicidad para su trabajo, que le llevó tres días concluir y que tiene una duración de cuatro años ampliable a cuatro más. Ese es el acuerdo firmado. Lo que ocurra después con el faro se desconoce: si volverá a usarse como mural o recuperará su tradicional blanco.

De momento, las partes implicadas en la puesta en marcha de este proyecto están satisfechas. Como publica la Cadena Ser, el nuevo aspecto ha disparado las visitas duplicando en solo unas semanas la afluencia de todo un año. La idea original era cerrar el acceso a la finca donde se erige en monumental faro este jueves, pero sus responsables han decidido que se pueda seguir visitando todos los fines de semana del año.

Para quienes no es encuentren entre las 74.000 que se han acercado a Bareyo entre finales de agosto y este jueves, el horario de apertura será de sábado y domingo entre las 10 de la mañana y las dos de la tarde. Así lo ha avanzado el alcalde.

De la Hoz ha reconocido que este acogimiento ha sido “inesperado” y que con los datos obtenidos se han “superado todas las expectativas”. En sus cálculos entraba la posibilidad de alcanzar la mencionada cifra de visitantes a lo largo de un año, pero no en solo dos meses. Solo este puente 8.000 personas se acercaron a ver el ahora colorido faro de Ajo.

Sobre las críticas vertidas tras la inauguración, el alcalde ha señalado lo “curioso” que resulta a su juicio que unas 2.000 personas se dedicasen a “escupir” comentarios negativos y que ahora “nadie” lo haga. Según sus palabras -en su día llegó a decir que la polémica era más ‘política’ que otra cosa-, “esto lo dice todo”.

En la web de oficial que recoge la ficha del Faro de Ajo se explica que “el primer intento de instalación de un Faro en el Cabo de Ajo data del año 1907”. Sin embargo, la oposición de algunas autoridades e instituciones provocó que su construcción no se aprobase hasta 1925. Fue inaugurado en 1930. Apagado durante la Guerra Civil, “dispone de 16 hectáreas de terreno cultivable y se encuentra a unos 4 kilómetros del pueblo de Ajo (…). Los 63 metros de altura que lo separan del mar y lo abrupto de sus acantilados, hacen difícil y peligroso el descenso a las rocas”.

Así lucía el faro de Ajo antes de la intervención artística que tanta polémica e interés ha despertado. (Foto: Getty Images)
Así lucía el faro de Ajo antes de la intervención artística que tanta polémica e interés ha despertado. (Foto: Getty Images)

EN VÍDEO | Okuda termina con polémica su obra en el faro de Ajo, en la costa cántabra