Cristiano Ronaldo se lleva a Turín uno de sus caprichos más exclusivos

El 10 de julio fue un día clave en la vida de Cristiano Ronaldo, de su familia y, ¿por qué no decirlo? de los seguidores del fútbol en general. Ese día, el que llevara 9 años siendo una de las grandes estrellas del Real Madrid anunciaba que abandonaba el club español para irse a la Juventus de Turín. La noticia fue recibida como un jarro de agua fría por los seguidores blancos, una tristeza que contrastaba con la felicidad de los italianos, que esperaban al portugués con los brazos abiertos. En la actualidad el astro del deporte ya juega con su equipo y, tanto él como su familia, están perfectamente instalados en su nueva ciudad donde, hace unos días, ha aterrizado uno de los caprichos más lujosos del futbolista.

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El ‘juguete’ del que Cristiano no ha dudado en presumir no es otra cosa que un Mercedes-Benz AMG GLEE coupé 63 S, uno de los coches de alta gama que el deportista más usaba en su día a día en Madrid y que lleva formando parte de su flota automovilística desde diciembre de 2016. Valorado en alrededor de 150 mil euros, el hijo de Dolores Aveiro ya demostró su cariño por este vehículo cuando, nada más adquirirlo, compartió una imagen con el título “Nueva bestia”, que rozó los dos millones y medio de ‘me gusta’ en Instagram. Esta vez, Ronaldo ha posado delante del coche y los ‘likes’ se han disparado, estando a punto de alcanzar los 9 millones en apenas 24 horas.

Este no es el único coche de la casa alemana que tiene la pareja de Georgina Rodríguez. Entre sus numerosos vehículos, Cristiano cuenta con otros dos Mercedes: un C220 CDI y un Clase C Coupé. Más allá de esta marca, Ronaldo cuenta con toda una colección de automóviles como un Maserati, un Rolls-Royce, un Range Rover, un Porche, varios Ferrari y un Lamborgini, que parecen que quedan eclipsados por su ‘joya de la corona’. En septiembre de 2017 CR7 se compró un Bugatti Chiron, el que es considerado el coche más rápido del planeta. “El nuevo animal ya está en casa” fue el mensaje con el que Ronaldo daba la bienvenida al que es, con diferencia, el más caro de sus bólidos.