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Cristiano Ronaldo necesita ayuda

Real Madrid’s Cristiano Ronaldo, right and Marcelo react during a Spanish La Liga soccer match between Atletico Madrid and Real Madrid at the Metropolitano stadium in Madrid, Spain, Saturday, Nov. 18, 2017. (AP Photo/Paul White)
Real Madrid’s Cristiano Ronaldo, right and Marcelo react during a Spanish La Liga soccer match between Atletico Madrid and Real Madrid at the Metropolitano stadium in Madrid, Spain, Saturday, Nov. 18, 2017. (AP Photo/Paul White)

El Real Madrid ha dicho virtualmente adiós a La Liga tras fallar en el momento menos indicado (de nuevo) y ver al FC Barcelona a 10 puntos de distancia ya.

El partido en el Wanda Metropolitano, el primer Derbi en la remozada nueva casa de los colchoneros, dejó mil lecturas, mucha polémica y la misma sensación del equipo merengue: ahora juega mucho mejor que años pasado, pero no acaba produciendo.

La eterna pegada de los blancos se ha esfumado y el equipo sufre ahora para generar las ocasiones de gol que antes se le caían del bolsillo. Por contra, los merengues tienen ahora mucho más control en el mediocampo, el equipo se balancea mejor tácticamente hacía atrás, y golea en las estadísticas de posesión, pero: ¿para qué?

En el partido que tenían que ganar sí o sí, el equipo de Zinedine Zidane no creó más que tres ocasiones dignas de convertirse en paradas de Jan Oblak. Mucho balón cerca de la frontal ante un agazapado Atlético de Madrid, muchas entradas por banda que terminaban en centros que no podían nunca encontrar una cabeza blanca entre siete u ocho rojiblancas, pero sobre todo una terrible lentitud de ideas en el último pase y cero remates en jugadas con el balón en movimiento.

El partido fue un suplicio para un Ronaldo que ya no es capaz de cargar con dos o tres jugadores marcándole como antaño. Durante el encuentro tuve la impresión de entender todo lo que había ocurrido en el Real Madrid desde que el portugués firmara por los blancos: su omnipresencia liberaba al resto de sus compañeros, que con los espacios ganados gracias a la amalgamación de rivales sobre CR7, han sido capaces de curtirse excelentes carreras profesionales. El caso más sangrante es el de Karim Benzema.

Llevamos años escuchando que el francés aporta mucho más que goles, casi hasta dar a entender que marcar es un objetivo mezquino de los poco románticos que no entienden el fútbol. Pues así, entre jugada y jugada ha pasado su carrera en el Real Madrid Karim Benzema, beneficiado de la sobrepoblación de defensas por las zonas que solía arrasar a su paso Cristiano Ronaldo. Pero ahora que el portugués ha frenado sus revoluciones por minuto, y que muchas veces basta con un defensa sólido (Juanfran en el Wanda, por ejemplo) para frenarle, a Benzema se le ven todas las costuras.

Sin espacios para desplegar su arte, el francés pareció un jugador brusco, poco fino con el balón en los pies. Hizo todo milimétricamente mal; tenía la idea correcta, pero su ejecución era siempre pobre. Un poco larga, un poco corta, un pase muy flojo, un pase muy fuerte. En todo el partido Benzema no fue capaz de devolver una pared con sentido cerca del área grande del Atlético de Madrid. Ni tampoco de ganar una sola carrera al espacio a un defensa veterano y lejos de su mejor nivel como Diego Godín. Parecía que correr también fuera una desfachatez para el francés, que debería copiar alguna página del librillo de Isco, que a su magia ha sabido aplicar una incipiente dosis de esfuerzo para convertirse en uno de los mejores del mundo. Por supuesto, no busquen una sola jugada que finalice con disparo a puerta de Benzema. En 70 y pico minutos sobre el campo, el delantero centro del Real Madrid no chutó a puerto. Si eso no define el partido y el momento de los blancos…

Y por eso decía que Ronaldo necesita ayuda. Es obvio que no pasa por su mejor momento, que le cuesta más llegar a las zonas de gol y que no está tan suelto con el balón en los pies como en el final de la pasada temporada, pero es que además no tiene ayuda, nadie le quita marcajes de encima.

En varios momentos del partido, fue espectacular ver como la defensa del Atlético de Madrid dejaba literalmente solo a Benzema, libre de marca, para acumular números sobre Ronaldo o Isco. De esta manera, le fue imposible al Real Madrid romper el cerrojazo del Cholo Simeone en el Wanda, y el partido acabó como empezó, aunque un partido más cerca de la celebración del título de Liga del FC Barcelona. Parece mentira que estemos en noviembre.

Capítulo aparte –obviamente– merece Zinedine Zidane. El francés volvió a apostar por sus hombres de confianza, los mismos que ya perdieron en Girona y en Londres, y estos le volvieron a regalar un resultado alejado de la victoria. El inmovilismo de Zizou está condenando al equipo, mientras Asensio, Ceballos o Lucas se consumen en el banquillo. Ver a Benzema vagar por el campo toda la segunda mitad, mientras las cámaras enfocaban una y otra vez a Marco Asensio calentando es para que el técnico francés se replanteé alguna de sus decisiones.

A Ronaldo le han dejado solo cuando más necesita estar arropado, sobre todo si pretende volver a ser el hacha de un Real Madrid que se ha quedado sin filo de repente. Seguro que gran culpa es suya, por su carácter, pero sin duda Zidane debe mirarse al espejo y replantearse como debe afrontar el resto de la temporada si no quiere acabar vapuleado.

A la afición madridista, por su parte, le puede quedar el consuelo de que todavía quedan dos Clásicos por disputarse y que el FC Barcelona –a pesar de estar en modo apisonadora– no se puede decir que esté jugando como los ángeles. Si el Real Madrid está jugando relativamente bien ahora, cuando sume delanteros a su juego las cosas deberían ir mejor. Lo malo es que ese momento, si llega, será demasiado tarde ya para disputar la Liga.

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