Crean un “laboratorio portátil” que se conecta a tu móvil para diagnosticar infecciones

Crean un “laboratorio portátil” que se conecta a tu móvil para diagnosticar infecciones

¿Y si tuviésemos un método fiable y barato para diagnosticar enfermedades? Que sea también sencillo, que lo pueda usar un paciente directamente, y enviarle en tiempo real los resultados a su doctor. Suena demasiado bonito para ser real… y sin embargo es lo que ha diseñado un equipo de investigación.

En un artículo reciente describen su “laboratorio en una tarjeta” – porque todo el sistema tiene el tamaño aproximado de una tarjeta de crédito – y en qué lo han basado. Y es algo realmente creativo.

El sistema cuenta con dos piezas, por llamarlas de alguna manera. La primera es un chip de un único uso, que se introduce en la boca del paciente. Este chip recoge saliva por capilaridad y tensión superficial – la tendencia natural de un líquido a “pegarse” a una superficie.

Una vez que el chip tiene la muestra de saliva, se introduce en el analizador. La saliva recogida pasa por dos canales. Uno de ellos cuenta con anticuerpos liofilizados para reconocer los patógenos, y el otro canal con anti-anticuerpos unidos a una sustancia luminiscente.

Al final del analizador los dos canales se unen, y se dan las reacciones necesarias para diagnosticar. Si el paciente tiene una enfermedad, en su saliva aparecen señales moleculares – antígenos, se llaman – que son reconocidos por los anticuerpos del primer canal. Al unirse los dos canales, los anti-anticuerpos sólo producen color cuando se ha reconocido un antígeno.

Vaya, que, si no hay antígeno, no hay color. Y si hay color es que hay enfermedad, y sólo se trata de poner colores distintos a distintas enfermedades para saber qué tiene un paciente.

Claro, que tiene una limitación obvia. Para poder diagnosticar una enfermedad en concreto, el laboratorio-en-una-tarjeta tiene que contar con anticuerpos – y anti-anticuerpos – para esa enfermedad. Pero ese problema se soluciona introduciendo anticuerpos según las necesidades.

Ventajas tiene varias, pero una muy directa: todo el proceso lleva apenas unos minutos, frente a los varios días o incluso semanas que puede tomar una batería de análisis en laboratorio. Eso sí, en un laboratorio completo se puede medir cantidad, mientras que el sistema que han presentado sólo determina presencia o ausencia. Que, en muchos casos, es lo único que se necesita.

Todo esto está muy bien y es muy novedoso, pero si no es fiable no sirve para nada. Y fiable es, al menos con las enfermedades que han probado hasta ahora. No tanto como un análisis completo en laboratorio, pero no muy lejos. Y más cómodo y sencillo para el paciente/usuario.

De momento se pueden diagnosticar infecciones como la malaria o la enfermedad de Lyme, pero ya están en marcha pruebas con otras infecciones como VIH – el virus causante del SIDA – o incluso coronavirus, aunque no el nuevo llegado de China. Poco a poco se podrá ampliar la oferta.

Incluso, proponen los investigadores, con una pequeña modificación serviría para comprobar niveles hormonales, muchas veces relacionados con enfermedades crónicas o incluso problemas de depresión por estrés y problemas mentales relacionados. Pero para eso aún quedan pruebas que hacer.

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