El Covid las pone en cuenta llena

Sebastián García M.

CIUDAD DE MÉXICO, enero 16 (EL UNIVERSAL).- Las Diablitas de Hondzonot son un equipo que inició como cualquiera en el barrio o en un pueblo, con la firme intención de divertirse y salir de la rutina diaria y no más; sin embargo, con el paso del tiempo se convirtió en un estilo de vida.

El nombre endemoniado lo adoptaron gracias a los calificativos que recibían en su comunidad: mandonas y rebeldes, así lo cuenta Fabiola, la capitana de la novena indígena. Ella, como las otras 18 integrantes del equipo, se encuentra en Hondzonot, Tulum, uno de los 11 municipios de Quintana Roo. Su situación no es la mejor, sufren por falta de empleo, de algunos artículos de primera necesidad y hasta de señal. Con la llegada del Covid-19, todo ha empeorado.

"La mayoría somos amas de casa y muchachas que se dedican a bordar y buscando la manera de salir adelante. Unas trabajaban, pero por el Covid-19 algunos perdieron su trabajo. Nos habían mandado un entrenador del municipio, pero con esto dejó de venir, ahora cuando terminamos los quehaceres de la casa lo hacemos solas", declaró para EL UNIVERSAL Deportes.

El equipo surgió hace dos años, pero con la llegada del coronavirus, han perdido un año de preparación. El rival más difícil al que han enfrentado en años parece no irse y protegerse con la careta en este caso no es suficiente.

"El equipo se formó cuando hubo un partido de beisbol y nos invitaron, jugábamos con pelotas de tenis. Nos invitaron a un cuadrangular a un pueblito cerca del nuestro, quedamos en primer lugar y de ahí nos dijeron que si mejor nos íbamos al softbol porque ese era el de las mujeres".

Otro rival al que han tenido que vencer es el machismo. La comunidad de Hondzonot se mantiene con las viejas costumbres, pero eso no les impide nada.

"Dicen que nosotras no tenemos nada que hacer ahí. La costumbre de un pueblo es que los hombres manden, si sales o no sales, pero nosotras tenemos a nuestra familia y siempre apoyan en nuestro juego. Aunque perdamos o ganemos, nosotras las mujeres seguimos demostrando que podemos jugar un deporte que nos guste".

Mientras la pandemia pasa, las Diablitas esperan en el dugout para volver a salir a incendiar el diamante. Por el momento, se encuentran bateando el machismo y la desigualdad.